Fiel a su estilo, el presidente Javier Milei volvió a realizar un análisis sobre el rumbo de la economía que se asemeja a una realidad paralela. El jefe de Estado mintió sobre los índices de pobreza, los registros en el nivel de consumo, la baja de la inflación, el supuesto crecimiento de los salarios y el andar de la actividad económica. Sin embargo, los datos sectoriales reflejan una crisis que La Libertad Avanza no quiere ver.
En una entrevista con La Nación +, Milei aseguró que la “economía viene viajando a una velocidad de 10%” y que crece “como pedo de buzo”. También remarcó que “se bajó 22 puntos la pobreza” y que “el salario real no para de crecer”.
“El ajuste es popular porque baja la inflación. Cuando baja, los más favorecidos son los más vulnerables. Yo entiendo que algunos periodistas y economistas que odian al liberalismo y traten de ningunear los resultados, pero están ahí, la gente sabe lo que está pasando. Los logros son impresionantes”, afirmó el jefe de Estado.
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Al referirse al consumo, indicó que “a nivel nacional, está volando” porque “hoy está cambiando la modalidad de consumir”. Y puntualizó: “Hoy los electrodomésticos se compran por Mercado Libre, no en el supermercado. Además, frente a la recuperación del ingreso, se están comprando bienes durables, como propiedades y autos. Los indicadores de consumo, como de supermercado o shopping, perdieron relevancia. El consumo está mucho más solido de lo que se cree”.
En qué miente Milei cuando habla de economía
El Gobierno destaca que diversos sectores clave, por su incidencia en la actividad total y su impacto en el empleo, dejaron de caer y que, por lo general dentro del último trimestre, empezaron a mostrar indicadores positivos, según el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) del INDEC. Las mejoras, en el caso en que se exhiben --algo que no sucede con el consumo privado, por ejemplo, que acumula 15 meses de caída--es apenas una mínima porción de lo que perdieron el año pasado.
Incluso, para hablar de una recuperación debería exhibirse incrementos que superen la caída previa para estar en una situación mejor a la previa al desplome. Por ejemplo, si la actividad cae 10% en 2024 y sube 10% en 2025, se ubicaría en una situación peor que la anterior. Pensemos en una base 100. Si cae 10%, se ubica en 90. Si mejora al período siguiente un 10%, se ubicará en 99 unidades; esto es inferior al primer escenario.
Los sectores productivos
En términos concretos, la industria (que ya había comenzado a caer en el registro interanual en mayo de 2023), profundizó su caída con Milei hasta un máximo de -20,7% interanual en junio de 2024, pero empezó a tener indicadores interanuales positivos desde diciembre pasado.
Un panorama similar se observa en la construcción, que alcanzó su caída máxima de un -26,4% interanual en marzo de 2024, tras el freno de mano a la obra pública, pero que volvió a crecer en febrero. En el segundo mes del 2025 avanzó 3,7% mensual, un guarismo que lejos está de permitir una recuperar lo perdido desde que asumió el mileísmo.
Una aclaración para tener en cuenta es que indicadores del primer trimestre de este año, al ser interanuales, se comparan con el propio gobierno de Milei en el peor momento del ajuste de shock (a inicios de 2024), por lo que es lógico que muestren algún tipo de rebote. En segundo lugar, y sobre todo, porque la serie larga del EMAE revela que estas últimas subas no alcanzan para recuperar todo lo que estas actividades cayeron durante el gobierno libertario.
Esto se ve claramente si se toma la serie de base 100 (que ubica el 100 en el año 2004). En ella, la construcción osciló durante la era Milei siempre entre los 115 y los 138 puntos. Es decir, todavía lejos de los 150 puntos que esta actividad tenía en noviembre de 2023, previo a la asunción del Gobierno. Y más lejos aún del máximo de 165 puntos que tocó en agosto de 2023.
Lo mismo se ve en la industria, un rubro con mayor estacionalidad. Tomando la misma serie de base 100 se comprueba que todas las mediciones interanuales de 2024 dan por debajo de las del 2023. Recién en octubre de 2024 este sector llegó a superar los 132 puntos de noviembre de 2023, pero todavía ubicándose por debajo de los 136 puntos de octubre de 2023. Es decir, el crecimiento industrial nunca alcanzó para superar el nivel del propio sector para ese mismo momento del año previo a Milei.
Crisis salarial
Con la disparada inflacionaria los salarios perdieron poder adquisitivo rápidamente. Solo en los primeros diez meses del gobierno de Milei, los asalariados informales perdieron un 19% de su poder adquisitivo, y en la medición punta a punta entre noviembre de 2023 y septiembre de 2024, la caída fue del 13%. En octubre algunos sectores comenzaron a ganarle levemente a la inflación, pero el recalentamiento de precios le puso fin a esa incipiente recuperación ya en diciembre.
En comparación con el mismo período del año anterior, el sector público experimentó una pérdida promedio del 23%, lo que refleja la brecha creciente entre el poder adquisitivo en ambos sectores.
En octubre los salarios bajo convenio mejoraron 0,6 puntos porcentuales respecto de la inflación. Sin embargo, con esta leve mejora, los salarios igualmente quedaron debajo del período previo a la asunción de Milei.
Los salarios reales mantienen desde la asunción del nuevo gobierno una formidable caída, superior al 15%, para luego recuperarse gradualmente al tiempo que la inflación se desaceleraba. El bajo techo que desde el gobierno se busca imponer sobre las negociaciones paritarias, en un escenario de pérdida de empleos y donde el efecto de la desaceleración de la inflación se agota, supone en los últimos meses un límite a esa recuperación.
Consumo
El consumo continúa en baja y los datos oficiales ratifican que se mantiene la tendencia negativa. En este caso todavía no hay rebote que permita justificar las declaraciones del Presidente, aunque sea en escasa medida. En el caso de los supermercados, en febrero, las ventas medidas sin estacionalidad cayeron 0,3% mensual, mientras que en el segmento mayorista, el retroceso fue de 1%, informó este miércoles el INDEC.
Entre enero y noviembre de 2024, ya las ventas en los supermercados habían caído un 11,9%, mientras que en los autoservicios mayoristas la caída fue aún mayor, con un 15%. Además, sectores como los centros comerciales también experimentaron una contracción en las ventas.
El consumo masivo se desplomó 5,4% interanual en marzo y 8,6% en el acumulado del primer trimestre, según un relevamiento de la consultora Scentia. De esta manera, el indicador encadenó 16 meses consecutivos en rojo. Las ventas de los supermercados y autoservicios, que representan cerca de 70% de este segmento, sufrieron una retracción de -7,1% y de -3,7%, respectivamente. La comparación se dio contra un marzo de 2024 que ya había sido muy malo.
Crisis laboral
En materia laboral, el Gobierno asegura que se está creando empleo registrado, aunque las estadísticas dan cuenta de una mayor cantidad de monotributistas e incorporación de trabajadores en condiciones menos favorables que las que ofrece un puesto registrado. La habilitación de regímenes de colaboradores, una posibilidad de blanquear la informalidad atenta --junto a la recesión económica--en el nivel de empleo.
El empleo registrado volvió a caer en enero de este año y se revirtió la tendencia levemente creciente de los meses anteriores, según el último informe del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), que reveló que en el primer mes de este año se perdieron casi 9000 puestos de trabajo en el sector privado. Esto se suma a la caída del año previo.
Según datos del propio del SIPA, de diciembre de 2024 a enero de 2025 la cantidad de empleados formales del sector privado se redujo en 8842 plazas. La cifra lleva el total de puestos de trabajo perdidos a 185.000 durante el gobierno de Javier Milei. A partir de julio, el mercado comenzó a frenar el deterioro, pero la creación de empleo --vinculada a monotributo y otros tipos de contratación más precarios-- en los últimos meses fue lenta (47.600 nuevos puestos), lo cual no alcanzó a compensar el retroceso del primer semestre cuando se perdieron 232.000 puestos.
Pobreza e indigencia
El INDEC informó para el segundo semestre de 2024 arroja una incidencia de 38,1% de población “pobre” sobre el total, con una mejora con relación al primer semestre, cuando ese indicador fue de 52,9%.
La medición de pobreza se basa en que los ingresos superen la inflación. El problema es que la medición de la inflación es foco de varias críticas, por basarse en una canasta de bienes antigua (data de 2004-5), que sub-registra el consumo de un conjunto de servicios.
Correcciones realizadas en base a la más reciente Encuesta de Gastos de los Hogares de 2017-18 han llevado a estimar que una canasta actualizada se traduciría en una inflación 16 puntos más elevada, para 2024, con relación a lo publicado por el INDEC (133% contra 117% anual, según un trabajo de Martín González Rozada, de la Universidad Torcuato Di Tella), según explica el investigador y docente de Cuentas Nacionales de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA.
Si el peso de los gastos no alimentarios en la canasta de 2017-8 es mayor al de la canasta de 2004-5 en uso, esto muy probablemente se reflejará en una mayor incidencia de la pobreza, por la metodología de cálculo que se utiliza.