El Gobierno fijó su objetivo de ajuste en las jubilaciones, de mayor peso en el Presupuesto, para mostrar su ecpático equilibrio fiscal. El Congreso, con su puñado de "héroes de Milei", aporta al deterioro de la vida de los adultos mayores convalidando el ajuste. Es así que mientras se dilatan las discusiones para, al menos actualizar el bono de 70.000 pesos para los jubilados, el haber mínimo ya es más bajo que en los '90.
Los haberes previsionales sufrieron un nuevo y grave retroceso desde la asunción del gobierno actual, que se enmarca dentro de la política de ajuste del gasto público, siendo uno de los principales componentes del recorte fiscal.
En 2024 el poder adquisitivo de la jubilación promedio cayó 10,2 por ciento anual, mientras que la jubilación mínima perdió 18,7 por ciento quedando en un nivel coincidente con el del crítico año 2001, incluso levemente por debajo.
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El peor momento para las jubilaciones se atravesó en el primer trimestre de 2024 cuando, como resultado del salto inflacionario, llegó a verificarse una reducción real del 30 por ciento en el haber promedio y de 36 por ciento en el haber mínimo.
La recuperación que tuvo lugar desde entonces resulta limitada en los cuatro primeros meses de 2025 el nivel real de la jubilación media es 28,5 por ciento inferior al de 2015 y 44,5 por ciento menor en el caso de la jubilación mínima. "El cambio de la fórmula de movilidad jubilatoria que entró en vigencia en julio de 2024 implica congelar a futuro el reducido valor histórico de estas jubilaciones", señala el informe elaborado por Mariana González, Nicolás Bonofiglio y Cecilia Garriga.
El bono adicional que cobran los haberes más bajos se dejó congelado en 70.000 pesos desde marzo de 2024. De tal manera, el haber mínimo con bonos incluidos tuvo en ese año una caída de 13,1 por ciento respecto de 2023. En tanto, el Congreso no avanza en tratar su actualización.
El salario en el piso de los '90
La sustentabilidad del sistema previsional está siendo socavado por las políticas de ajuste sobre los salarios, un ancla antiinflacionaria que deteriora el poder adquisitivo de los trabajadores.
"El salario mínimo, vital y móvil tuvo desde el inicio del gobierno actual un deterioro tan grande en su poder adquisitivo que quedó por debajo del que tenía en la década de 1990 y dejó de funcionar efectivamente como política para fijar pisos salariales e impulsar la negociación colectiva", según el documento de CIFRA-CTA.
Desde que asumió el gobierno de La Libertad Avanza hubo cinco reuniones del Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil. En todas, ante la falta de acuerdo, fue la Secretaría de Trabajo quien determinó los aumentos nominales, que fueron prácticamente equivalentes a la propuesta del sector empresario e implicaron un retroceso histórico en el valor real de este salario.
"En el primer cuatrimestre de 2025 el poder de compra del salario mínimo quedó reducido al 68,6 por ciento del valor que tenía en 2023 y al 45,2 por ciento del nivel del año 2015", detalla el documento de CIFRA-CTA.
Los últimos aumentos dispuestos implican que desde mayo hasta agosto del año en curso se otorgarán aumentos promedio de 5 000 pesos por mes (1,6 por ciento) muy por debajo de la inflación esperada, por lo que esta tendencia regresiva continuará profundizándose.
Por su parte, los resultados de los principales convenios colectivos de trabajo muestran que, en promedio, a pesar de la recuperación que ocurrió a partir de marzo de 2024 no se volvió a alcanzar el nivel previo a la devaluación con que inició la política económica de este Gobierno.