El Gobierno no logra retomar el control de la política monetaria y cambiaria

Enfrenta en una semana el primer megavencimientos con tasas en pesos astronómicas. Si las convalida, será la señal de insolvencia. Si busca bajar la tasa, corre el riesgo de una disparada del dólar. El descalabro se generó por querer cumplir con el FMI, que este martes emitió un crítico informe.

22 de julio, 2025 | 19.34

El Gobierno sigue sin poder retomar el control de la política monetaria y cambiaria a una semana de enfrentar el primer mega vencimiento de deuda por 12 billones de pesos, en una crisis autoinfligida por la necesidad de cumplir con el compromiso de acumular reservas que firmó con el Fondo Monetario Internacional mientras el propio presidente Javier Milei rechaza que lo haga el Banco Central.

La crisis se manifestó este martes con tasas en pesos que superaron por momentos el 70% TNA a un día, en el mercado de cauciones que se va configurando como el mercado que administra la liquidez del sistema monetario ante el abandono de esa función crítica que realizó el Gobierno, cuando el equipo económico dejó de ofrecer las Letras Fiscales de Liquidez que los bancos suscribían con el Banco Central.

La intervención del Banco Central en el mercado de futuros de dólar y en el mercado secundario de deuda del Tesoro logró bajar el pico de la tasa, pero de todas maneras cerraron en rangos que el mercado percibe que complicará la renovación del stock de deuda del Tesoro, que enfrentará el 31 de julio un vencimiento de 11,15 billones de pesos.

Ese vencimiento coincide con el inicio de la temporada baja de disponibilidad de divisas, después de un julio excepcional por la liquidación extraordinaria del campo que aprovechó la baja de retenciones que venció el mes pasado.

En una semana arranca temporada crítica para el Tesoro

Una baja renovación dejaría una mayor liquidez en pesos que podrían volcarse al dólar, generando una presión que sobrepase la capacidad del BCRA de intervenir el precio vendiendo contratos de futuro. En ese contexto, la divisa cerró este martes en retroceso, a 1.266 pesos el promedio denominado A3500, que se utiliza para liquidar las operaciones financieras, y en el rango de los 1.260 el MEP y 1257 el CCL. El dólar informal siguió en los 1.300 pesos.

La tasa de caución cerró en el Mercado Abierto Electrónico, donde operan los bancos, en 60% TNA, lo que equivale a una Tasa Efectiva Anual de 82,1% o una Tasa Efectiva Mensual de 5,1%, un rendimiento que equivale a tres veces la inflación del último mes. En ByMA, donde hay operaciones minoristas que alteran el resultado, la Tasa Promedio Ponderada fue de 61,2% TNA, 84,3% TEA y 5,16% TEM.

La baja del dólar tuvo dos motivaciones: las intervenciones del BCRA en el mercado de futuro y, fundamentalmente, las ventas de divisas propias de las entidades financieras que se hicieron de pesos para aprovechar las tasas de cauciones y proveer de liquidez a entidades financieras y empresas necesitadas de pesos.

A fuerza de intervención, el BCRA logró bajar el precio del dólar

En forma paralela a la venta de divisas, las mismas entidades recompraron en el mercado de futuro, por lo que obtuvieron como rentabilidad la diferencia astronómica entre la tasa en pesos que se pagaban en el mercado y la tasa en dólares de los contratos subsidiados por el BCRA.

La tendencia a superar la banda se consolida en el mercado de futuros

Los demandantes de pesos fueron en general bancos y empresas que usaron toda la liquidez disponible para comprar Lecap en la última licitación que realizó la Secretaría de Finanzas para aprovechar la tasa de hasta 47% que pagó el Tesoro en un primer intento de normalizar el mercado de pesos después de la eliminación de las LeFis. La poca liquidez que quedó en el mercado obligó a muchas entidades a liquidar sus Lecap a precios incluso por debajo del precio de colocación, lo que implica una suba en la tasa de rendimientos, y que obligó al Banco Central a comprar en el mercado secundario para subir el precio de las Lecap y estabilizar la tasa de interés.

Crisis autoinfligida

El origen del descalabro en el mercado monetario y cambiario estuvo en la decisión del equipo económico de dejar de ofrecer la suscripción de Letras Fiscales de Liquidez (LeFi) para administrar la liquidez del sistema. La idea era capturar los 15 billones de pesos colocados en ese instrumentos con Letras Capitalizables (Lecap) emitidas por el Tesoro y utilizar esos fondos para hacer compras de dólares “en bloque” directamente a empresas que deben liquidar en el mercado oficial.

Esas compras debían reemplazar la acumulación genuina de divisas que debía hacer el Banco Central con emisión monetaria, según los términos del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, pero que nunca realizó por la negativa que se adjudica al presidente Javier Milei, quien todavía cree en un sistema de dolarización “endógena” donde los argentinos mágicamente sacaban dólares de sus ahorros para reemplazar al peso.

El esfuerzo del ministro Luis Caputo y su amigo y socio en la actividad privada, el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, para cumplir con el FMI sin desautorizar el presidente Milei, no fue correspondido por los técnicos del propio organismo, que en el informe titulado "Desequilibrios globales en un mundo cambiante" estimó que las reservas del BCRA son “críticamente bajas”.

“Es fundamental realizar esfuerzos adicionales para reconstruir las reservas, permitiendo al mismo tiempo una mayor formación de precios y compras de divisas para cumplir con las obligaciones del servicio de la deuda en divisas”, sostuvo el texto, que no se aleja una coma del planteo histórico solo superado por las intervenciones del Departamento del Tesoro de la administración de Donald Trump en favor de Milei.

Cuando la pelota queda en terreno del staff del FMI, no hay ninguna expresión gratuita de respaldo.