El discurso del presidente Javier Milei y el contenido del proyecto de Presupuesto 2026 generaron una euforia en los mercados financieros, donde hubo una recuperación de las fuertes pérdidas registradas desde la derrota electoral bonaerense, pero fueron recibidos con escepticismo entre los dirigentes sindicales empresarios, que ven la atención puesta solo en cuestiones financieras y desatendida la economía real.
El festejo de los mercados fue acotado comparado con las fuertes pérdidas que acumulan acciones y títulos después de la derrota del oficialismo libertario en las elecciones legislativas bonaerenses, y quedó expuesto en el índice de Riesgo País, que se disparó arriba de los 1200 puntos y es el más alto del último año.
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Tampoco alcanzó para revertir la presión de inversores y ahorristas sobre el dólar, que pese a las medidas tomadas por la Comisión Nacional de Valores para reforzar el cepo sobre las Agente de Liquidación y Compensación (ALyC) que operan en el mercado bursátil para que no puedan adquirir dólares propios con endeudamiento en pesos.
En el ámbito empresario, hubo declaraciones de dirigentes Pymes, como Daniel Rosato; el titular de la UIA, Martín Rappallini, y de la Cámara de Comercio, Mario Grinman, que con distintos grados de críticas cuestionaron la falta de políticas para reactivar la economía de la fuerte recesión que se manifiesta en el último cuatrimestre y para el desarrollo del mercado interno.
El dólar oficial cerró nuevamente en alza, acotado por las intervenciones del BCRA poniendo un techo a la cotización en la rueda oficial y del Tesoro vendiendo divisas, ahora a través de distintos organismos públicos nacionales y provinciales. El dólar mayorista cerró en 1.469 pesos; el denominado A3500 que se usa para las operaciones financieras a 1.464,7 pesos y el dólar futuro a septiembre en 1.467,5 pesos, todos en alza pero aún por debajo del techo de la banda de flotación de 1471,4 pesos, donde se paró el BCRA con órdenes de venta que obligaron al resto del mercado a operar por debajo de ese valor.
La reacción de los mercados
Las estadísticas del Banco Central mostraron este martes que el viernes pasado, en pleno derrumbe del precio de los bonos y acciones, los depósitos del sector público en moneda extranjera cayeron 43 millones de dólares y acumularon un retroceso de 205 millones en el mes, lo que parece reflejar que el Tesoro cambió la estrategia para ocultar la intervención.
El mercado viene observando la evolución de las cuentas en pesos y dólares del tesoro en el BCRA para calcular las ventas de divisas, lo que ahora ahora deja de ser referencia directa de las intervenciones. El viernes último, por ejemplo, mientras el saldo en dólares se mantuvo sin variación la cuenta en pesos cayó por 631 mil millones de pesos, lo que significa que el Tesoro tuvo que hacer esa monetización por la fracasada licitación de deuda donde no logró renovar el vencimiento.
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En el mercado de acciones, el Merval de la bolsa porteña trepó 3,5% en dólares y las ADR de las empresas que cotizan en Wall Street subieron entre 2% y 3%, acortando las pérdidas de las últimas jornadas. Entre los bonos en dólares también hubo subas importantes, de 1,8% para el AL30 y de 1,4% para el GD30, aunque el índice que refleja el Riesgo País se disparó a 1231 puntos.
Las acciones y bonos habían experimentado también el miércoles y jueves pasado una mejora después del desplome del lunes y martes pos elecciones, pero rápidamente se esfumó con una toma de ganancias que derivó en fuertes caídas el viernes y este lunes, por lo que habrá que esperar varias jornadas para ver el verdadero impacto del discurso del presidente Milei en el valor de los activos financieros.
La respuesta de la economía real
Mientras hubo declaraciones como la de Daniel Rosato, presidente del IPA, quien advirtió que “las palabras del Presidente donde habla de una receta para controlar el equilibrio fiscal no tienen como ingrediente la industria, las exportaciones, el mercado interno ni las fuentes de trabajo”. Además, reclamó un diálogo constructivo entre el Gobierno y los sectores productivos para garantizar la sustentabilidad de la producción nacional.
Otros dirigentes industriales, como los presidentes de la UIA, Martín Rappallini; y de la CAC, Mario Grinman, quienes aprovecharon para reclamar reformas que bajen el costo de producción, como la eliminación de conquistas sindicales y la reducción de la carga impositiva pero siempre apoyando la línea de ajuste fiscal.
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Grinman consideró clave el “compromiso con el equilibrio fiscal, pilar central del proceso de ordenamiento económico que la Argentina está atravesando desde hace casi dos años y que tiene al derrumbe de la inflación como su signo más evidente”.
“La industria argentina comparte la necesidad de sostener el equilibrio fiscal como condición de estabilidad macroeconómica, al igual que celebramos la reducción de la inflación y el compromiso con una baja gradual de impuestos” dijo Rappallini y pidió la reducción de la presión tributaria, mejoras en infraestructura, acceso a financiamiento productivo. ”Una apertura económica sin reformas internas pondría en riesgo al entramado productivo nacional”, advirtió.