El Gobierno se encargó de desactivar cualquier intento de reactivación de la economía, lo que vuelve a reflejarse en una encuesta clave del INDEC, que arrojó una expectativa de recesión para el segundo semestre, y en la decisión pública de frenar una recuperación salarial que buscaba recomponer los ingresos de los trabajadores por la inflación pasada. Mientras, el proceso de dolarización de los ahorros sigue activo y genera la demanda extra de billetes en los bancos, este lunes por un volumen de US$37 millones, para responder a los retiros de los ahorristas. Por ahora, el retiro es menor a las compras que realizan las personas y por eso se ve un crecimiento de los depósitos, como saldo neto entre compras y retiro de los bancos.
Con la única meta de llegar a las elecciones con el menor nivel de inflación de toda la gestión, que se mantiene todavía por encima del 2% mensual y más cerca del 3%, el Gobierno volvió a aplicar el torniquete sobre la economía, frenando tanto la oferta de producción local como la demanda de bienes y servicios de la sociedad. Esa combinación se vio reflejada en la última encuesta de “Expectativas de la industria manufacturera” que elaboró el Indec para determinar las “Perspectivas para el segundo trimestre de 2025” del sector productivo nacional y que reflejó claros indicios de recesión: menores ventas y menor nivel de actividad fue el consenso de los industriales.
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¿Cómo espera que evolucione la demanda interna durante el segundo trimestre? La respuesta de los empresarios fue que disminuirá (28,9%) no no variará (44,1) contra un optimismo moderado a bajo de 27% que espera un incremento. Esa consulta se complementa con la que mide el nivel de actividad dentro de la fábrica: ¿Cómo espera que evolucione la utilización de la capacidad instalada? Ahí las respuestas fueron todavía menos optimistas: 16,8% esper disminuir y 70,1% mantener, mientras 13% cree que aumentará.
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Las respuestas sobre el nivel de demanda y producción tienen correlación con la situación laboral de los trabajadores industriales: el 21% anticipa que disminuirá la dotación de personal y el 18,1% que disminuirá las horas trabajadas. En el 70% de las plantas se espera mantener estable la dotación y las horas trabajadas y mientras en menos de una de cada diez plantas esperan incrementar la dotación o las horas.
Las joyas de la abuela
Un informe del Centro de estudios para la Recuperación Argentina (RA) de la Universidad de Buenos Aires (UBA) había advertido que “aún considerando el repunte de los últimos tres meses, registran reducciones de actividad cercanas al 20% para la industria, 13% para la construcción y 5% para el comercio”.
El informe de la UBA es el que detectó que “en el cuarto trimestre de 2024, el 9,4% de los hogares de Argentina tuvo que vender alguna pertenencia para sostener su nivel de vida”. También atribuyó “una profundización de la caída de las ventas debido, en parte, a la pérdida del poder adquisitivo de los salarios por el fuerte salto inflacionario producto de las políticas de ajuste y aumento de las tarifas que produjo reasignación de ingresos de bienes de consumo a servicios básicos”.
Aún en el contexto de caída de los ingresos, la Secretaría de Trabajo frenó la vigencia del aumento salarial para los empleados de Comercio que ya debería regir con los sueldos de abril. Además de frenar el incremento salarial de 1,9% pautada para los sueldos de abril y una suma no remunerativa extra de $ 35 mil a más de 120 mil empleados mercantiles, el ministro de Economía, Luis Caputo prometió a los supermercados que participarán de la discusión paritaria aún cuando no están en ninguna de las tres cámaras patronales que suscriben el convenio.
La intención es que los supermercados puedan bajar el costo laboral para absorber los incrementos de precios que llegan desde las empresas productoras. El problema de Caputo y el presidente Javier Milei es que ninguna medida de las que tomaron basadas en generar y profundizar la recesión, con una visión monetarista, logró estabilizar los precios y generar un sendero consistente de desinflación.
El ritmo de inflación sigue fluctuando a nivel de la inestabilidad del mercado de cambio, tanto de las fluctuaciones diarias como de la tendencia a mediano plazo y de la expectativa de falta de sostenibilidad del esquema ideado por Caputo y su amigo y socio en la actividad privada, el presidente del Banco Central, Santiago Bausili.
La gestión económica busca llevar el dólar al piso de la banda de flotación, donde dijo Milei que sólo ahí el Banco Central saldrá a acumular reservas como pide el mercado y es el compromiso con el Fondo Monetario Internacional. Sin embargo, y pese a que la semana pasada hubo una apuesta muy fuerte para bajar el dólar futuro y presionar así sobre el valor diario de la divisa, en el mercado oficial hoy cerró en alza.
El Tipo de Cambio de Referencia para el dólar estadounidense que elabora el BCRA y se conoce como A3500, que el viernes cerró a $1113;58, marca un repunte a $1.126.0000 pesos, en lo que el mercado considera que es la expresión de la tendencia alcista que registra la divisa cuando el Central se corre y deja de intervenir ya sea en el movimiento diario como hacía antes del acuerdo con el FMI o en el mercado de futuros como se sospecha hizo la semana pasada.