Qué pasaría con el home office si avanza la reforma laboral: escenarios posibles para el teletrabajo

El Gobierno Nacional sigue adelante con la idea de aprobar la reforma laboral. Además de sumar más horas de trabajo y modificar el régimen de vacaciones y horas extra, también puede impactar directamente en los trabajadores que cumplen su jornada con modalidad home office.

26 de noviembre, 2025 | 10.30

El Gobierno de Javier Milei planea avanzar con la Reforma Laboral, un proyecto que tiene como principales ejes aumentar la jornada laboral a 12 horas, modificar el régimen de vacaciones y horas extra, y eliminar las indemnizaciones. Entre estas reformas que únicamente benefician al empleador y perjudican al trabajador, muchos se preguntan cómo podría afectar a quienes realizan una modalidad de trabajo home office. 

Qué dice la reforma laboral sobre el home office

Aunque si bien no hay un apartado dedicado a hablar del teletrabajo, modalidad que aumentó y se mantuvo constante desde el 2020, sí hay varios aspectos formulados en el proyecto que pueden impactar directamente a quienes realizan esta modalidad de trabajo.

Para poder entender el impacto de esta reforma, hay que hacer foco en cómo está regulado el teletrabajo en Argentina y qué aspectos lo ataca, de forma indirecta, el proyecto presentado por la Diputada nacional Romina Diez para modificar la Ley de Contrato de Trabajo.

Teletrabajo en Argentina: cómo está regulado

En 2020 se aprobó en Argentina la Ley 27.555, conocida como Ley de Teletrabajo. La misma entró en vigencia en abril del 2021 y tiene como pilar fundamental garantizar los derechos laborales de aquellos trabajadores que realicen tareas en modalidad home office. Entre los aspectos que asegura son: 

  • Los mismos derechos y obligaciones que las personas que trabajan de forma presencial.

  • Derecho a una remuneración igual a la que percibirían bajo la modalidad presencial.

  • Derecho a no ser contactada y a desconectarse de los dispositivos fuera de su jornada laboral y durante las licencias. El empleador no puede exigir al trabajador que haga tareas ni enviarle comunicaciones fuera de la jornada laboral. Cuando la actividad de la empresa se realice en diferentes husos horarios o cuando por alguna razón objetiva sea indispensable, se admitirá el envío de comunicaciones fuera de la jornada laboral. En esos casos, la persona que trabaja tiene derecho a responder recién cuando inicie su jornada, salvo casos de peligro o accidente ocurrido o inminente, de fuerza mayor, o por exigencias excepcionales de la economía nacional o de la empresa. En esos casos, debe prestar servicios en horas suplementarias.

  • No se puede establecer incentivos para que el trabajador deje de ejercer su derecho a la desconexión. Los aumentos vinculados al pago de las horas suplementarias no se consideran incentivos.

  • Derecho a que el empleador le compense los mayores gastos en conectividad o consumo de servicios. Esta compensación está exenta del pago del impuesto a las ganancias.

  • Todos los derechos colectivos. A los fines de la representación sindical, deben ser consideradas como parte del conjunto de quienes trabajan en forma presencial y deben ser anexadas a un centro de trabajo o unidad productiva para poder elegir o ser elegidas en la integración de los órganos de la asociación sindical.

  • El empleado debe proveer el equipamiento -hardware y software- necesarios para el desempeño de las tareas. Proveer las herramientas de trabajo y el soporte necesario. Asumir los costos de instalación, mantenimiento y reparación de las herramientas de trabajo o compensar al trabajador por el uso de herramientas propias.

Reforma laboral y home office: cómo afectará a los empleados que realizan teletrabajo

La principal alerta que se activa a la hora de pensar el impacto de la reforma laboral en el home office es que el proyecto tiene la iniciativa de reconfigurar las jornadas laborales, licencias, indemnizaciones y convenios colectivos, para brindarle mayor libertad y facultades al empleador. Todo esto en pos de realizar acuerdos "individuales" con su empleado. Dicho en pocas palabras, quien contrate tendrá vía libre para saltearse los puntos estipulados por la Ley de Teletrabajo: los empleados ya no estarán amparados por la Ley para exigir esas condiciones.

Todo quedará en manos del empleador, por lo que los derechos adquiridos como la desconexión digital, la provisión de herramientas y la voluntariedad del régimen podrían ser quitados sin más. Esto, además de un desgaste en el trabajador, en un contexto de crisis económica y aumento de trabajo informal donde muchas personas tienen dos trabajos o más para poder llegar a fin de mes, generaría más precarización. 

Otro aspecto al que hay que prestarle atención es al aumento de horas de trabajo. Tal como lo propone la reforma laboral, la jornada podría extenderse hasta un máximo de 12 horas diarias, modificando el límite actual de 8 horas, mediante la implementación de bancos de horas o regímenes especiales negociados colectivamente. Sin embargo, para quienes realizan home office el panorama es muy distinto.

Según un estudio realizado en 2022 por la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo (Eurofound), el aumento de la modalidad home office, propiciada durante la pandemia, tuvo un impacto negativo en la productividad de los trabajadores. Esto se debe principalmente a dos cuestiones: la difuminación de los límites entre trabajo-vida y la cultura de la "conexión permanente". Este informe comprobó, precisamente, que quienes realizan tareas home office presentan una erosión de las fronteras entre el trabajo y la vida personal. Al no existir una separación física (como un viaje de ida y vuelta a la oficina), la transición entre el "modo trabajo" y el "modo vida personal" se vuelve casi inexistente.

Si a esto se le suma un contexto laboral de 12 horas, los empleados que trabajen remoto pasarán más horas al día pendientes del trabajo y sin posibilidad de "desconectarse". Este aspecto también va de la mano con la facilidad de acceso digital por la que, según el estudio, los trabajadores tienen más probabilidades de sentirse presionados a estar disponibles de forma continua a través de correos electrónicos, mensajes o llamadas fuera de su horario laboral establecido.

Esta "hiperconectividad" conduce a jornadas laborales fragmentadas o extendidas, donde se intercalan tareas domésticas con trabajo, pero el tiempo total dedicado al trabajo acaba siendo mayor. En suma, si se considera una jornada laboral de 12 horas más la falta de desconexión del trabajo propia de la modalidad home office, el tiempo de ocio será casi o totalmente nulo. Esto, además de precarización, puede tener efectos directos en la salud mental de los trabajadores.

En pocas palabras, ya de por si la reforma laboral perjudica a los empleados, pero si se tiene en cuenta el estado de vulnerabilidad y volatibilidad constante en la que viven los trabajadores remotos, el impacto puede ser aún más fuerte. Al fin y al cabo, el objetivo de este proyecto es aumentar la flexibilidad en favor de las empresas, aunque resta conocer el texto final para saber los detalles.