Golpe al bolsillo: por la suba del dólar, los precios de alimentos aumentan hasta un 8% en Formosa

La escalada del dólar y la incertidumbre electoral aparecen como los principales factores detrás de los aumentos en los productos esenciales de la región.

12 de octubre, 2025 | 09.00

En Formosa, supermercados de la región registraron aumentos de hasta un 8% en productos de la canasta básica, según confirmó la Dirección de Usuarios y Consumidores de la Defensoría del Pueblo provincial. Los incrementos se reflejan en las listas de precios distribuidas en los últimos días a los comercios y, de acuerdo con el organismo, se deben a la suba del dólar y a la incertidumbre electoral que atraviesa el país.

El aumento de precios se da en un contexto de ajuste económico, desregulación y recorte del gasto público impulsado por el gobierno de Javier Milei, políticas que generaron una fuerte inestabilidad macroeconómica. En las provincias del norte, como Formosa, los salarios pierden poder adquisitivo frente a la inflación, y los acuerdos de precios provinciales resultan insuficientes para contener la suba del costo de vida.

Las nuevas listas de precios recibidas por las principales cadenas comerciales incluyen incrementos de hasta el 8% en alimentos esenciales como aceites, yerba, galletitas y carnes. Empresas líderes como Molinos, Danone, Coca-Cola y Arcor, junto a proveedores medianos, aplicaron subas que superan la inflación proyectada para octubre. Los aumentos van del 6% al 8% en aceites, 6% al 10% en yerbas y galletitas, 3,5% al 5% en gaseosas, 5% al 7% en café y edulcorantes, y hasta 10% en carnes. Incluso proveedores de papel, como Samseng, aplicaron ajustes del 6%.

El Centro de Industriales Panaderos Agrupados del Norte (CIPAN) informó además que la harina subió un 12%, acumulando un 25% de aumento en el año, impulsado por la escalada de los combustibles y el encarecimiento del transporte. A esto se suman los mayores costos energéticos y los alquileres actualizados, que presionan sobre el precio final del pan.

El defensor del Pueblo, José Leonardo Gialluca, advirtió en comunicación con medios locales sobre la disparidad de precios en el mercado local y la caída del consumo, que obliga a muchos comercios a “hacer malabares para no cerrar ni despedir personal”. También cuestionó el rumbo económico nacional, al que calificó como “una locura que no refleja la realidad de las pymes ni de los consumidores”.

Según sus estimaciones, desde 2023 cerraron más de 16.000 empresas en el país, lo que representa la pérdida de alrededor de 236.000 empleos, en el marco de una crisis que continúa afectando a todos los sectores productivos.

PAIPPA: la solución formoseña para los alimentos accesibles

El 15 de septiembre de 1996, el gobierno de Formosa, bajo la dirección de Gildo Insfrán, puso en marcha el Programa de Asistencia Integral para el Pequeño Productor Agropecuario (PAIPPA). Este programa nació con el objetivo de ofrecer una solución social, productiva y ambiental a los pequeños productores de la región, brindándoles apoyo integral.

El PAIPPA fue diseñado para promover el autosostenimiento, la ocupación y la autogestión productiva de las familias rurales, a través de la titularización de tierras, la construcción de viviendas, la provisión de insumos y la capacitación técnica.

En ese momento, el gobernador Insfrán lo presentó como una forma de organizar a la comunidad para combatir los efectos perjudiciales de la globalización. En 2004, el Instituto incentivó el agrupamiento de los productores para fomentar nuevas formas de cooperación y asociativismo. Este cambio buscaba fortalecerlos colectivamente, permitiéndoles alcanzar mayores escalas de producción y comercialización, así como iniciar pequeños emprendimientos de industrialización para agregar valor a sus productos.

Actualmente, la misión del PAIPPA es continuar fortaleciendo y acompañando el desarrollo integral de las familias de pequeños productores. Para unirse al programa, los productores deben residir y trabajar en su chacra de manera familiar. Existen requisitos específicos en cuanto al tamaño de la explotación, como un máximo de 10 hectáreas para agricultores o 50 cabezas de ganado mayor para ganaderos. Además, deben manifestar su disposición a trabajar en grupo y, en ocasiones, en forma comunitaria.