La Unión Europea está estudiando formas de facilitar que las exportaciones de gas de Estados Unidos cumplan sus normas sobre emisiones de metano, mientras el bloque intenta evitar una guerra comercial con el presidente estadounidense, Donald Trump, según dijeron a Reuters tres fuentes familiarizadas con el asunto.
La Comisión Europea está trabajando en su oferta para las negociaciones comerciales con Estados Unidos, con el fin de tratar de evitar los aranceles previstos por Trump. Ambas partes han señalado que la energía podría formar parte de un acuerdo comercial más amplio.
Trump ha dicho en varias ocasiones que la UE debería comprar más petróleo y gas estadounidenses para reducir el superávit comercial con Estados Unidos. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha dicho que la UE podría aumentar las compras de GNL estadounidense, mientras el bloque pretende abandonar el gas ruso para 2027.
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Como parte de las opciones energéticas que se están estudiando para facilitar las conversaciones comerciales con Estados Unidos, la Comisión está estudiando la posibilidad de flexibilizar la aplicación de las normas de la UE sobre el metano, lo que podría beneficiar a los exportadores estadounidenses de GNL, según las fuentes.
El objetivo sería evitar que se diluya la legislación general, introduciendo al mismo tiempo normas técnicas que permitan considerar que los exportadores estadounidenses siguen normas sobre metano "equivalentes" a las de la UE y, por tanto, cumplen automáticamente la legislación comunitaria.
Las fuentes no dieron detalles sobre cómo podría lograrse ese fin.
La medida podría complicarse por el plan de Trump de desechar las regulaciones estadounidenses existentes que exigen a los productores de gas informar sobre las emisiones de metano, lo que hace más difícil para la UE justificar dejar que las empresas estadounidenses cumplan automáticamente.
Un portavoz de la Comisión Europea se negó a comentar si estaba explorando posibles flexibilizaciones en la ley de metano que podrían beneficiar a los exportadores estadounidenses de GNL.
El metano es un potente gas de efecto invernadero y la segunda causa del cambio climático después de las emisiones de dióxido de carbono.
A partir de este año, la UE exige a los importadores de petróleo y gas a Europa que controlen y notifiquen las emisiones de metano asociadas a esas importaciones.
La ley de metano de la UE podría dar ventaja al GNL estadounidense frente al gas de proveedores con mayor intensidad de emisiones de metano, como Rusia y Argelia.
Con información de Reuters