Un grupo de países, entre ellos España, Francia, Kenia y Barbados, se comprometieron el lunes a gravar los vuelos de clase superior y los aviones privados en un intento de recaudar fondos para la acción por el clima y el desarrollo sostenible.
Mientras muchos países ricos reducen su ayuda oficial al desarrollo y los fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más frecuentes y graves, otros buscan nuevas fuentes de financiación, por ejemplo gravando a las industrias contaminantes.
El anuncio realizado en la jornada inaugural de la cumbre de la ONU sobre desarrollo celebrada en Sevilla, España, fue uno de los primeros que surgieron de la "Plataforma de Sevilla para la Acción", cuyo objetivo es poner en práctica el renovado marco de financiación mundial acordado antes de la cumbre.
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"El objetivo es contribuir a mejorar la fiscalidad verde y fomentar la solidaridad internacional, promoviendo sistemas fiscales más progresivos y armonizados", dijo la oficina del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en un comunicado.
La iniciativa, suscrita conjuntamente por Sierra Leona, Benín, Antigua y Barbuda y Somalia, contará con el apoyo técnico de la Comisión Europea, según informó en otro comunicado el Global Solidarity Levies Task Force ("Grupo Operativo Global de Gravámenes Solidarios").
Lanzada en noviembre de 2023, busca explorar nuevas formas de fiscalidad que puedan ayudar a apoyar los esfuerzos de los países en desarrollo para descarbonizarse y protegerse de los impactos del cambio climático.
Además de un impuesto sobre la aviación, que podría recaudar miles de millones de dólares, el grupo de trabajo dijo en un informe reciente que otros sectores que potencialmente podrían gravarse más incluyen el transporte marítimo, el petróleo y el gas, las criptodivisas y los superricos.
"Muchas de las ideas no son nuevas, ya que diferentes países han aplicado este tipo de gravámenes", dijo el presidente de Kenia, William Ruto.
"Lo que necesitamos es voluntad política. No podemos seguir hablando de cambio sin ponerlo en práctica. El mundo nos observa y espera resultados reales."
Rebecca Newsom, de la organización ecologista Greenpeace, calificó la medida de "paso importante para garantizar que los grandes consumidores de este sector tan poco gravado paguen la parte que les corresponde".
Añadió que el siguiente paso "obvio" era pedir cuentas a las empresas petroleras y gasísticas.
Con información de Reuters