La apertura de importaciones impulsada por el presidente Javier Milei puso en jaque a la industria argentina, con un impacto especialmente duro en La Rioja, donde el sector textil y del calzado —pilares de la economía local— enfrenta despidos, suspensiones y cierres. En un contexto donde el informe de la Fundación Observatorio Pyme (FOP) señala que el 45% de las empresas industriales percibe una amenaza externa por importaciones y el 33% perdió protagonismo en el mercado, la provincia vive una severa crisis productiva.
Miriam Espinosa, secretaria de Trabajo de La Rioja, advirtió en diálogo con El Destape sobre la situación alarmante que atraviesa el Parque Industrial. "En diciembre de 2019, el Parque Industrial tenía 3200 trabajadores, en su mayoría textiles y del vestido. Con la gestión de Ricardo Quintela, llegamos a 5600 empleos registrados en 2023, recuperando lo perdido entre 2016 y 2019 y superándolo", explicó. Sin embargo, desde enero de 2024, la apertura importadora cambió el rumbo: "Ya tuvimos el primer cierre textil, y en 2024 cerraron seis empresas, como una en Chamical y otra de zapatos de seguridad por la paralización de obra pública. Aproximadamente 500 personas quedaron sin trabajo, y en 2025 ya llevamos casi 170 despidos en el vestido, con 10 a 20 por semana", detalló la funcionaria.
Bajo esta línea, Espinosa apuntó a la reducción de aranceles y la "invasión" de apps como Shein o Temu, que traen productos chinos más baratos. "Hoy ese escenario cambió completamente, y las fábricas no pueden competir con los importados", subrayó.
Cabe destacar que Federico Poli, el director ejecutivo del FOP, señaló a El Destape que las PyMEs manufactureras enfrentan un "shock competitivo" por la apreciación cambiaria, la desregulación y medidas como la rebaja de impuestos a importaciones, sin incentivos para la producción local. "Esto alerta sobre la caída del empleo y la pérdida de capacidades productivas, afectando incluso al software y servicios informáticos con menor crecimiento y rentabilidad", indicó. En La Rioja, se suma la denuncia de contrabando y competencia desleal, con China como principal origen.
El impacto social por la falta de trabajo
"La gente cobra indemnizaciones que duran poco por la inflación 'dibujada' y techos paritarios bajos. Están muy endeudados y forman cooperativas para sobrevivir", aseguró Espinosa, citando el caso de Chamical, donde el cierre de una fábrica con 30 empleados afectó al comercio y la gastronomía. "Es una cadena dolorosa que se hace en toda la sociedad", subrayó.
Por otra parte, la funcionaria señaló que distintas empresas de la provincia suspendieron al 80% de su personal, mientras que marcas reconocidas como Puma recurren a retiros voluntarios. "La palabra que reina en el Parque Industrial es incertidumbre", afirmó.
En este marco, la funcionaria criticó duramente las políticas nacionales de Javier Milei: "Este Gobierno promueve lo de otros países por sobre los derechos de los trabajadores. La reforma laboral conculca conquistas históricas, y la apertura, con productos que no respetan normas ni derechos laborales, nos está matando".
Consultada sobre la falta de protestas visibles, la secretaria de Trabajo explicó que “las empresas optan por despedir sin causa, abonando el cien por ciento de la indemnización”, lo que reduce los niveles de conflictividad pero no alivia el problema de fondo: la pérdida de fuentes laborales.
Frente a esta crisis, la incertidumbre en el Parque Industrial de La Rioja se agrava con cada cierre y despido, dejando a los trabajadores en una encrucijada. Espinosa insistió en la necesidad de un cambio de rumbo: "Sin políticas que protejan la producción nacional y equilibren la apertura, vamos camino a una desindustrialización que nos costará décadas revertir".
La sociedad local, golpeada por esta cadena de efectos, exige soluciones urgentes. Desde el Observatorio Pyme, Federico Poli sugirió incentivos para la producción local y controles más estrictos a las importaciones, advirtiendo que la pérdida de capacidades productivas podría tener un costo económico y social irreparable. En La Rioja, donde el textil fue sinónimo de progreso, la esperanza depende ahora de una respuesta nacional que aún no llega, mientras las familias enfrentan un futuro incierto.