Desde el Obispado de La Rioja recordaron con afecto y gratitud las visitas que el fallecido Papa Francisco, entonces Jorge Bergoglio, realizó a la provincia, donde fortaleció su lazo con el pueblo riojano y con Monseñor Enrique Angelelli, mártir y referente de una Iglesia comprometida con los más humildes.
Su primer paso por tierras riojanas fue el 13 de junio de 1973, cuando, siendo un joven jesuita, viajó junto a otros miembros de su congregación para realizar un retiro espiritual guiado por Angelelli. Aquella experiencia lo marcó profundamente. “Fueron días inolvidables, días en que recibimos la sabiduría de un pastor que dialogaba con su pueblo y también las confidencias de las pedradas que recibía, simplemente por seguir el Evangelio”, recordó Bergoglio tiempo después, según indicó Medios Rioja.
La segunda visita ocurrió dos meses más tarde, el 14 de agosto de 1973, acompañando al Padre Pedro Arrupe, entonces Superior General de los jesuitas. En aquella ocasión, Bergoglio quedó conmovido por la fe y el coraje de las mujeres riojanas, y por el vínculo genuino entre Angelelli y su comunidad. Inspirado por ese encuentro, el propio Bergoglio escribió: “Promesante con la fe de peregrino, caminante incansable de recuerdos, alforja cargada de esperanzas, con el ritmo del ton ton de las cajas… así es el alma de mi pueblo”.
Años después, ya como Cardenal, el 4 de agosto de 2006, regresó a La Rioja para conmemorar los 30 años del martirio de Angelelli. En la Catedral San Nicolás de Bari, junto a los sacerdotes Martínez, González y La Civitta —a quienes había acompañado desde su formación— celebró una emotiva misa donde remarcó: “Angelelli era un hombre de encuentro, que salía a buscar, que soñaba con una patria preñada de vida, y que nos sigue llamando a ser hombres y mujeres de Evangelio, libres de prejuicios y ambiciones”.
Además, hubo una cuarta visita, menos conocida y fuera de agenda, en marzo de 1978. Durante tres días, Bergoglio predicó el retiro previo a la ordenación presbiteral de los jóvenes seminaristas a quienes cariñosamente llamaban “Los changos del Jefe”. La Rioja guarda con orgullo el testimonio y el cariño que el Papa Francisco siempre expresó por la tierra y la fe de su pueblo, un lazo que permanece vivo en cada recuerdo.
El emotivo mensaje de Quintela tras la muerte del Papa
El gobernador riojano afirmó: "Hoy te despedimos, querido Francisco. El mundo se queda un poco más solo sin tu voz, pero infinitamente agradecido por haber tenido el regalo de tu guía, tu ternura y tu ejemplo. Hombre sencillo y bueno, el que nunca dejó de ser ese cura cercano al pueblo, llegaste a lo más alto sin despegar los pies de la tierra".
"Nos enseñaste que la fe no se grita, se vive; que el amor se demuestra en gestos concretos, en la opción por los pobres, en la defensa de los olvidados, en el perdón y en la justicia. Tus palabras nos abrazaron en los momentos más oscuros. Nos llamaron a mirar al otro con compasión, a construir puentes, a no rendirnos nunca frente al dolor ni a la indiferencia", destacó el mandatario en su cuenta de X.
En ese tono, destacó que "a horas de la Pascua, tu partida nos conmueve profundamente, pero también nos recuerda el mensaje que tantas veces repetiste: el amor es más fuerte que la muerte", y concluyó: "Gracias por habernos hecho sentir parte del corazón de la Iglesia, por tu cercanía, por tu bendición para nuestra gente, por habernos recordado, como lo hizo Angelelli, que Dios camina con los que sufren. Le queda un legado inmenso al mundo, y un vacío que solo puede llenarse con más amor, más humildad, más entrega. Hasta siempre, Francisco querido".