Países de todo el mundo amenazaron con recrudecer la guerra comercial con Estados Unidos después de que los aranceles generalizados del presidente Donald Trump hicieran temer subidas de precios en el mayor mercado de consumo del mundo y una recesión económica global.
Las sanciones anunciadas por Trump el miércoles provocaron un desplome de los mercados financieros mundiales y suscitaron la condena de otros líderes preocupados por el fin de una era de liberalización comercial que ha durado décadas.
Pero hubo mensajes contradictorios desde la Casa Blanca sobre si los aranceles estaban destinados a ser permanentes o eran una táctica para ganar concesiones, con Trump diciendo que "nos dan un gran poder para negociar".
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Los aranceles estadounidenses equivaldrían a las barreras comerciales más altas en más de un siglo: un arancel base del 10% sobre todas las importaciones y aranceles específicos más altos sobre algunos de los mayores socios comerciales del país.
Esto podría disparar el precio para los compradores estadounidenses de todo tipo de productos, como el cannabis, las zapatillas de correr y el iPhone de Apple. Un iPhone de gama alta podría costar casi 2.300 dólares si Apple repercute los costes a los consumidores, según las proyecciones de Rosenblatt Securities.
Las empresas se apresuraron a adaptarse. El fabricante de automóviles Stellantis dijo que despediría temporalmente a trabajadores estadounidenses y cerraría plantas en Canadá y México, mientras que General Motors dijo que aumentaría la producción en EEUU.
El banco de inversión JP Morgan dijo que ahora ve un 60% de posibilidades de que la economía mundial entre en recesión a finales de año, frente al 40% anterior.
El primer ministro canadiense, Mark Carney, afirmó que Estados Unidos había abandonado su papel histórico de paladín de la cooperación económica internacional.
"La economía mundial es hoy fundamentalmente diferente de lo que era ayer", dijo al anunciar un conjunto limitado de contramedidas.
Por otra parte, China prometió represalias por los aranceles del 54% impuestos por Trump a las importaciones de la segunda economía mundial, al igual que la Unión Europea, que se enfrenta a un arancel del 20%.
El presidente francés, Emmanuel Macron, pidió a los países europeos que suspendan las inversiones en Estados Unidos.
Otros socios comerciales, entre ellos Japón, Corea del Sur, México e India, dijeron que por ahora aplazarían cualquier represalia mientras buscan concesiones.
Tanto los aliados como los rivales de Washington advirtieron de un golpe devastador para el comercio mundial. Japón, uno de los mayores socios comerciales de Estados Unidos y su mayor inversor extranjero, se enfrenta ahora a una "crisis nacional", dijo al Parlamento el primer ministro, Shigeru Ishiba.
La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, pidió a Washington y a sus socios comerciales que trabajen para resolver las tensiones comerciales y reducir la incertidumbre.
Los aranceles "representan claramente un riesgo significativo para las perspectivas mundiales en un momento de lento crecimiento", dijo Georgieva.
El secretario de Comercio de EEUU, Howard Lutnick, y el principal asesor comercial, Peter Navarro, dijeron el jueves en entrevistas televisivas que el presidente no daría marcha atrás y que el aumento de los aranceles no era una negociación.
Trump pareció entonces contradecirles, diciendo a los periodistas: "Los aranceles nos dan un gran poder de negociación. Siempre lo han tenido. Lo usé muy bien en el primer Gobierno, como vieron, pero ahora lo estamos llevando a un nivel totalmente nuevo".
Las bolsas sufrían un desplome mundial, el dólar estadounidense se derrumbaba y los precios del petróleo se encaminaban a su peor semana en meses, mientras los analistas advertían de que los aranceles podrían mermar la demanda, poner patas arriba las cadenas de suministro y perjudicar los beneficios empresariales.
El Dow cayó casi un 4% el jueves, su mayor pérdida porcentual en un día desde junio de 2020. El S&P 500 perdió casi un 5% y el Nasdaq, de gran peso tecnológico, retrocedió casi un 6%, su peor día en términos porcentuales desde marzo de 2020, al inicio de la pandemia del COVID-19.
Las empresas estadounidenses con una importante producción en el extranjero se vieron afectadas. Las acciones de Nike perdieron un 14% y las de Apple cayeron un 9%.
El sufrimiento de los mercados continuaba el viernes, con el Nikkei japonés a punto de registrar su mayor caída semanal en cinco años, en un desplome liderado por los valores bancarios. Los rendimientos de los bonos japoneses retrocedían con fuerza, al tiempo que los inversores apostaban a que el Banco de Japón podría verse obligado a reconsiderar sus planes de subir los tipos de interés.
Con información de Reuters