Israel bombardeó un importante edificio militar en la capital de Siria, Damasco, y reportan que habría al menos un muerto y 18 heridos. El ataque, que destruyó el cuartel general de las Fuerzas Armadas sirias, quedó registrado por las cámaras de un noticiero y fue confirmado por el propio Gobierno israelí, que está sumido en una crisis política interna.
"Bombardeos israelíes en las inmediaciones del edificio del cuartel general del Estado Mayor, en la plaza de los Omeyas en Damasco", informó la televisión estatal siria, Al Ijbariya. El propio Ejército israelí confirmó su bombardeo sobre "un objetivo militar" en áreas del Palacio Presidencial sirio.
"Las FDI alcanzaron la entrada del cuartel general militar del régimen sirio en la zona de Damasco, Siria", habían publicado las Fuerzas de Defensa de Israel en su cuenta oficial de X. La cadena Al Jazeera mostró imágenes del impacto de un misil sobre el edificio militar, que quedó envuelto en una enorme nube de humo. Esa misma explosión fue transmitida en vivo por otro canal, mientras una periodista relataba ataques que se reportaban a kilómetros.
En este contexto, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, fue consultado por los ataques israelíes y aseguró que estar "preocupado" por la situación. "Vamos a trabajar en ese asunto mientras hablamos. Acabo de hablar por teléfono con las partes pertinentes. Estamos muy preocupados, y espero que tengamos novedades hoy. Pero estamos muy preocupados por ello", dijo Rubio.
La crisis del Gobierno israelí
Este bombardeo se dio horas después de que el gobierno de Benjamín Netanyahu llegara a uno de sus peores momentos. En medio de las críticas de la comunidad internacional por su avance sobre la Franja de Gaza y las condiciones inhumanas a las que somete al pueblo palestino, se agregó la crisis provocada por la salida de uno de sus aliados a la coalición de Gobierno. Se trata del partido ultraortodoxo de Israel, Judaísmo Unido de la Torá, que abandonó la mayoría oficialista este martes por la incapacidad del Ejecutivo para aprobar una ley que exima a los judíos ultrarreligiosos de hacer el servicio militar obligatorio. Esta situación aumentó el temor de que otro aliado ultraortodoxo de Netanyahu haga lo mismo y lo deje en minoría en el parlamento.