El Pentágono confirmó que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, mandará 2.000 efectivos "adicionales" de la Guardia Nacional hacia Los Ángeles, en medio de las marchas contra de las redadas migratorias. Estos refuerzos se agregaron a los 2.000 que ya se habían desplegado el sábado y a los 700 militares Marines que fueron enviados el lunes 9.
"Por orden del presidente, el Departamento de Defensa está movilizando 2.000 efectivos adicionales de la Guardia Nacional de California" tuiteó en la red social X, Sean Parnell, el portavoz del Pentágono. Aclaró que irán "para apoyar al Servicio de Control de Inmigración y Aduanas y permitir que los agentes federales cumplan con sus funciones".
La decisión de Trump de enviar a la Guardia Nacional para controlar las protestas contra las redadas del Servicio de Control de Inmigración, enfureció al gobernador del Estado de California, Gavin Newson, dado que Trump tomó la decisión sin previa consulta a él. Lo calificó de "dictador" en una publicación en sus redes sociales.
"Los marines de Estados Unidos han servido honorablemente en múltiples guerras en defensa de la democracia", publicó Newsom en su cuenta de X. "No deberían ser desplegados en suelo estadounidense enfrentándose a sus propios compatriotas para cumplir la fantasía demente de un presidente dictatorial. Esto es poco estadounidense", agregó después.
Tensión en Los Ángeles: ya son casi 5.000 los efectivos que mandó Trump
El mando militar regional declaró que en la operación en curso en Los Ángeles, denominada Task Force 51, "están participando unos 2.100 guardias nacionales" y alrededor de "700 marines en activo". Si bien primero estos últimos habían sido 500, más tarde confirmaron que serían 700.
"Marines estadounidenses en activo de Camp Pendleton serán desplegados en Los Ángeles para ayudar a proteger a los agentes federales y los edificios", declaró la fuente que pidió mantener el anonimato.
Con el nuevo despliegue de fuerzas, Trump sumó cerca de 5.000 efectivos en la ciudad, lo que intensificó las tensiones con el gobernador Newsom y los defensores de los derechos civiles. De acuerdo a fuentes oficiales del Gobierno estadounidense, todos los efectivos que fueron enviados están minuciosamente "entrenados en desescalada, gestión de multitudes y normas para el uso de la fuerza".
Lo llamativo de la decisión es que el despliegue de militares en territorio estadounidense "es una decisión excepcional", que preocupa a los activistas de los derechos civiles, dado que es la primera vez en 33 años que no pasaba una situación parecida.
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