"Bloqueemos todo": crecen las protestas en toda Francia frente a una clase política en crisis

Unas 250.000 personas salieron en las calles para rechazar el ajuste que impulsa Macron, ahora con un nuevo primer ministro de derecha, que vuelve a ignorar los resultados electorales del año pasado. El Gobierno respondió con un masivo despliegue policial y más de 470 detenidos.

10 de septiembre, 2025 | 19.35

Bajo la consigna de "Bloqueemos todo", las calles, avenidas y rutas de toda Francia fueron el escenario de la bronca que está masticando la gente hace años. Piquetes y protestas se multiplicaron en París, Marsella, Rennes y Toulouse, entre otras localidades para hacerle saber, una vez más, al presidente Emmanuel Macron que no quieren el ajuste masivo que, con un gobierno tras otro, intenta imponer. Esta vez, entre 200.000 y 250.000 personas se movilizaron y las autoridades respondieron de igual manera: desplegaron a 80.000 miembros de las fuerzas de seguridad, hubo tensión, algunos enfrentamientos y 473 detenidos. 

Era una fecha muy esperada porque están todos los elementos para el inicio de un nuevo movimiento de protesta masivo como el de los chalecos amarillos, que sacudió y casi hizo caer a Macron a fines de 2018 y a lo largo de 2019 hasta la pandemia. La crisis de representación se ha profundizado desde ese momento. El mandatario se revalidó en las urnas pero sólo gracias al compromiso democrático de millones de franceses que lo votaron para evitar un triunfo de la extrema derecha de Marine Le Pen. Macron, sin embargo, respondió a este gesto con más gobiernos de derecha que limitan o eliminan derechos, y proponen recetas liberales para salir del estancamiento económico.

Por eso, la calle volvió a recalentarse en Francia, apenas dos días después de que el segundo primer ministro apoyado por Macron desde las últimas elecciones legislativas  perdiera el apoyo del Parlamento y tuviera que renunciar.  El Ministerio del Interior informó que se registraron 813 actos de bloqueo y protestas espontáneas, y relativizó la huelga convocada porque, sostuvo, tuvo una adhesión reducida en el sector público: solo un 4% de los funcionarios se sumaron al paro. No obstante, los grandes sindicatos están planeando una medida de fuerza nacional y masiva para el jueves 18.

Conflicto en Francia: los reclamos de la gente

En París, las protestas se concentraron en la Plaza de la República y en Châtelet, donde más de un millar de personas corearon consignas contra el presidente. "Estamos en la mierda", decía el cartel que llevaba un manifestante en la cabeza, acusando a Macron y al ahora ex primer ministro François Bayrou de haber llevado al país a una crisis política y económica "sin precedentes". El reclamo central fue contra la pérdida del poder adquisitivo, que afecta con fuerza a trabajadores y jubilados, sumado al rechazo general a los recortes en educación y salud pública, y a la designación de Sebastián Lecornu, otro dirigente de derecha cercano a Macron, como nuevo primer ministro francés.

A estos reclamos se sumaron otros vinculados a la política internacional, especialmente en torno al genocidio contra los palestinos en Gaza, cuestión que tuvo eco en distintos sectores de la población francesa. La movilización, que empezó como un movimiento ciudadano autoconvocado, terminó recibiendo el apoyo de sindicatos y partidos de izquierda como La Francia Insumisa, los socialistas y los ecologistas, que buscan presionar al Gobierno en un escenario de creciente descontento.

La respuesta del Gobierno

Como ya es costumbre, el Gobierno respondió a las protestas con denuncias. El ministro del Interior, Bruno Retailleau, alertó sobre un supuesto "clima de insurrección" y afirmó que el movimiento social fue "secuestrado por la extrema izquierda". Destacó también la labor de las fuerzas de seguridad, que lograron contener incidentes como el intento de toma de la estación de tren Garde du Nord en París, la más transitada de Europa, y la quema de un restaurante en Châtelet. En total, se contabilizaron 13 policías heridos durante la jornada.

Los sindicatos ya convocaron a una nueva jornada de manifestaciones y huelgas para el 18 de septiembre, lo que anticipa que la crisis política que desnudó la caída del gobierno de Bayrou esta semana ya se trasladó a la calle, las escuelas y las fábricas.