Los eclesiásticos y laicos que participarán en el Cónclave que elegirá un nuevo Papa, prestaron hoy el juramento y sellaron el compromiso de confidencialidad total que rodea al importante evento de la Iglesia Católica. En este marco, el sacerdote y vocero de Jorge Bergoglio, Guillermo Marcó, afirmó que “nadie sabe nada de lo que va a pasar, solo Dios”.
En tanto, el juramento fue en la Capilla Paulina, Tercera Logia del Palacio Apostólico, según informó el Vaticano. Lo hicieron todos quienes fueron aprobados por el Cardenal Camarlengo y los tres Cardenales Asistentes, según la Constitución Apostólica "Universi Dominici Gregis" n. 48 y sellaron el compromiso de confidencialidad total que rodea al Cónclave que comenzará este miércoles.
El juramento fue pronunciado en cumplimiento de la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, promulgada por el Papa Juan Pablo II, el 22 de febrero de 1996, agrega la información de Vatican News. El secreto es absoluto y no están permitidas grabaciones ni de audio, ni de video. Cualquier intento de romper esta confidencialidad se castiga con la excomunión automática (latae sententiae), impuesta directamente por la Santa Sede.
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En este marco, Guillermo Marcó se refirió al cónclave que definirá al sucesor de Francisco en el Vaticano y remarcó que “en realidad nadie sabe nada de lo que va a pasar, solo Dios”. Al mismo tiempo, subrayó que más allá de las candidaturas visibles, “hasta que no aparezca el nuevo Papa en el balcón, no va a haber anuncio de quién es el elegido”, en diálogo con AM 530.
También aclaró que la elección no se limita a continuar el legado de Francisco, sino que se trata de una decisión mucho más trascendental: “Un cardenal de la Iglesia Católica no está eligiendo solo al sucesor de Francisco, sino al sucesor de San Pedro”.
Entre los 132 cardenales que participarán del cónclave, figuran cuatro argentinos con posibilidad de voto: Víctor Manuel Fernández, actual prefecto para la Doctrina de la Fe; Mario Poli, arzobispo emérito de Buenos Aires; Ángel Sixto Rossi, arzobispo de Córdoba; y el más reciente, el cardenal Bocalik, obispo de Santiago del Estero. Según Marcó, el hecho de que haya argentinos no significa que necesariamente uno de ellos deba ser elegido: “Podría ser, pero no es costumbre. La Iglesia mira otras cosas”.
El procedimiento del cónclave, según explicó Marcó, puede extenderse todo lo necesario hasta alcanzar un acuerdo. Si después de varios días no hay consenso, se establece un retiro espiritual obligatorio para los cardenales, y se reduce la votación a los dos más votados. A partir de allí, se define por mayoría simple: “Ahí ya tenemos fumata blanca”, aclaró y cerró: “El que venga será el que Dios elija para el momento que toca venir”.
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Quiénes son los participantes del juramento
La lista de participantes es extensa e incluye desde altos cargos religiosos hasta personal de apoyo:
- El secretario del Colegio Cardenalicio y el maestro de las Celebraciones Litúrgicas, monseñor Diego Ravelli.
- Siete ceremonieros pontificios.
- Un eclesiástico de confianza del cardenal que preside el Cónclave.
- Dos religiosos agustinos encargados de la Sacristía Pontificia.
- Confesores en distintos idiomas.
- Médicos, enfermeros y ascensoristas del Palacio Apostólico.
- Personal de limpieza y cocina.
- Empleados de la Florería y técnicos de servicios.
- Conductores que trasladan a los cardenales desde la Casa Santa Marta.
- Dos oficiales de la Guardia Suiza Pontificia, responsables de la seguridad en la Capilla Sixtina.
- El director de Seguridad y Protección Civil del Estado de la Ciudad del Vaticano, junto con parte de su equipo.
Antes de prestar juramento, todos ellos recibieron una explicación detallada de su significado. Luego, recitaron y firmaron personalmente la fórmula oficial ante el cardenal Kevin Joseph Farrell, camarlengo de la Santa Romana Iglesia, en presencia de dos protonotarios apostólicos.