El último viaje del príncipe Harry al Reino Unido estuvo rodeado de polémica y expectativas. Desde que decidió alejarse de la Casa Real británica, cada uno de sus movimientos genera atención, pero esta vez la posibilidad de un encuentro con su padre, el rey Carlos III, captó todas las miradas. Después de cinco años de distanciamiento, la familia podría estar cerca de limar asperezas.
Durante la semana, se especuló mucho sobre el paradero del rey Carlos III, quien tradicionalmente pasa su retiro de verano en Escocia. Sin embargo, se esperaba que regresara a Londres en estos días, justo cuando Harry se encuentra en la capital. La agenda del monarca para las próximas semanas incluye eventos importantes, como el funeral de la duquesa de Kent y la visita de Estado de Donald Trump, lo que hace que el momento de su llegada sea clave.
Según medios británicos, Carlos III regresó a Londres el miércoles, coincidiendo con la estadía de su hijo. Además, su regreso estaría motivado por una cita médica vinculada al tratamiento contra el cáncer que está siguiendo. Este dato aporta una dimensión más humana a la situación y podría influir en la disposición del rey para un posible acercamiento familiar.
Por qué se pelearon Carlos III y el príncipe Harry
Un factor central en la tensión entre padre e hijo fue el tema de la seguridad de Harry y su familia. El príncipe enfrentó al Ministerio del Interior y a la Policía Metropolitana en tribunales para mantener la protección oficial tras alejarse de la realeza, pero perdió el juicio. Este episodio marcó un punto de inflexión y podría ser la llave para una reconciliación. Se menciona que Harry habría sido recibido en el aeropuerto de Heathrow por un oficial del Escuadrón de Protección de la Realeza, lo que indicaría un cambio en las relaciones, aunque no hay confirmaciones oficiales al respecto.
Durante su estadía, Harry retomó actividades con un perfil muy similar al que tenía cuando formaba parte activa de la familia real. Realizó donaciones millonarias y participó en eventos públicos, con una cobertura mediática mucho más respetuosa que en ocasiones anteriores. Su agenda se centró en causas sociales vinculadas a la infancia y juventud, evitando polémicas y respetando los límites de su nuevo rol.
Por su parte, el príncipe Guillermo y Kate Middleton también hicieron movimientos estratégicos. La confirmación de su presencia en un acto oficial horas antes de la llegada de Harry fue interpretada como un gesto que buscó mantener la atención mediática sobre ellos y evitar coincidencias incómodas. Su ausencia en Windsor, donde reside la familia, coincidió con el día que Harry depositó flores en la cripta real en memoria de Isabel II, marcando así la distancia entre los hermanos.
Este comportamiento refuerza la idea de que, por ahora, la reconciliación sólo estaría en manos del rey Carlos III y el príncipe Harry, sin participación de los príncipes de Gales. El desenlace de esta historia familiar sigue siendo un misterio, pero sin dudas, el regreso de Harry y el movimiento del monarca abren una ventana para que se produzca un encuentro muy esperado por muchos.