El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sorprendió este viernes al mandatario Volodimir Zelenski en la reunión compartida que tuvieron en la Casa Blanca, al expresar su interés en una propuesta rusa para construir un túnel submarino que conecte Alaska con Rusia. El proyecto fue mencionado un día antes por Kirill Dmitriev, enviado de inversiones del presidente Vladimir Putin y director del Fondo de Inversión Directa de Rusia (RDIF), quien incluso sugirió la posible participación de Elon Musk, fundador de The Boring Company.
"Un túnel de Rusia a Alaska. Eso es interesante", comentó Trump cuando los periodistas le consultaron sobre la idea. El mandatario estadounidense después bromeó con Zelensky al preguntarle qué opinaba del proyecto. El líder ucraniano, que enfrenta desde hace más de tres años la guerra con Rusia, respondió con seriedad: "No estoy contento con eso", lo que desató una risa de Trump ante la tensa reacción de su invitado.
El enviado ruso Kirill Dmitriev explicó en la red social X que la idea de un enlace físico entre Rusia y Estados Unidos "refleja una visión centenaria", recordando los primeros proyectos del ferrocarril Siberia-Alaska propuestos en 1904 y retomados en 2007 por el Kremlin. "El RDIF ha estudiado las propuestas existentes, incluido el ferrocarril Estados Unidos-Canadá-Rusia-China, y apoyará la más viable", señaló el delegado ruso.
Dmitriev añadió que con la tecnología moderna de The Boring Company, la firma de Elon Musk especializada en túneles subterráneos, "esto puede convertirse en un túnel Putin-Trump", conectando Rusia y América a través del estrecho de Bering por menos de 8000 millones de dólares. La empresa de Musk ya cuenta con experiencia en la construcción de túneles urbanos y sistemas de transporte de alta velocidad, lo que refuerza la factibilidad técnica del proyecto, aunque su costo y su viabilidad política siguen siendo inciertos.
La propuesta rusa llega dos meses después de la cumbre entre Trump y Putin en Anchorage, Alaska, donde ambos mandatarios se mostraron públicamente por primera vez desde que Trump volvió a la Casa Blanca. Aunque aquel encuentro no arrojó resultados concretos sobre el conflicto en Ucrania, habría servido para reabrir canales de diálogo económico y político entre Moscú y Washington.
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El estrecho de Bering: un desafío geográfico y político
El estrecho de Bering, de unos 82 kilómetros de ancho en su punto más estrecho, separa la región rusa de Chukotka del estado de Alaska. En el medio se encuentran las islas Diómedes, una perteneciente a Rusia y otra a Estados Unidos, separadas por apenas cuatro kilómetros. Sin embargo, los especialistas advierten que, más allá del túnel, el principal desafío sería la infraestructura: tanto las carreteras como las vías férreas en el extremo oriental ruso son escasas o inexistentes.
La distancia más pequeña entre los territorios de Rusia y Estados Unidos a través del estrecho es de apenas unos 82 kilómetros y la profundidad máxima es de 90 metros. Los científicos consideran que los primeros humanos emigraron de Asia a Norteamérica a través de una lengua de tierra cuando el estrecho no estaba cubierto de agua, lo cual motiva la idea de unir a los dos continentes.