Cónclave: cómo es el juramento de silencio de los cardenales y el personal del Vaticano

El personal eclesiástico y laico abocado al cónclave que elegirá al sucesor de Francisco ya realizó el juramento, mientras que los cardenales lo harán mañana.

06 de mayo, 2025 | 13.48

A un día de que comience el cónclave que elegirá al sucesor del papa Francisco, el personal del Vaticano que estará abocado a su desarrollo ya realizó el juramento de silencio, que implica que no podrán divulgar nada de lo que ocurra bajo pena de diversas sanciones, incluyendo la excomunión.

A las 17 del último lunes, todo el personal que participará en el cónclave, tanto eclesiástico como laico, prestó juramento de silencio en la Capilla Paulina.

Es decir, la obligación alcanza al personal eclesiástico como el Secretario del Colegio Cardenalicio, el maestro de las celebraciones litúrgicas y a los ceremonieros pontificios. Pero también involucra a miembros laicos como médicos, enfermeros, personal de limpieza, cocina e integrantes de la Guardia Suiza, entre otros.

Durante la ceremonia, todos debieron firmar un texto ante el camarlengo Kevin Joseph Farrell, cuyo contenido establece: "Prometo y juro mantener absoluto secreto con cualquiera que no forme parte del colegio de cardenales electores, y esto a perpetuidad a no ser que reciba permiso especial expresamente dado por el nuevo pontífice elegido o por sus sucesores, sobre todo lo que directa o indirectamente se refiere a la votación y al escrutinio para la elección del sumo pontífice".

El juramento incluye una cláusula adicional: "Asimismo prometo y juro abstenerme de utilizar cualquier medio de grabación, audición o visualización de cualquier cosa que tenga lugar en la Ciudad del Vaticano durante el período electoral y, en particular, de cualquier cosa que esté relacionada directa o indirectamente con las operaciones conectadas con la elección misma".

Por su parte, los cardenales electores (133 de 135, ya que hay dos que se ausentaron por motivos de salud) prestarán su juramento de confidencialidad el miércoles por la tarde, una vez que hayan ingresado a la Capilla Sixtina.

Finalizado ese acto, el maestro de ceremonias papales, Diego Ravelli, pronunciará la tradicional fórmula “Extra omnes” ("todos fuera" en latín), dando inicio al retiro de quienes no participarán del proceso. La puerta se cerrará con llave y comenzará la fase de meditación, tras la cual se llevará a cabo la primera votación para designar al nuevo papa.

El cónclave contempla sanciones como la excomunión para quienes divulguen información de lo que ocurrió dentro. Para evitar cualquier tipo de fuga, el Vaticano anunció que desde las 15 del miércoles quedarán suspendidas "todas las instalaciones de transmisión de la señal de telecomunicaciones móviles y de radio" dentro de su territorio. La restricción recién se levantará una vez que se haya designado al nuevo pontífice.

Los cardenales electores se aíslan en la víspera del cónclave

Los cardenales que participarán en la reunión secreta para elegir a un nuevo papa comenzaron a registrarse en dos hoteles del Vaticano el martes, donde se les prohibirá el contacto con el mundo exterior mientras deciden quién debe suceder al papa Francisco.

El cónclave comenzará a puertas cerradas en la Capilla Sixtina el miércoles 7 de mayo por la tarde, y todos los cardenales menores de 80 años podrán votar sobre quién debe ser el próximo líder de la Iglesia católica, de 1.400 millones de miembros.

La contienda para suceder a Francisco, fallecido el mes pasado, está muy abierta. Aunque se han citado los nombres de algunos posibles favoritos, varios de los 133 cardenales que se espera que voten en el cónclave han dicho que no saben quién será el próximo papa.

Los cónclaves suelen durar varios días y se celebran varias votaciones antes de que un aspirante obtenga la mayoría de dos tercios necesaria para convertirse en papa. Se realiza una votación el primer día y cuatro desde el segundo día (dos por la mañana y dos por la tarde).