"El adversario es uno solo, el gobierno de Milei", subrayó este miércoles Axel Kicillof como forma de dar por cerrado el capítulo de tensión interna generado por la fecha de las elecciones provinciales, que se suponía concluido luego del decreto firmado por el gobernador convocando para el 7 de septiembre. Sin embargo, el jefe del bloque de diputados bonaerenses de Unión por la Patria, Facundo Tignanelli, muy cercano a Máximo Kirchner, volvió sobre la idea de que se apruebe en la Legislatura el proyecto de María Teresa García, que no sólo busca suspender las PASO sino también juntar las elecciones provinciales con las nacionales del 26 de octubre. En la práctica, los bloques de legisladores del oficialismo buscarían así anular un decreto del gobernador. El ministro de la Comunidad, Andrés Larroque, calificó la intentona como "golpe institucional".
"Esa unidad nos tiene que dar la fortaleza para mostrarle al pueblo que hay una alternativa de miseria, hambre y entrega", sostuvo Kicillof al participar del congreso de delegados de la UOM de Mar del Plata. Todo su mensaje pivoteó alrededor de la idea de unidad y de oposición al gobierno libertario, el único y real adversario a derrotar. Su ministro de Gobierno, Carlos Bianco, aseguró que la intención era elaborar listas de unidad para las elecciones provinciales, incluyendo la posibilidad de Cristina Kirchner como primera candidata en la tercera sección electoral. "No hay mejor candidata para la unidad", le dijeron a Máximo durante el extenso encuentro que mantuvieron el domingo pasado en La Plata sin llegar a ningún acuerdo.
En el cristinismo, al menos durante este miércoles, no mostraban la misma intención de dar vuelta la página y dejar las diferencias de lado en pos de la unidad. Tignanelli volvió a plantear públicamente el objetivo de "hacer caer los dos decretos de convocatoria", el firmado en su momento convocando a las PASO -una formalidad obligada por el cronograma- y el de esta semana fiando las elecciones en septiembre. Para el primer decreto, el propio Kicillof envió un proyecto para que se suspendan las primarias obligatorias, algo en lo que coinciden prácticamente todas las fuerzas provinciales. "Pero queremos hacer caer los dos decretos para que los bonaerenses vayan a votar un día", planteó Tignanelli, que no pareció tomar nota de lo que estaba diciendo: que los dos jefes de bloque del oficialismo impulsaran un proyecto para anular una decisión del gobernador.
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Quien sí lo hizo fue Andrés Larroque, convertido en el más duro impugnador de Máximo Kirchner y La Cámpora, agrupación a la que perteneció tiempo atrás. “Hay una anormalidad en el funcionamiento institucional de la provincia: no podemos contar con la Legislatura, con los bloques. Los dos presidentes de los bloques que se dicen oficialistas funcionan como arietes de la oposición”, resaltó. También dijo: “Hay movimientos que hablan a las claras de un golpe institucional en la provincia de Buenos Aires. No dejaron sin presupuesto, sin endeudamiento, sin fiscal ni impositiva a fin de año. La Cámpora articuló todo ese movimiento”.
Cristina Kirchner reunió este miércoles a su tropa en sus oficinas, pero no trascendió el contenido de lo conversado. En principio, en la Legislatura no tendrían el número para avanzar en la propuesta de Tere García, pero Kicillof tampoco llegaría al número para la suspensión de las PASO. En la gobernación pretendían que el proyecto se discuta la semana que viene, pero siempre y cuando tengan los votos. Así las cosas, la Legislatura quedaría trabada, sin que ninguno de los dos sectores reúna una mayoría. En ese panorama, podría suceder que queden en pie las PASO ya convocadas para el 13 de julio y que esa instancia sirva para dirimir las diferencias internas. El problema sería que los bonaerenses tendrían que ir a votar tres veces en el espacio de cuatro meses, algo que se quiere evitar.
Kicillof continuó recibiendo el apoyo público de intendentes por su decisión. Mantiene un diálogo diario con Sergio Massa, a través de quien a veces hace llegar mensajes para Cristina y Máximo. Un dato que no pasó desapercibido fue que Sebastián Galmarini, cuñado de Massa y director del Banco Provincia, saliera a expresar que consideraban la discusión por la fecha de las elecciones como un tema cerrado y que los esfuerzos debían concentrarse ahora en mantener la unidad. En principio, no hubo renuncias en el gabinete de Kicillof, ni fractura en los bloques legislativos. En lo institucional, la unidad se mantiene.