CGT sondea acuerdo interno por un nuevo triunvirato de conducción

La "mesa chica" de la central obrera se reunirá por la tarde en la sede de UPCN. Se intentará diseñar otra conducción colegiada por consenso. También se debatirá sobre el rumbo electoral y la bilateral entre Milei y Trump. 

15 de octubre, 2025 | 08.16

La “mesa chica” de la CGT se reunirá en la tarde de este miércoles para explorar un acuerdo interno con vistas a la renovación de autoridades del 5 de noviembre. Una treintena de secretarios generales de sindicatos grandes y medianos se congregará a partir de las 16 en la sede de Moreno al 1300 del gremio estatal UPCN, adonde también podrá analizar el resultado de la singular bilateral de Javier Milei con Donald Trump y el desarrollo de la campaña electoral para el 26 de octubre.

En los últimos días un sinnúmero de contactos grupales y mano a mano trazaron un primer borrador de nuevo triunvirato de líderes destinado a reemplazar a la actual jefatura, a cargo de Héctor Daer, Carlos Acuña y Octavio Argüello. A la ratificación de Jorge Sola como reemplazo de Daer en representación de los “gordos” de los grandes sindicatos de servicios y la posible continuidad de Argüello como portavoz de Hugo Moyano, de Camioneros y de los sindicatos del transporte en general, se le sumó que volvió a tomar aire la postulación de Cristian Jerónimo (sindicato de empleados de la industria del vidrio) apadrinado por Gerardo Martínez.

Como reveló El Destape, la nominación de Jerónimo había sido vetada por un grupo de dirigentes que le achacaban desde su apoyo a una lista opositora al gremio de colectiveros UTA (postura que pasa por alto que fue el propio Hugo Moyano quien estimuló esa ruptura) hasta un ascenso poco transparente en su gremio, Seivara, que gobierna desde 2018. No obstante, Martínez logró fortalecerlo la semana pasada tras convencer a sus pares del grupo de los “independientes” (gremialistas con buen diálogo con todos los gobiernos) Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias).

El esquema, sin embargo, es apenas un bosquejo sujeto a modificaciones hasta el 5 de noviembre. El principal mojón hasta entonces será el resultado electoral del 26 de octubre, adonde la CGT espera un triunfo del peronismo y un protagonismo excluyente del gobernador bonaerense, Axel Kicillof. Del desenlace electoral dependerá, en última instancia, el tipo que de CGT que alumbrará el Congreso del 5 de noviembre.

Mientras tanto, la reactivación de la candidatura de Jerónimo y la insistencia de Moyano en mantener a su hombre en el triunvirato le restaron posibilidades a Maia Volcovinsky, adjunta del sindicato de judiciales UEJN, que aparecía en el horizonte como la posible representante mujer en la jefatura. En el núcleo de decisiones de la CGT admitieron que su postulación sufrió embates que fueron desde el sector de Luis Barrionuevo hasta el seno de su propio sindicato, en el que el secretario general, Julio Piumato, pareció desentenderse de la condición de patrocinador. En algunos espacios de la central, sin embargo, reivindican las chances de Volcovinsky por entender que es una de las que más estableció vínculos con sus pares de otros gremios y los convenció de la necesidad de que una mujer volviese al cargo de mayor responsabilidad desde el paso accidentado de Susana Stochero (exRueda) entre 2004 y 2005 como delegada de los "gordos". 

La posibilidad de un acuerdo entre sectores mayoritarios, representados por los “gordos”, los “independientes”, Hugo Moyano y Luis Barrionuevo le permitiría, además, a la central obrera excluir del debate por la renovación a los dirigentes alineados con Cristina Fernández como el metalúrgico Abel Furlán o el bancario Sergio Palazzo. Ambos, junto con el mecánico y diputado nacional Mario Manrique, número dos de Ricardo Pignanelli en el Smata, habían alentado la formación de un espacio crítico de la conducción más tradicional de la CGT que impusiera al menos uno de los tres futuros secretarios generales.

La doble elección de octubre y noviembre ocupó por completo la atención de la CGT en las últimas semanas. De ahí que sus líderes optaran por reducir la conmemoración del Día de la Lealtad peronista, este viernes, a un acto simbólico que se hará el día anterior a través de la proyección de un “mapping” sobre la fachada del edificio de la central sindical, en Azopardo 802, tal como adelantó en exclusiva este medio el 24 de septiembre. Será, admiten en la “mesa chica”, una forma de esquivar el armado de una movilización masiva con sus costos políticos y económicos derivados, y también de darles visibilidad a los posibles candidatos surgidos de las últimas negociaciones hasta entonces.