PRO-UCR-LLA: qué pasa en Buenos Aires tras la fallida Ficha Limpia

Las elecciones de este domingo 11 de mayo serán clave para medir la fuerza de los libertarios en soledad, pero las porteñas del 18 marcarán el inicio de la etapa final en las negociaciones bonaerenses. Ya hay una propuesta sobre la mesa, y unos se irán más felices que otros.

11 de mayo, 2025 | 00.05

Tras el escándalo de Ficha Limpia, en el PRO hay quienes mantienen las esperanzas. “Todo marcha acorde al plan” en Buenos Aires, aunque se estén arrojando, de un lado y del otro, bombas molotov. Casi como si fuera una isla, esperan aislar la discusión bonaerense de la pelea porteña y parlamentaria desatada esta semana. Una vez más, el 18 de mayo aparece como la fecha definitoria para empezar a encarar, con más seriedad, cualquier negociación.

Los resultados de las cuatro elecciones de este domingo serán condimento para las charlas en Buenos Aires. En dos de las provincias (Salta y Jujuy), La Libertad Avanza irá en soledad, en una no se presentará (San Luis) y en la otra (Chaco) participará en alianza con el gobierno local, no sin antes impedir que el PRO forme parte de la misma como partido político. Allí, el macrismo tuvo que adherir a una coalición que hasta ahora integraba sin objeciones.

Lo que surja de este domingo demostrará si los libertarios pueden ofrecer triunfos en soledad o si nadie se salva solo. En la previa, las proyecciones no arrojaban triunfos violetas, pero sí la chance de disputar segundos puestos, salvo en Chaco, donde puede haber una victoria que no será de la Casa Rosada si no de la UCR.

La falta de territorialidad del gobierno nacional es uno de los factores que, en Buenos Aires, analizan los que quieren llegar a un acuerdo sin caer en los delirios de grandeza de la Rosada. Pero lo más importante es que, aquellos proclives al pacto, aseguran que el escándalo de Ficha Limpia no impactó en las resoluciones. De hecho, ya estaría encaminada una solución al conflicto electoral.

Esta semana, Cristian Ritondo, presidente del partido bonaerense, volvió a declarar su voluntad de llegar a un acuerdo entre partidos. Nadie cree que, de fracasar ese intento, el diputado pueda saltar del barco amarillo para nadar a orillas violeta. No se piensa lo mismo de Diego Santilli. Mauricio Macri, casi que por el contrario, sostuvo que la traición parlamentaria dificultó las conversaciones en la provincia.

Desde el entorno del jefe del PRO nacional, se aseguró que “es muy temprano” para determinar si el desplante por Ficha Limpia redundará en un rompimiento de todos los puentes. La fuente amarilla sostuvo que el partido sigue abierto a un trabajo conjunto con los libertarios, tanto en las elecciones provinciales como en las nacionales.

El problema, destacó la misma fuente, es que no hay respuestas de parte de la Rosada. “Ni en Nación, ni en provincia, ni estuvimos (en sintonía) en Ciudad, ni en ninguna provincia de la Argentina. De siete distritos, hasta ahora, en ninguno pudimos llegar a un acuerdo”.

Más allá de esos inconvenientes comunicacionales, por estas horas se sugiere la existencia de una solución al conflicto entre ambas fuerzas. Una propuesta que dejará a algunos muy felices y a otros menos felices. Pero, en definitiva, sería un desenlace.

“Mirá a Axel y Cristina”, graficó un dirigente de la provincia para explicar por qué, pese a las peleas, todavía hay voluntad de acercamiento aún con una propuesta paritaria mala. El macrismo, en soledad, podría cosechar la cantidad de diputados nacionales que le pide a La Libertad Avanza, probablemente más de los que los libertarios estarían dispuestos a concederles. Macri, como ya contó El Destape, le dijo a los suyos que el PRO mide entre 9 y 13 puntos. La discusión, entonces, pasaría a ser otra: vencer al kirchnerismo o no pagar los platos rotos por el triunfo peronista.

A grandes rasgos, el macrismo está dividido en dos, se describió: entreguistas y acuerdistas. Mientras que los segundos apuestan a un trabajo conjunto, los primeros están dispuestos a conceder lo pedido por la contraparte, a cambio de nada.

Los antecedentes no ayudan. Los libertarios mostraron poca generosidad con quienes los apoyaron en las elecciones y durante el primer año de gobierno. Ejemplos sobran: la exclusión del PRO en Chaco y los casos de Diego Kravetz, Patricia Bullrich, Diego Valenzuela, o el radical Martín Arjol. Todos dirigentes que en esta elección no ocuparon ningún lugar protagónico o se quedaron con estructuras pequeñas.

En las intendencias, la convivencia se volvió dificultosa a tal punto que los violeta llegaron a buscar la destitución de la cacique amarilla de 9 de Julio y le quitaron una concejal al oficialismo. Ese componente impredecible, sumado al hecho de que en el interior bonaerense La Libertad Avanza no tiene estructura – y, si la tienen, sus referentes son muy poco aptos -, motiva a los dirigentes territoriales a pedir una separación.

En los distritos, los intendentes tienen mejor imagen que Javier Milei. Por eso, quienes propician un acuerdo que respete ciertos rangos, piden dividir la elección y separar lo local de lo nacional. Con el corrimiento de los plazos, pactado para esta semana, podría incluso ser más fácil.

¿De qué consta la división? Básicamente de pensar lo bonaerense en base a una alianza entre el PRO y la UCR, que tienen decenas de intendentes. “El poder de voto lo tiene el intendente, no la boleta de arriba. En la elección de septiembre, la gente va a mirar al candidato local y los candidatos locales de LLA son un desastre”, dijo un dirigente de la provincia.

Pero también están quienes quieren negociar todo en el mismo paquete pensando en perder en ninguno de los dos armados. No tienen intenciones de que los libertarios entreguen renglones en el territorio para dejarlos sin nada en el Congreso. Pero tampoco parece un negocio repartir la boleta distrital, regalándole lugares a LLA, para quedarse con pocos (o nada) en la nacional. De allí la necesidad, planteada por el otro bando, de separar.

La gran incógnita es qué hará la UCR. El viernes, con la intervención del presidente del Comité Nacional y provincial, Martín Lousteau y Maximiliano Abad respectivamente, el partido llegó a un acuerdo y se cogobernará el armado bonaerense hasta el 31 de octubre. Ese fue establecido como plazo máximo hasta que se expida la Justicia, con el objetivo de superar esta instancia de definiciones electorales.

Los dos sectores que compitieron no tienen la mejor de las relaciones. Abad y Lousteau se trenzaron en una discusión de comisión en el Senado y este último, junto con los Manes, decidió ir a una interna muy cerrada en la provincia. Ambos bandos mantienen posiciones diferentes a la hora de pensar un vínculo con el gobierno nacional, por lo que este año y el cogobierno partidario serán un desafío interesante. Una de las opciones, como se dijo más arriba, es la de separar lo nacional de lo provincial.