PRO y LLA retoman las negociaciones por Buenos Aires

Se espera que se reactiven las reuniones esta semana. Para los violeta, el PRO mide apenas cinco puntos. La UCR todavía no está formalmente en la ecuación. Facundo Manes se abrió y los centenarios podrían sufrir más fugas.

25 de mayo, 2025 | 00.05

El PRO y La Libertad Avanza retomarán las conversaciones formales esta semana para intentar llegar a un acuerdo en Buenos Aires. Por ahora, la UCR no está en la agenda libertaria. Las incógnitas que sobrevuelan son las mismas: ¿Se discutirán los acuerdos provincial y nacional por separado o en paquete? ¿El macrismo podrá conservar su sello o tendrá que conformarse con una adhesión, como tuvo que hacer en Chaco?

El mensaje de Mauricio Macri a Javier Milei ayudó a descomprimir algunas tensiones en la mesa de negociación bonaerense pero, interpretan en filas libertarias, no afectó el rumbo de las conversaciones que avanzan sin estar él presente. Por estas horas, no se pone en duda que el PRO y La Libertad Avanza llegarán a un acuerdo – aunque todavía falta bastante para que eso pueda concretarse, dejando tiempo al fracaso del diálogo -, pero se desconocen los términos del mismo.

Los territoriales del PRO quieren hacer valer su peso, su músculo como intendentes y su estructura para reeditar Juntos por el Cambio sin los libertarios. Sin inconvenientes para pensar una alianza con ellos a nivel nacional. Una posición que quedó golpeada tras la victoria violeta en CABA. Otros prefieren que se cierre todo en la misma mesa para que el gobierno no le entregue muchos renglones en boletas provinciales y ninguno en la nacional.

La otra gran discusión es el sello. El PRO va a mantener su intención de sostenerlo hasta el 9 de julio. Para eso, los libertarios deberían aceptar una alianza y, hasta ahora, se mostraron en contra de eso. En Chaco, única provincia donde no fueron en soledad, obligaron al macrismo a quedar fuera de la coalición y adherir. Macri ya lo hizo en 2013, cuando su marca no estuvo en la boleta del Frente Renovador pero sí lo hicieron sus candidatos.

“Esto es una maratón”, dijo, hace unas semanas, un dirigente bonaerense sin ganas de acordar en el territorio. El subtitulado dice que una derrota no implica el fin de algo. Hoy se puede perder, pero mañana se puede ganar. Lo que no queda claro es quiénes o cuántos están dispuestos a esperar, en caso de sacar un mal resultado o posición, hasta el próximo turno.

Esta semana habrá distintos encuentros. Los armadores del PRO se reunirán para empezar a sentar nuevos cimientos. Cristian Ritondo y Santilli; ambos con Guillermo Montenegro. Todos de charlas y vínculos con los libertarios. El acuerdo “avanza lento, pero avanza”.

Para los violeta, el PRO mide alrededor de cinco puntos en Buenos Aires. Macri, hace unas semanas, había arengado a la tropa prometiéndoles un número entre 9 y 13. Dado que el resultado de la CABA quedó por debajo de sus pronósticos, cabe preguntarse si lo mismo pasará en la provincia. Pero los amarillos están convencidos de que Javier Milei no podrá ganar solo y que ellos son los únicos que pueden proporcionarle la victoria o su intento.

Con la UCR todavía no hay demasiado trato. No está en la agenda de los libertarios, pero la salida de Facundo Manes puede funcionar como una facilidad. El sector del diputado nacional oficia de oposición real al gobierno de Javier Milei y bajo ningún aspecto hubiera acordado con la Casa Rosada. Fue él, de hecho, el que denunció a Santiago Caputo por haberlo agredido en el Congreso.

El neurocientífico presentó “Para adelante”, su nuevo espacio político con el que, ya en alianza con partidos preexistentes, buscará competir en la provincia por fuera del sello de la UCR. Buscará atraer a otros radicales, peronistas no kirchneristas e incluso algún desencantado macrista con la intención de combatir a los “populismos” de derecha e izquierda.

En la conducción bonaerense, sin embargo, quedarán dos patas. La que responde a Maximiliano Abad, a donde se puede apuntar para buscar un acuerdo, y la referenciada en Martín Lousteau, crítica de Milei. El senador quedó golpeado después de la derrota en CABA, donde no pudo meter ni un legislador. Y podría sufrir más fugas, alguna resonante, poniendo en riesgo la elección del partido centenario.