En un contexto en el que se plantea como imperioso mantener la unidad para que el peronismo gane en la provincia de Buenos Aires, el gobernador Axel Kicillof realizó el viernes una muestra de músculo político al reunir a 44 intendentes en La Plata, quienes celebraron su decisión de desdoblar las elecciones bonaerenses para el 7 de septiembre. Cristina Kirchner, por su lado, hizo su primera visita a la tercera sección electoral como posible candidata provincial con un encuentro en Cañuelas con parlamentarios del Mercosur. El Senado bonaerense está citado para este martes a una sesión especial para debatir el proyecto del Ejecutivo de suspensión de las PASO, algo en lo que coinciden prácticamente todas las fuerzas políticas. Pero desde el cristinismo quieren dar una última discusión a favor de la concurrencia electoral incluida en la propuesta presentada por la jefa de bloque de senadores de Unión por la Patria, Teresa García. Para la unidad declamada, queda mucho por trabajar.
"Estamos planteando tener más legisladores y concejales para que la motosierra no entre a los municipios", insistió Kicillof el sábado respecto a las elecciones provinciales al participar del programa TVR. El gobernador fustigó las políticas nacionales y las contrapuso con las medidas que viene tomando en la provincia para tratar de paliar las dramáticas consecuencias del ajuste y la recesión en las distintas áreas. Recordó los fondos que el Ejecutivo le quitó a Buenos Aires y los reclamos judiciales que tiene presentados en la Corte Suprema. "Son recursos que se robó Milei que son para la gente", subrayó. No habló de cuestiones internas. Si se planteaba que el desdoblamiento era perjudicial porque la discusión se centraría únicamente en los temas de la provincia, Kicillof mostró que, por el contrario, su intención es polarizar contra el modelo de ajuste libertario.
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En rigor, nadie ve factible obligar a los bonaerenses a ir votar tres veces durante este año. Fue algo de lo que se habló el viernes en el extenso almuerzo que Kicillof compartió en la residencia oficial con los jefes comunales que lo respaldan, varios de ellos integrantes del Movimiento Derecho al Futuro. Hablaron intendentes de las ocho secciones electorales y también participaron integrantes del gabinete como Carlos Bianco, Gabriel Katopodis, Pablo López y Javier Alonso. Fue una muestra de músculo político por parte del gobernador luego del desdoblamiento que se le reclamaba, una divisoria de aguas con el cristinismo. Los intendentes plantearon la necesidad de fortalecerse en sus municipios y de apuntalar el armado de listas de unidad para la Legislatura, aún con las diferencias internas que se mantienen con La Cámpora y sus aliados.
La vicegobernadora Verónica Magario consiguió las firmas de los bloques opositores de La Libertad Avanza, el Pro y la UCR para tratar en el Senado bonaerense este martes la propuesta firmada por Kicillof para suspender las PASO. Tras cartón, desde el bloque de Unión por la Patria que preside Tere García, muy cercana a Cristina, sumaron un pedido para hacer una sesión el mismo día a la misma hora, para tratar su proyecto que le agrega a la suspensión un artículo para que las elecciones sean concurrentes en octubre. Para el entorno de Kicillof, que desde los bloques del oficialismo se plantee el objetivo de anular una decisión del gobernador es un intento de "golpe institucional". García rechazaba la imputación y adelantaba su intención de seguir fundamentando el martes los motivos por los que consideraba muy importante que las elecciones provinciales y nacionales se voten el mismo día. No consideraba que la discusión debiera quedar clausurada por el decreto de Kicillof.
Pero la firma de las bancadas opositoras más el apoyo que también obtendrían de parte de los senadores que responden a Sergio Massa, parecía indicar que esta vez será la vencida y se votará la suspensión a través del proyecto del Ejecutivo. La otra semana le tocará ponerle el sello a los diputados. Antes que Kicillof convocara a los intendentes en La Plata, Cristina Kirchner convocó entre semana al grupo de dirigentes más cercano para transmitirle, más allá de las dificultades, su intención de mantener la unidad. "Le admiro la voluntad y la paciencia", sostuvo la intendenta de Moreno, Mariel Fernández, una de las participantes.
Si faltaba algún elemento para convencer al peronismo bonaerense de mantener la unidad esta semana se produjo la reunión de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, con los diputados del Pro Diego Santilli y Cristian Ritondo junto al intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro, para anunciar que irán también en alianza en las elecciones bonaerenses de septiembre. "Romper es muy caro para todos", resumía un dirigente hoy alineado con Kicillof. Ir divididos probablemente representaría una derrota a nivel general y perder peso en la Legislatura y concejos. Y un mal antecedente para los comicios nacionales de octubre.
Lo que nadie podía responder, este fin de semana al menos, era cómo se conseguiría llegar a la síntesis necesaria para armar listas de unidad en medio de las tensiones internas que no se disipaban. Con bajo perfil, Cristina hizo su primera incursión en la populosa tercera sección electoral en la que se propuso competir, con un encuentro con parlamentarios del Mercosur en Cañuelas, donde hicieron de anfitriones Gustavo Arrieta y su esposa, la intendenta Mónica Fassi. La ex presidenta apuntaría con su candidatura provincial a polarizar la elección con Milei y sostener su estrategia de nacionalizar la competencia provincial. Su idea va en contra del objetivo de Kicillof, que quiere plebiscitar su gestión de seis años al frente de la gobernación más complicada, ya revalidada en su reelección de 2023. Encontrar la forma de compatibilizar los objetivos de uno y otro sector es el desafío que debe resolver el peronismo en los próximos días.