Las razones por las que citan a indagatoria al gendarme que le disparó a Pablo Grillo y cómo sigue la causa

La jueza María Servini citó a indagatoria al cabo Héctor Guerrero, quien disparó un cartucho de gas lacrimógeno a la cabeza del fotógrafo durante la represión del 12 de marzo. Qué le imputan al gendarme y las pruebas que lo comprometen. Por qué es un primer paso para avanzar hacia la cadena de mando.

21 de julio, 2025 | 17.21

A más de cuatro meses de la represión que casi le cuesta la vida al fotógrafo Pablo Grillo, finalmente, la jueza María Servini citó a indagatoria al gendarme Héctor Guerrero, el cabo que disparó a la cabeza del fotorreportero un cartucho de gas lacrimógeno. La magistrada, que se basó en la prueba contundente que se acumula en el expediente, tomó la decisión el viernes último, en la víspera del inicio de la feria judicial. La audiencia será el 2 de septiembre a las 10 de la mañana. Servini también le prohibió la salida del país a Guerrero y ordenó una pericia balística.

Servini resolvió citar a Guerrero luego de que la querella solicitara por tercera vez, la semana pasada, que se convoque al gendarme a prestar declaración indagatoria, es decir, que preste testimonio como acusado. La insistencia es porque ya hay voluminosos elementos de prueba que comprometen al cabo de la GNA, como registros audiovisuales, documentos aportados por la propia Gendarmería y las reconstrucciones que hicieron el Mapa de la Policía y los peritos Guillermo Pregliasco y Martín Onetto.

“Desde el inicio consideramos que las pruebas no dejaban ningún margen de duda respecto de la responsabilidad penal de Guerrero”, afirmó a El Destape Bárbara Juárez, abogada del equipo de litigio del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que representa a la familia Grillo en la causa junto a la letrada Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos. “La citación es un paso muy importante para el avance de la causa y para la determinación de responsabilidades por el hecho, pero aún resta avanzar hacia la cadena de mandos”, añadió la letrada. Y especificó: “Desde la querella venimos pidiendo una serie de medidas de prueba para poder investigar la cadena de mandos y precisar las responsabilidades hacia arriba porque además de Guerrero es importante que se investigue quién dio las órdenes, cómo se organizó el operativo y cuál fue el rol político también que cumplió el Ministerio de Seguridad”.

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Según la prueba recolectada en el expediente:

  • Está fuera de discusión que el disparo irregular y realizado bajo criterios prohibidos lo hizo el gendarme Héctor Guerrero.
     
  • Solo dos gendarmes tenían asignadas pistolas lanzagases en la Unidad que disparó a la zona en que estaba Grillo durante la represión del 12 de marzo. Las dos de apellido Guerrero: Daniela Guerrero y Héctor Jesús Guerrero. Este último fue quien le disparó a Pablo según surge de la simple visualización de todas las fotos y videos que reconstruyen el momento en el que Pablo cae tendido en el suelo porque está claro que el gendarme que efectuó ese disparo era un hombre. “Quedó zanjada la discusión de la autoría”, indicó en su momento a El Destape a abogada Agustina Lloret, del CELS.
     
  • También está claro que Guerrero disparó de forma ilegal. Lo acreditan los propios informes de la Gendarmería. Es que el accionar del efectivo violó normas nacionales e internacionales sobre el uso de armas menos letales, que prohíben disparar proyectiles en línea recta hacia personas, especialmente a la cabeza o el rostro.
     
  • Un informe realizado por Mapa de la Policía y presentado a la causa el pasado 15 de julio reconstruyó la secuencia del disparo contra Grillo a partir de prueba fílmica incorporada en la pesquisa. En el trabajo realizado por los expertos Guillermo Pregliasco y Martín Onetto se identificó la trayectoria del proyectil, el origen exacto del disparo, la distancia entre este y el punto de impacto en el cuerpo de Pablo, la velocidad del cartucho, el ángulo de salida del arma y la altura tanto del arma como de la cabeza de Pablo Grillo al momento del impacto. Tal como dio cuenta el CELS, del informe pericial surge que: 1) La cabeza de Pablo Grillo se encontraba a 65 cm del suelo al momento del impacto; 2) La distancia entre el punto de disparo y el lugar donde se encontraba Grillo fue de 50 metros; 3) El proyectil alcanzó una velocidad horizontal de 78 metros por segundo (equivalente a 280 km/h); 4) El ángulo de salida fue prácticamente horizontal, de apenas 1,5°, contrariando por completo los protocolos de uso para armas lanzagases.
     
  • “También se determinó que el proyectil permaneció visible en el aire durante nueve cuadros del video, trazando una trayectoria recta desde el punto de disparo —ubicado en el extremo de la vereda oeste— hasta el cráneo de Pablo”, se precisa en el informe de 18 páginas del Mapa de la Policía al que accedió El Destape. “Esto implica que se deba descartar por completo que haya habido un rebote de la cápsula contra el piso, a diferencia de lo que Guerrero, sus demás colegas y jefes de esa fuerza o la propia Ministra de Seguridad Nacional intentaron instalar públicamente y en el marco del informe administrativo”, se añadió.
     
  • Otra de las constancias que surge de los videos aportados a la causa es que durante la represión en las inmediaciones del Congreso del 12 de marzo, Guerrero disparó más de una vez de forma ilegal. Es decir, apuntó y gatilló como lo prohíben las normas nacionales e internacionales. Una de esas secuencias se conoció el pasado 21 de mayo. En la grabación, a la que accedió este medio, se ve a Guerrero disparar de forma horizontal, es decir, ilegal, contra los manifestantes. Luego es saludado por un compañero por su accionar.
     
  • El clima de “enfrentamiento bélico”, de violencia para con los manifestantes, en que Guerrero gatilla y hiere muy gravemente a Grillo es otro de los elementos que queda muy claro en las pruebas que tiene la causa.

Por todo esto, la querella pidió en reiteradas ocasiones que se cite a Guerrero a indagatoria bajo la imputación de tentativa de homicidio agravado por abuso funcional, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público.

Una prueba balística

Además de citar a indagatoria al cabo Guerrero, la jueza Servini determinó en la misma resolución del viernes la realización de una pericia balística a cargo de la División Balística de la Policía de la Ciudad. ¿El objetivo? Reconstruir con el mayor nivel de precisión técnica posible el disparo que hirió de gravedad a Pablo.

El estudio, que deberá realizarse en el lugar en el que Pablo fue herido (avenida Hipólito Yrigoyen entre las calles Solís y Virrey Cevallos) tendrá como objetivos precisar aquello que ya adelantó el Mapa de la Policía:

  • La trayectoria y velocidad del proyectil que impactó en la cabeza de Pablo Grillo.
     
  • La posición del arma al momento de efectuarse el disparo y el ángulo de salida del proyectil.
     
  • Si el proyectil impactó previo a herir a Grillo sobre otra superficie o no y en tal caso si aquella circunstancia le hizo perder o ganar velocidad -o desviarse-.
     
  • Las ubicaciones de Grillo y de Guerrero al momento del disparo.

El próximo objetivo: la cadena de mando

“Si bien la citación a indagatoria de Guerrero es significativo porque de algún modo rompe con la lógica de impunidad que suele caracterizar este tipo de investigaciones”, señaló Bárbara Juárez del CELS. Y explicó: “En causas que investigan operativos policiales durante protestas lleva años citar a prestar declaración indagatoria a quienes son responsables de hechos como el de Guerrero. Es decir, la demora en imputarlo no fue por falta de pruebas sino porque la justicia funciona más lenta o más cautelosa o con más resguardo cuando se trata de funcionarios de las fuerzas de seguridad”.

Para Juárez, la citación a indagatoria de Guerrero “tiene que habilitar una investigación seria y real sobre la cadena de mandos y sobre las decisiones que habilitaron este uso brutal de la fuerza que terminó con Pablo Grillo gravemente herido, con Jonathan Navarro con una lesión en su ojo, con la herida que sufrió también Beatriz Blanco y con el centenar de personas que resultaron heridas y detenidas esa noche” del 12 de marzo.

En este contexto, la convocatoria de Guerrero –que tras declarar es de esperar que quede procesado- marca un avance relevante en la determinación de responsabilidades individuales en la cadena de mandos por el uso abusivo de la fuerza en una protesta social.