Kicillof viajará a Uruguay a despedir a Pepe Mujica

El gobernador bonaerense estará presente en la despedida final del ex Presidente uruguayo. 

14 de mayo, 2025 | 13.13

El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, viajará a Montevideo, Uruguay para estar presente en el velatorio del ex presidente, José “Pepe” Mujica. El dirigente, de 89 años, falleció este martes a la tarde y, desde el gobierno decretaron 3 días de duelo nacional.

A través de sus redes sociales, el mandatario provincial expresó un sentido mensaje: “Perseguido, torturado y encarcelado por pelear contra una dictadura y en favor de un mundo mejor. Líder popular, protagonista de la democracia uruguaya y gran presidente de su país, al que amó profundamente. Pepe Mujica dejó la vida, pero también dejó un ejemplo inmenso de lucha, integridad y compromiso con la justicia social. Hasta siempre, Pepe”.

En julio del año pasado, el Gobernador estuvo reunido con Mujica y su esposa, Lucía Topolansky, en su chacra de Rincón del Cerro, en Uruguay. Los dirigentes mantenían una relación de respeto y cariño mutuo. “Con Pepe y Lucía en su chacra tuvimos un productivo y cálido encuentro. Sus palabras son siempre de aliento y sabiduría”, publicó en ese momento Kicillof.

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Quién era Pepe Mujica

José "Pepe" Mujica nació en 1935, cuando en Uruguay la élite se convencía que vivía en la Suiza de Sudamérica, un slogan que la derecha sigue repitiendo hasta el día hoy, una nostalgia sin sustento empírico que comparten con sus contrapartes argentinos. El próximo martes 20 hubiese llegado a los 90 años, un cumpleaños que esperaba con ilusión. 

Sin embargo, el cáncer de esófago que lo venía debilitando hace años y no le permitió, por primera vez, votar el domingo pasado en las elecciones municipales pudo más. Amén de ello, dejó un legado que perdurará no solo en la política uruguaya, sino en toda América Latina y en el mundo, donde se convirtió en un Norte para gran parte de la izquierda y de las fuerzas democráticas que luchan contra regímenes dictatoriales y represivos.

Mujica murió a los 89 años, en los que llegó a vivir mil vidas. Por eso, había un Pepe para todos los gustos. Están los que reivindican su juventud en el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, la guerrilla que luchó contra la violencia política de los años 60 y la dictadura sangrienta que dominó el país vecino entre 1973 y 1985, su perseverancia a través de la tortura, la detención ilegal y los peores abusos del terrorismo de Estado; y la decisión de no buscar revancha y, en cambio, apostar por la vida democrática al sumarse en 1989 al Frente Amplio (FA), la coalición de izquierda que 16 años después logró llegar al poder con los votos. Hay otros que prefieren olvidar ese pasado y se concentran en su imagen de político austero, que se negó a mudarse a la coqueta residencia presidencial cuando asumió en 2010 y eligió quedarse con su esposa, compañera de toda la vida y entonces senadora Lucía Topolansky en la chacra en la que vivió hasta su último día en Rincón del Cerro, en las afueras de Montevideo.