José "Pepe" Mujica murió este martes después de una lucha contra un cáncer de esófago y la noticia recorrió el mundo entero por la magnitud de su figura y trayectoria política. En uno de los países en los que su deceso generó un profundo dolor es en Argentina, territorio en el que el ex presidente uruguayo forjó fuertes lazos y vaivenes a lo largo de su vida.
A los 89 años, uno de los dirigentes más importantes del Frente Amplio en Uruguay y de la centroizquierda latinoamericana, dejó el mundo en su humilde chacra de Montevideo, lugar donde recibía atención médica para tratar su enfermedad. Revolucionario, líder mundial, preso político y una vida que pudo haber condensado varias a la vez, "Pepe" Mujica no solo marcó su identidad en el pueblo "Charrúa", sino también en su relaciones con nuestro país.
El primer contacto con Argentina no fue circunstancial ni con medias tintas. En el gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007), Mujica compartió y resaltó las políticas sociales que lo acercaron al mandatario de aquel momento, en un medio de una ola latinoamericana progresista que se asentó con fuerza en la región, con Lula Da Silva, en Brasil, Hugo Chávez, en Venezuela, y Evo Morales, en Bolivia.
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Sin embargo, la rispidez inicial con Argentina apareció cuando se desató el conflicto con la construcción de Botnia, la papelera que causó un choque de intereses entre ambos países en 2005. Ya en 2010, cuando "Pepe" fue elegido presidente uruguayo, la disputa legal con la papelera instalada entre los dos países ya estaba resuelta, ya que la Corte Internacional de La Haya había fallado, pero dejó algunas secuelas en los lazos con Argentina. Otro de los focos en los que José siempre hizo hincapié de Argentina fue la inflación y su recurrente problemática, a la que definió de forma singular: “Para el resto del mundo hay una economía y para Argentina hay otra. La Argentina es una cosa indescifrable porque es un país que tiene una mitología ¿Cómo se explica que el ministro de Economía con una inflación como tiene la Argentina va a pelear la Presidencia?”.
Pero un punto de inflexión en su vínculo con nuestro país fue lo que ocurrió en 2013, cuando tuvo una exabrupto con la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner. "Esta vieja es peor que el tuerto. El tuerto era más político, ésta es terca. A un papa argentino de 77 años le va a explicar lo que es un mate y un termo”, había declarado sobre por qué costaban las negociaciones entre los gobiernos, mientras esperaba al inicio de un acto en Sarandí Grande, Florida. Mujica también conservó una relación con el papa Francisco. A pesar de sus críticas a la Iglesia Católica, el exmandatario uruguayo destacaba la labor de Bergoglio como Sumo Pontífice: "Este papa representó como una especie de mirada crítica hacia el pasado reciente (de la iglesia) y siempre tuvo un gesto de bonhomía y ayudar a los sectores sociales más débiles. Vivía en sintonía con el viejo mensaje cristiano".
Incluso, después del fallecimiento de Francisco, el tupamaro dio detalles de las charlas que tenían: “Estaba preocupado por mi salud, por mis futuros compromisos, porque él compartía algunas de mis esperanzas, que se pudiera utilizar un poco más el conocimiento humano para mitigar las situaciones dolorosas en nuestras sociedades. Por ejemplo, la carrera armamentista”.
Aún con el paso del tiempo y con su salud empeorando, Mujica nunca escondió su preocupación y ocupación por Argentina. Durante las elecciones presidenciales del 2023, "Pepe" no ocultó su pensamiento sobre lo que se jugaba en el ballotage. "El más racional es (Sergio) Massa, esto solamente en la Argentina puede pasar”, expresó en relación a las posibilidades de Javier Milei. Incluso, en su última entrevista pública con la radio Sarandí de Uruguay, Mujica remarcó que el presidente libertario de ultraderecha es un "contrapeso muy negativo", ya que este puede "fracturar" planes con Brasil. Sin embargo, su último deseo fue con buenos augurios: "Siempre le deseo suerte a Argentina, es un país increíble".