Los cuervos "sudamericanos", también conocidos como chimangos, prácticamente se han adueñado de Mar del Plata. Lugar que se visita de "La Perla del Atlántico", lugar en donde seguro habrá alguna de estas particulares aves merodeando la zona.
Pero no siempre fue así. De hecho, los chimangos llegaron a la ciudad costera a principios del año 2000. Su hábitat natural siempre estuvo más vinculado a diversas regiones de Chile, pero desde hace más de 20 años se expandieron hasta nuestro país y también a Uruguay, Bolivia, Paraguay y sur de Brasil.
En Mar del Plata, se pueden encontrar entre 62 y 63 chimangos por metro cuadrado, teniendo en cuenta solo zonas urbanas. En zonas rurales, el número asciende a 82 y 83 chimangos por metro cuadrado.
"Como bióloga, los vengo viendo de manera cada vez más abundante en la ciudad desde principios del 2000, cuando empecé a estudiarlos. Creo que el boom de chimangos ocurrió hace más o menos diez años, un cambio que puede llegar a percibir una persona en su día a día", manifiesta Laura Biondi, doctora en Biología e investigadora del CONICET, en diálogo con La Capital de Mar del Plata.
Según la bióloga, estas aves hoy interactúan muy bien con las personas y no las ven como una amenaza, por el contrario, "como una fuente interesante de recursos".
Por qué la población de cuervos sudamericanos creció en Mar del Plata
Sobre este punto, la investigadora precisa varias causas. Biondi, sostiene que, en principio, tiene que ver con la destrucción de los sitios naturales que eran su verdadero hábitat. Porque, de hecho, hoy en día los chimangos pasean por las zonas urbanas mucho más que en años anteriores.
Otro factor está vinculado más bien a características personales de los chimangos. La investigadora indica que son "aves muy plásticas", es decir, que tienen gran facilidad para adaptarse a distintos medios, ya sea como hogar transitorio o permanente. Se las rebuscan muy bien para encontrar alimento, puesto que son muy inteligentes y estratégicas.
Por otra parte, los chimangos resultan muy útiles en las ciudades porque ahuyentan o, más bien, controlan las plagas.
