Varela Varelita, el bar notable que hoy administra uno de sus históricos mozos y que cumplió 75 años: "En el festejo vinieron casi 5000 personas"

Por la conmemoración de su creación, hubo bandas, murgas, músicos solistas y hasta tuvieron que cortar la calle Paraguay. Varela Varelita es un clásico que trasciende generaciones, conocido por sus inigualables sándwiches de lomito.

25 de mayo, 2025 | 00.05

El mítico bar notable cumplió 75 años y lo festejó a lo grande: con música y fiesta junto a los vecinos, vecinas y los habitués de antaño. “Se contactó a la gente que viene siempre al bar, vinieron bandas, murgas, músicos solistas y la celebración duró hasta pasada la 1 de la mañana. En total vinieron cerca de 5 mil personas y de todas las edades que te puedas imaginar. Vino hasta el dueño original del bar, Don Varela, de 103 años, con su hijo”, cuenta orgulloso Javier Giménez, el actual dueño del café.

El bar, ubicado en la esquina de Scalabrini Ortiz y Paraguay, es conocido por ser uno de los pocos que se mantiene abierto hasta la madrugada y por sus inigualables sándwiches de lomito. También es famoso por sus paredes repletas de afiches de películas argentinas y por ser el bar preferido del ex vicepresidente Carlos Alberto “Chacho” Álvarez (que justamente se encontraba sentado en una de las mesas al momento de hacer la entrevista). Actualmente el bar es atendido por Javier, su hijo, su hija, que ahora también es socia gerente, y seis mozos a quienes los clientes solo tienen que decirle: “Traeme lo mismo de siempre”. “El Varela Varelita parece más un club social que un bar”, dice Javier entre risas.

Kaloian Santos

Los comienzos como almacén

En sus comienzos, la esquina palermitana comenzó siendo un clásico almacén tipo despensa. Luego pasó a ser el “Bar Ricky” y en 1950, no se sabe si los últimos días de abril o los primeros días de mayo, se lo bautizó como Varela Varelita. “El nombre se debe al apellido del dueño de esa época, que dijo ‘el próximo boliche se va a llamar Varela Varelita por mi hijo’”, cuenta Javier. Padre e hijo estuvieron al frente del local hasta la década del 70, cuando llegaron cinco gallegos que se convirtieron en los socios dueños del bar.

En 1993, Javier era un joven padre de familia que hace no mucho había llegado desde Goya, Corrientes, junto a su esposa y el primero de sus tres hijos. Vivía en un hotel familiar de la zona y trabajaba en un puesto de flores ubicado en la avenida Scalabrini Ortiz y Paraguay, en diagonal al Varela Varelita. Además, como un único sueldo no alcanzaba, sumaba horas como ayudante de un encargado de edificio de la zona y los domingos trabajaba en el puesto de diarios pegado al Varela Varelita. “Ayudaba a armar los diarios y los repartía en la cuadra”, detalla.

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Entre charla y charla con el dueño del puesto de diarios, se enteró que en Varela Varelita estaban buscando un mozo. “En ese momento, el bar era propiedad de cinco socios gallegos y tenían un solo empleado que había avisado que se iba y ahí el dueño del puesto de diarios me recomendó. Al principio fui mozo de mostrador, lavaba las tazas y preparaba café”, relata Javier en diálogo con El Destape.

En el 2004 pasó a ser el mozo “de la tarde” mientras continuaba atendiendo detrás del mostrador. De a poco fue cosechando su propia fama entre los clientes habitués del bar y finalmente, en 2012, luego del fallecimiento de uno de los socios, compró una parte del fondo de comercio. Desde ese momento, Javier pasó a estar al frente del bar y hoy lo maneja como a la palma de su mano.

Kaloian Santos

La vida actual del Varela Varelita

Javier le dio una nueva impronta al Varela Varelita. En primer lugar, extendió la franja horaria. Anteriormente el bar cerraba a las 23 horas y desde 2012 es uno de los pocos abierto hasta las 3 de la madrugada. “Acá podemos servir un tostado aunque sean las 11 y media de la noche”, asegura. También llenó las paredes del bar con afiches de películas argentinas. Si bien el bar siempre tuvo mucha presencia de artistas, Javier profundizó esos lazos y de a poco cada director fue acercando un afiche de alguna de sus películas para sumar en el bar. “La directora Celina Murga fue la primera en traer un afiche de una de sus películas, después se fueron sumando otros”, cuenta Javier.

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Actualmente también hay banderines de muchísimos clubes de fútbol, pero no de Boca ni de River, y hay trofeos de torneos fútbol y truco que juegan entre clientes del bar. “Jugamos al fulbito los jueves y a fin de año hacemos un torneo de 40 personas aproximadamente. 20 mujeres y 20 varones y después nos juntamos a comer”.

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Al Varela Varelita siempre asistieron personajes del mundo de la cultura como Boy Olmi, Natalia Oreiro (a quien Javier recuerda como una persona “encantadora”), Martín Piroyansky, María Luque, Leonardo Sbaraglia, Mariano Tenconi Blanco; y también personajes del mundo de la política como Carlos Alberto “Chacho” Álvarez, tal vez la figura pública más vinculada al Varela Varelita.

Kaloian Santos

“Chacho trajo a toda la troupe política del Frepaso a fines de la década del 90. Los citaba a todos acá, se reunían en el fondo y nosotros les guardábamos las silletas, las sombrillas y los volantes”, detalla Javier.

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Los sándwiches de lomito y los diseños sobre la espuma del café

El bar es famoso por sus sándwiches de lomito, uno de los platos más pedidos al mediodía y puede venir completo: con jamón, queso, tomate, lechuga y huevo. “El otro día un taxista me dijo que trajo a una mujer embarazada desde Caballito y que le pidió que esperara para después llevarla a la casa”.

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Otra costumbre del Varela Varelita, son sus coloridos diseños sobre la espuma del café. “Empecé yo”, dice Javier sin dudar. “Al principio había un dibujante que hacía dibujitos chiquitos pero tardaba horas porque hacía todos los detalles. Así que seguí yo. Empecé haciendo caritas o animalitos como ositos. Con el tiempo fui sumando colores y fui haciendo diseños más sofisticados. Ahora si hay mucha gente y no llego a hacerlo hay algunos que me lo reclaman!”, dice entre risas.

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Las instalaciones del bar se utilizaron también para filmar diferentes películas como “Vereda”, o “Groenlandia”. Allí también se grabaron escenas para una novela muy conocida de Brasil. “Después de eso venían brasileños a sacarse fotos en la puerta del bar”, dice. También vienen muchos estudiantes de cine a grabar escenas para trabajos de la facultad. “Yo solo les cobro solo el café”, dice Javier.

Los festejos por los 75 años

Javier está sentado dando la entrevista pero no deja de mirar al bar. Está atento a todas las personas que entran y que salen e interrumpe sus relatos para saludar a los clientes conocidos, que son la mayoría. “Él es un cliente que vino a los festejos y no sabes cómo trabajó cuidando la heladera, viendo si faltaba algo, repartiendo sándwiches”, cuenta contento.

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Los festejos comenzaron a las 5 de la tarde e iban a terminar a las 12 de la noche para no molestar a los vecinos pero como la gente no se iba se extendieron hasta pasada la 1 de la madrugada. Calculan que a lo largo de toda la jornada pasaron casi 5 mil personas. Javier cuenta que en un momento había tanta gente que tuvieron que cortar la calle Paraguay. “Hubo lecturas, bandas y solistas. En el escenario de afuera tocó la murga con 19 integrantes y alquilamos baños químicos”.

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El bar abre de lunes a sábados de 7 a 2 o 3 de la madrugada. Cierran los domingos, los 1 de mayo, en Navidad y Año Nuevo. Javier vive en Boedo y va a trabajar todos los días en bicicleta. “Nosotros tenemos precios respetables, entonces en época de crisis la gente se vuelca más a venir acá que el café lo tenemos a 3.500 pesos, mucho menos que cualquier café de especialidad. Además ahí te dan el café frío. Acá se hace el café como antes, si lo querés frío lo tenés que pedir así y no al revés”, dice entre risas el dueño de Varela Varelita, mucho más que un bar.