Maiko Tahara, experta en yoga facial, reveló cuál es la rutina que te ayuda a eliminar la papada. La papada es una de las inseguridades más grandes de todas las personas, pero al contrario de lo que la gente cree, no es necesario pasar por el quirófano para quitarla. Además de la alimentación saludable, la práctica de ejercicio y la regulación del estrés, el yoga facial puede contribuir significativamente.
Maiko se convirtió en una de las primeras expertas en yoga facial en llevar esta disciplina a España. Con sus ejercicios, el yoga facial logra tonificar y estimular los diferentes músculos del rostro para eliminar tensiones, flacidez, bruxismo, papada, levantar los pómulos, entre otras cosas. En su cuenta de Instagram (@yoga_facial), la experta en lifting comparte diferentes ejercicios para lograrlo.
Uno de sus videos más virales es para eliminar la papada. Consiste en colocar el cuello en el borde de la cama, con la cabeza colgando y la boca abierta, llevando la barbilla hacia el pecho. Si sos consistente y lo practicás a diario, en conjunto con una alimentación saludable y práctica de ejercicio físico, seguramente veas muchos cambios sin necesidad de recurrir a retoques estéticos.
Si bien este ejercicio es muy efectivo, la experta explica que muchas personas no pueden o no deberían realizar este ejercicio, por ejemplo, aquellas que sufren de graves problemas cervicales. Además, aclara que si de entrada la postura ya resulta incómoda, lo mejor es no hacerlo y elegir otros ejercicios que comparte en sus redes. Aunque es muy efectivo, también puede ser bastante exigente para algunas personas, por lo que se recomienda que empieces de a poco para no lastimarte.
Cómo quitar la papada con yoga facial
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Recostate boca arriba en la cama, dejando que la cabeza quede un poco colgando del borde.
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Estirá los brazos a los costados del cuerpo.
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Abrí la boca y pegá la lengua al paladar.
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Exhalá por la nariz mientras levantás la cabeza, tratando de llevar la pera hacia el pecho.
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Volvé despacio a la posición inicial.
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Cuando la cabeza quede bien abajo, inhalá.
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Repetí el movimiento unas 30 veces. La clave es mantener siempre la lengua apoyada en el paladar. La velocidad tenés que ajustarla a tu propio ritmo, y si sentís alguna molestia o mareo, conviene frenar enseguida para no lesionarte.