Todos en algún momento usamos una goma de borrar, especialmente en la época del colegio. Entre las más populares se encuentra la goma bicolor, con una mitad rosa o blanca y la otra azul, que durante años generó confusión sobre su uso correcto.
La creencia popular sostenía que la parte rosa o blanca estaba destinada a borrar lápiz y la azul a borrar trazos hechos con biromes o lapiceras. Sin embargo, esta idea no es del todo cierta, ya que la función de la parte azul es diferente.
La confusión surge porque la sección azul es más dura y abrasiva, pero su objetivo no es eliminar tinta de biromes. En realidad, está diseñada para borrar lápiz en papeles más gruesos o de mayor gramaje, como cartulinas o papeles de dibujo, donde la goma tradicional no es tan efectiva.
Cuando se intenta usar la parte azul para borrar tinta de lapicera, lo único que se consigue es desgastar el papel sin eliminar el trazo, lo que puede llevar a romper las hojas. Esto sucede porque la tinta penetra en las fibras del papel, y no puede borrarse con una goma común.
Para corregir errores en biromes, lo recomendable es utilizar correctores líquidos o borratintas especiales, ya que la goma no está diseñada para esa función.
¿De qué está hecha la goma de borrar?
Originalmente, las gomas de borrar se fabricaban con caucho natural extraído de árboles. Sin embargo, en la actualidad, la mayoría se produce a partir de caucho sintético, como el estireno-butadieno (SBR), o de materiales plásticos como el cloruro de polivinilo (PVC) y los vinilos.
Estos materiales se mezclan con otros componentes para mejorar su funcionalidad, como rellenos (carbonato de calcio o caolín) para dar volumen y reducir costos, plastificantes para aumentar la flexibilidad, y abrasivos como la piedra pómez para ayudar a eliminar las marcas.