Dr. Música, el profesor que se convirtió en influencer por pedido de sus alumnos para desentrañar los plagios y la magia de la música

Fueron sus alumnos los que le pidieron que lleve el contenido de las aulas a las redes sociales. Hoy cosecha más de 140 mil seguidores en Instagram y hace shows con una mirada didáctica donde explica armonías,y las similitudes entre canciones.

15 de abril, 2025 | 00.05

Ya es una verdad de perogrullo afirmar que la música es medicina. De hecho, diversos estudios científicos coinciden en que reduce el estrés, mejora tanto el sueño, como el ejercicio de la memoria y fortalece el sistema inmunológico. En esa dinámica, las canciones son un remedio clave, pero como en todo aquello relacionado con la salud o la curación, se necesita de médicos, gurúes o chamanes para analizarlas, entenderlas y recomendarlas. El Dr. Música es uno de esos sabihondos que las elige minuciosamente, las ejecuta con su piano y las desmenuza para que sus seguidores en las redes sociales comprendan mejor las fórmulas magistrarles que pergeñaron los grandes artistas. En rigor, su nombre es Darío Jalfin, un licenciado en Composición, pianista, cantante, arreglador y productor que desde su cuenta de Instagram y TikTok disecciona los temas a corazón abierto, las indaga por dentro, explica sus relaciones con piezas clásicas y desde su experiencia como perito en juicios por plagios desmitifica varias ideas erróneas respecto de supuestas copias.

“La idea de la cuenta en redes se dispara por el lado de mi experiencia como docente. Y  surge a partir de que se perdió mucho en la relación con los clásicos de la música porque los chicos consumen lo que tienen más cerca, lo que les proponen los algoritmos y hay menos espíritu de bucear y de conocer. Entonces, los últimos 5 minutos de mis clases, yo les proponía que me eligieran una canción clásica y yo se la analizaba y la desmenuzábamos juntos. La recomendación de ellos siempre era la misma: ‘Lo tenés que hacer en Instagram, lo tenés que hacer en TikTok’, y yo nunca había hecho contenidos de este tipo”, contó Darío ante El Destape al recordar como nació Dr Música que tiene casi 140 mil seguidores en Instagram.

Y continuó: “Entonces en algún momento me convencieron de que mis explicaciones era muy útiles y que les encantaban y empecé a hacer esos contenidos. Obviamente, tuve que sintetizar muchísimo respecto de mis clases de la universidad, las académicas o las que doy en forma online. Y la verdad que encontré un formato que pegó un montón”.

Tal fue la respuesta de la propuesta de quien tocara con Litto Lebbia, grabara con Lucas Marti, compusiera para obras de Dan Breitman o Sebastián Presta y registrara varios discos solistas, que concibió un show en vivo para emular su labor en las redes. De hecho, Canciones por dentro se inició con el repertorio de Charly García y luego continuó con las de Fito Páez (a quien también invitó a cantar su tema Tifón de realidad).

Los plagios: ¿Realidad o mitos que alientan el morbo?

En un posteo de diciembre de 2024, Darío Jalfin explicaba: “Basta de hablar de plagios. Yo, así como me ven, fui perito en jucios (para SADAIC) y siempre mis informes eran que no había plagios ¿Por qué? Porque los recursos musicales son universales, van pasando de generación en generación, de canción en canción y la verdad es que la música es inimitable en un punto. Entonces escuchamos parecidos.recursos que se repiten, melodías que se parecen porque se parecen los acordes que la sostienen; es como pensar que cuando uno ve un partido de fútbol tiran un centro y es un robo porque pasó en otro. No es un plagio: forma parte de las reglas que hacen al juego”.

Acto seguido, el Dr Música empezó a hilvanar los acordes de una canción tras otra formando un tramo sonoro homogéneo debido a sus similitudes. Presente de Vox Dei, Let it Be de Los Beatles, No Woman, no cry de Bob Marley, se alternaron en su piano de forma espontáneo como si fueran un solo tema. “Dejensé de joder con el plagio y aprendan del lenguaje maravilloso de la canción”, concluyó.

“Noto que hay como mucho morbo respecto del plagio. Para mí lo importante sobre todo es algo más filosófico que yo traté de encarar por ahí, por eso hablo de lo del morbo. Porque todo en la vida lo aprendemos imitando, o sea, es como medio ridícula la idea de la originalidad absoluta y de que vos no imitás, porque  mi hija me ve pinchar con el tenedor desde que nació y luego seguramente lo va a agarrar de forma similar. Y en la música puede suceder cuando tocás con alguien e imitás algo de esa persona después”, le grafica Jalfin a El Destape.

Y continuó: “Inclusive está lleno de géneros musicales que se sostienen en la misma progresión de acordes como el blues, por ejemplo. Si se aplicara esa lógica de encontrar plagios todo el tiempo, todos deberían pagarle al primero que hizo un blues en la historia de la música y cada uno debería pagarle al anterior: sería un delirio absoluto. Otro ejemplo: en el barroco hay un género que se llama chacona que es también que tiene una bajada de cuatro acordes y  tenés miles de obras que cuando se hacen en ese género se hacen con esos mismos y con esa impronta y con el mismo ritmo”.

Su experiencia como perito en un juicio

“Alguna vez me llamaron de SADAIC para un juicio como si fuera lo que se llama consultor técnico de parte, como si fuera un perito. Porque cuando hay un litigio, una de las partes contrata a alguien que hace un informe. En este caso como yo soy licenciado en composición, es como si fuera una matrícula para que ese informe tenga una validez. Yo en ninguna oportunidad encontré algo, lo cual no quiere decir que no existan, claro”, recordó Jalfin.

“Todos sabemos que en la música publicitaria, por ejemplo, se toma de referencia a un tema y por ahí está ya sabés que la persona que lo compuso intentó acercarse a ese tema y justamente no plagiarlo, no plagiarlo porque no hace algo igual. Ahora ahí ya es una posición también un poco como ideológica sobre eso. Yo recuerdo casos  como el juicio que perdió Pharrell Williams por un tema de Marvin Gaye (Pharrell Williams y Robin Thicke fueron condenados por la canción Blurred Lines, cuyo comienzo es parecido a Got to Give It Up de Gaye) supuestamente porque le copió el clima de la introducción, que es como que hay unas voces ahí atrás, qué sé yo. Ahora bien, por ‘robar’ ese clima perdiste un juicio de plagio, cuando la canción después tiene 45 notas distintas”. 

Presente de Vox Dei tiene un progresión de acordes similar al Canon en Re menor del compositor alemán Johann Pachelbel. De hecho, Darío Jalfín charló alguna vez con Ricardo Soulé, el compositor de este himno del rock argentino y le reconoció el parecido. “Soulé contaba que se inspiraron en la pieza del alemán, de hecho, la canción tiene los mismos acordes y está lleno de temas que tienen esa misma secuencia. Y eso pasa en general con otros tantos estilos”,  añadió Jalfin.

Canciones analizadas desde sus entrañas

En esa misma lógica del morbo del plagio que habla Darío, en muchas oportunidades cierta parte del público confunde copia con samples. Mientras que en el primer caso la definición es denotativa, en el segundo se refiere a una técnica musical que consiste en utilizar fragmentos de grabaciones preexistentes para crear nueva música. Gustavo Cerati, tanto en Soda Stéreo, como en su carrera solista, los utilizó mucho. En consecuencia, hay videos subidos a Youtube que les achacan motes como “copia Stéreo”. Lo cierto es que en los discos, cuyas canciones fueron señaladas como plagios, estaba aclarada que cierta parte era de otro artista: New York Groove de Hello en Zoom, Ride de Chrome en Un misil en mi placard unplugged, Mas Production de Iggy Pop en Ameba o Momma de la Electric Light Orchestra en Río Babel, son solo algunos ejemplos.

Otro aseñalado como muy “influenciado” es Fito Páez. Elvis Costelo, Stevie Wonder, Charly García, Luis Alberto Spinetta y, entre otros, Prince, suelen ser algunos de los artistas que le achacan al rosarino como su fuente de inspiración. Darío no comparte en absoluto esas afirmaciones, más aún desde que en sus presentaciones en vivo dedica su show a analizar al autor de El amor después del amor lo ratifica con más argumentos todavía.

 “Para mi Fito es único, obviamente que tiene esto de nutrirse de otras fórmulas: pero en sus canciones encontrás bossanova, tango, jazz, con el tumbado, con elementos propios de lo cinematográfico, rock, blues. Su lírica además es muy argentina, basada en autores del folclore, por ejemplo”, aseguró Darío.

Canciones por dentro ya pasó por Bebop Club en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en los meses sucesivos se presentará en Mar del Plata, Rosario. La Plata y San Isitro, Primero se inició con Charly Garçía y ahora continuó con Fito Páez.

El Dr. que cura las heridas de la baja autoestima musical

“El apodo de las redes surge un poco pinponeando con Sebastián Davidovsky, un periodista con quien empecé a hacer columnas en Radio con Vos antes de la pandemia. En rigor, tiene varias connotaciones: una es que venía a curar esa especie de herida que tienen muchos amantes de la música de no darse cuenta de todo lo que saben. A mi siempre me dio hasta como un dolor de panza escuchar a esas personas que se tiraban abajo respecto de su sabiduría. Y mi otra explicación viene por el otro lado de mi formación académica, como que un licenciado venga a bajar la cosa solemne de la música para que todas la disfruten, aquellos que dejaron de tocar que lo vuelvan a hacer”, explica Darío Jalfin el origen de su apodo.