La primera película erótica de la historia se hizo en Argentina hace más de 100 años, pero la descubrieron un siglo después

Los registros la toman como que se llamo El Sartorio, El Satario o El Sátiro y se realizó entre 1907 y 1912 en la vera del Río de la Plata o el Paraná. Por qué se sospecha que se filmó acá y qué se sabe, tras que apareció después de un siglo en un compilado de un sello yanqui

28 de agosto, 2025 | 00.05

Siempre que se hable de un hecho iniciático en cualquiera fuera el terreno, indefectiblemente, en simultáneo aparecerá una polémica que lo colocará en discusión. Con la primera película triple X no habrá excepción, aunque por ciertas características todo indica que se realizó en Argentina. De hecho, se llamó El Sartorio, El Satario o El Sátiro y se realizó entre 1907 y 1912 en la vera del Río de la Plata o el Paraná. Y el corto es distintivo en el terreno pornográfico, como para considerarlo el debutante, porque las escenas muestran a sus protagonistas en actos sexuales totalmente explícitos: con sus genitales en primer plano, en poses clásicas sexuales y – por ejemplo- ejercitando sexo oral. Los antecedentes a este film cuyo origen sería francés, en tanto, son mucho más cercanos al cine erótico.

“Es conocida como la primera película porno de la historia. Es la más vieja de la que se tenga registro. Es como la gran piedra fundacional y el mito de origen. Y en esa discusión, Argentina pica en punta para reclamarlo. Estamos hablando de entre 1907 y 1912, y es imposible no ingresar en estas imprecisiones porque son las mismas que tiene la historia. Hay que tener en cuenta que en esos momentos no había registros de producción alguno y solo se puede calcular con tiempos estimados. Todo parece indicar que efectivamente es nuestra”, le explica a El Destape Hernán Panessi, autor de Porno argento (Cuarto Menguante, 2015), un libro qué se plantea precisamente si el género nació en este país.

En cuanto a las imprecisiones que señala el periodista, que también escribió Periodismo pop, se destacan entre las principales: el escenario de filmación, que podría ser tanto el Río de la Plata, como la zona del Riachuelo, como la de la costa de Quilmes o la de Rosario. Asimismo, el nombre sería El Sátiro, aunque con más de 100 años de recorrido se fue deformando en variantes como El Sartorio o El Satario. “Hay que tener en cuenta que el film apareció después de un siglo en un compilado de un sello yanqui llamado Something Weird Video y no estaba rotulado, pero se condecía con la historia del fauno”. Asimismo, es imposible precisar el año exacto de su realización, se calcula que se produjo entre 1907 y 1912. En el mismo sentido, tampoco es posible saber los nombres de los protagonistas.

“Por motivos evidentes se sabe muy poco de los implicados en el cortometraje. incluso los intertítulos están en inglés y los nombres son todos nombres medios inventados. Entonces, es muy probable que quienes aparecen en la película estén ahí con seudónimos. La informalidad de la producción audiovisual de esa época, más lo clandestino del asunto, hacían que hoy esas personas sean muy difíciles de identificar. Lo más probable es que provinieran del ámbito de la prostitución. De hecho, el trabajo sexual estaba muy desarrollada por estas latitudes en ese entonces", agrega Panessi.

¿Por qué llegaron a filmar al Río de la Plata?

En el mismo contexto de imprecisiones, también aparece el nombre del director del corto Triple X: David Heiss. En retrospectiva, varios medios especializados señalan que él fue el responsable de El Sátiro. Y también, en ciertos videos que recuperaron el corto de 9 minutos aparece en los créditos como responsable de la música. De una u otra manera, despierta la curiosidad qué hacía un director extranjero filmando una película porno en Argentina.

“Sabemos muy poco sobre el director, pero hay algunas condiciones sobre todo geográficas, que propiciaron que su rodaje se produjera en Argentina. De hecho, en aquella época acá los pudientes tenían acceso a ciertas tecnologías en simultáneo a las grandes potencias tecnológicas; países de Europa,  Estados Unidos: había una simetría ahí de de acceso”, responde Panessi.

Asimismo, el periodista entiende que “el trabajo sexual y la prostitución estaban muy desarrollados en nuestro país en ese entonces. Las casas de hombres, de mujeres y los clubes de fumadores, los prostíbulos. Además, el puerto de Buenos Aires era muy importante para la región, con lo cual el acceso a cierta data o pretensiones artísticas también iban en línea con lo que pasaba en los grandes países, justamente por la ubicación estratégica”.

Otro elemento que aparece para tratar de entender la realización de una Triple X en tierras argentinas, es que en esa época muchos adinerados contrataban a directores para que realizaran secuencias pornográficas para su propio archivo. Podría haber sido una millonario que vivía en nuestro país o un visitante ocasional que llegó al puerto de Buenos Aires ya que en esos años no había vuelos aerocomercilaes y la única conexión posible con estar tierras era solo a través del barco.

De qué trata El Sátiro

Como la mayoría de las películas triple X que se precie de tal, el argumento no es muy importante. No obstante, siempre hay un mínimo relato para justificar las escenas de sexo. En el caso de El Sátiro, la trama muestra a un grupo de mujeres desnudas que representarían a unas ninfas. De repente, se asoma entre los arbustos un hombre desnudo, con una máscara con cuernos que simbolizaría a un fauno, un ser mitológico relacionado con un sátiro. Aunque en la cartelera típica del cine mudo, inmediatamente antes de aparecer, dice en su inscripción: “The devil” (El diablo).

El sátiro empieza a correr a las mujeres y una de ellas se cae. En un principio el fauno se abusa de ella, aunque a los pocos segundos la nifa comienza a participar a voluntad del acto sexual. De hecho, aparece arriba del fauno como tomando la iniciativa y también se la ve en un primer plano realizarle sexo oral, mientras él permanece acostado y distendido. En ese sentido, y por cómo es el final, no termina de quedar del todo claro si es que la criatura mitológica ejerce una especie de poder seductor sobre ella ya que se la ve luego un tanto como obnubilada y confundida.

Tras terminat las relaciones carnarles, que incluyen varios planos de enfoques y diferentes poses (en general, las más clásicas), retornan sus compañeras y sacan corriendo al demonio. 

Su realización reclamada por varios países, pero un escritor estadounidense los contradice

Según Hernán Panessi, tanto desde Países Bajos, EE.UU. como de Gran Bretaña reclamaron por la autoría de la primera película porno. Es decir, ellos se arrogan la creación de El Sartorio. No obstante, hay testimonios por cierto bastante neutrales que indicarían que se realizó en nuestro país: Eugene O Neill, dramaturgo estadounidense, quizás hasta involuntariamente dejó un documento que indica lo contrario. De hecho, el escritor vivió en tierras rioplatenses hacia 1910 y en unas crónicas de su estadía en Argentina habla del corto.

En esos años. O´Neill frecuentó los cines porno de Barracas, La Boca, e Isla Maciel: uno de ellos fue “El Farolito Rojo”. Más aún, Gonzalo Demaría, quien concibió la obra Elsa Tiro (en clara referencia a la película) que está inspirada en el dramaturgo estadounidense, elige creer que el que escribió el corto triple X fue el autor de Largo viaje hacia la noche.

“Si nada prueba que O’Neill la escribiera, nada lo impide tampoco. Su fascinación con el porno y su rebeldía adolescente, que lo llevó a detestar los melodramas actuados por su padre, un actor de éxito en Broadway, no bastan para atribuirle El Sartorio pero le dan un marco a esta especulación poética que es Elsa Tiro, otro título con (obvia) trampa”, dijo el dramaturgo argentino en una entrevista publicada en la web del Complejo Teatral Buenos Aires (CTBA) en días previas al estreno de su obra, que se produjo el 11 de marzo de 2023, en el Teatro Regio.

Luciano Cáceres, quien trabajó en varias oportunidades con Demaría, fue el protagonista de Elsa Tiro. De hecho, encarna el personaje inspirado en O´Neill, a quien le aparecen varios recuerdos de sus días en Buenos Aires. “Es increíble: desaparecieron grandes de las primeras películas de la historia, pero esta sobrevivió. Y lo que llamó la atención es que no filmaron solo el acto en sí, tiene un guion y una historia”, opinó el actor ante el cronista de El Destape. 

La génesis de la película erótica

En rigor, muchos artículos o especialistas del género nombran al corto francés Le Coucher de la Mariée (El atardecer de la casada) al mencionar el comienzo de los desnudos en el cine. El film es de 1896, le pertenece a los fotógrafos Albert Kirchner y Eugène Pirou y la trama mostraba la noche de bodas de una pareja de recién casados.

Eugène Pirou se ocupó de la producción, mientras que Albert Kirchner fue quien se puso tras la cámara para dirigirla, aunque la presentó bajo el seudónimo de “Léar”. La actriz protagonista se llamaba Louis Willy y se desconoce el nombre del actor que encarnaba al esposo. Esta escena es posible encontrarla en Youtube, aunque recortada a dos minutos porque es lo único que se pudo rescatar.

Ahora bien, el filme es más bien de tono erótico y parece muy naif en comparación con El Sátiro, en el que las escenas de sexo son más que explicitas. Mientras que en Le Coucher… se muestra el striptease de una recién casada frente a su marido previo al coito, en la película argentina los protagonistas muestran sus genitales en primer plano y mantienen relaciones de forma explícita, como si fuera una secuencia Triple X de la actualidad.