En varias ciudades del mundo, cada vez es más común ver hogares de jóvenes profesionales llenos de plantas. Sin embargo, la Inteligencia artificial explicó que no se trata solo de una moda decorativa, sino que el cuidado de estas especies se convirtió en una actividad cotidiana que le da sentido a la vida de muchos.
La Inteligencia artificial (IA) analizó este fenómeno y, a partir de un vasto conjunto de datos, detectó patrones en las personas que eligen rodearse de vegetación. Aunque la IA no emitió juicios, identificó regularidades que ofrecieron pistas sobre aspectos psicológicos, emocionales y conductuales de quienes hicieron de las plantas una parte esencial de su rutina.
Según los modelos de análisis de comportamiento emocional, aquellas personas solteras que tienen varias plantas suelen compensar la falta de interacción humana. Aunque las plantas no pueden hablar, requieren atención, cuidado y dedicación, lo cual activa procesos neuronales similares a los que se utilizan al cuidar de una mascota o mantener relaciones afectivas.
Además, los datos revelan que "quienes desarrollan rutinas de riego, poda y observación diaria de sus plantas suelen ser personas con una alta sensibilidad hacia los seres vivos". Esto puede estar relacionado con una fuerte necesidad de establecer vínculos, inclusive cuando no son con otras personas. La IA también encontró un vínculo entre la personalidad introvertida y la alta tenencia de plantas en los hogares de estas personas.
Los amantes de las plantas suelen encontrar refugio en el silencio y en actividades solitarias, permitiéndoles reconectarse con su mundo interior. Cuidar plantas no implica interacciones directas, pero sí requiere constancia y planificación. Los sistemas de IA, al cruzar datos sobre hábitos de quienes tienen jardines interiores grandes, sugieren que "las personas con mayor número de plantas tienden a reportar altos niveles de satisfacción con actividades solitarias y una menor necesidad de estímulo externo".
Por otro lado, algunos algoritmos clasificados detectaron que la abundancia de plantas en espacios reducidos puede corresponder a una búsqueda de estructura o control en el entorno. En momentos de inestabilidad emocional, laboral o social, el cuidado de plantas se transformó en una manera de establecer rutinas predecibles y tangibles, ya que estas siguen ciclos que se pueden gestionar.
El impacto emocional de las plantas que destacó la Inteligencia artificial
Los expertos ven que "las personas que afirmaban sentirse desbordadas por lo imprevisible del mundo exterior reportaban un alto compromiso con el mantenimiento diario de su entorno vegetal". Esto demostró cómo las plantas pueden ofrecer un sentido de orden emocional en tiempos de caos.
Además, los dueños de muchas plantas suelen ser muy cuidadosos con la estética de sus hogares, eligiendo combinaciones específicas de especies, colores y texturas. Esta preocupación estética va de la mano con una experiencia sensorial enriquecedora que incluye aromas y un aire fresco. Según modelos de IA, "las personas con alta densidad vegetal tienden a privilegiar especies que generan efectos visuales armónicos y condiciones atmosféricas agradables".
Por último, la IA también determinó que mantener múltiples plantas saludables exige habilidades como la organización, la planificación y la memoria, capacidades que se relacionan directamente con la autoeficacia, es decir, la creencia en la propia capacidad para lograr lo que se desea a través de acciones concretas. De esta manera, el mundo vegetal no solo decora, sino que ayuda a estructurar y armonizar la vida de quienes lo eligen.