Cada invierno, el monóxido de carbono vuelve a convertirse en un enemigo invisible. Es letal, no tiene olor ni color, y puede acumularse en tu casa sin que te des cuenta. Ya hubo varias víctimas a lo ancho y largo del país. Te contamos los 10 errores más frecuentes que ponen en riesgo tu vida y cómo evitarlos.
Cuidate del monóxido: 10 errores frecuentes que podés evitar fácil
1. No revisar los artefactos de gas antes del invierno
Uno de los errores más peligrosos es prender estufas, calefones o termotanques sin hacerles una revisión previa. Aunque parezca que funcionan bien, pueden tener fallas internas. Es clave que un gasista matriculado los revise al menos una vez al año para asegurarse de que no haya fugas ni combustión incompleta.
2. Tapar las rejillas de ventilación por el frío
Muchas personas, cuando empieza a hacer frío, tapan las rejillas de ventilación con trapos o cinta porque entra aire. Pero esas rejillas son obligatorias y vitales: permiten renovar el oxígeno y expulsar gases tóxicos. Taparlas transforma tu casa en una trampa mortal. Siempre dejalas libres, aunque moleste el aire.
3. Usar el horno para calefaccionar el ambiente
El horno no es una estufa. No está diseñado para calefaccionar durante horas. Encenderlo con la puerta abierta para “entibiar” el ambiente genera combustión incompleta y aumenta el riesgo de monóxido. Es una de las prácticas más peligrosas y, lamentablemente, muy común en hogares sin calefacción adecuada.
4. Ignorar el color de la llama
La llama siempre debe ser azul. Si ves que se pone amarilla, naranja o roja, significa que la combustión no es completa y está generando monóxido. No lo dejes pasar. Apagá el artefacto y llamá a un profesional. Esa señal puede anticipar una intoxicación grave.
5. Cerrar todo herméticamente sin dejar ventilación
Cuando el frío aprieta, es normal querer cerrar puertas y ventanas para no dejar escapar el calor. Pero esa falta de ventilación es lo que permite que el monóxido se acumule. Siempre dejá una ventana entreabierta, aunque sea 10 o 15 centímetros. El aire fresco puede salvarte la vida.
6. Usar braseros o leña en interiores cerrados
Los braseros y fogones en interiores mal ventilados son otra causa común de intoxicaciones. La leña y el carbón liberan monóxido cuando no hay suficiente oxígeno. Además, la llama consume el aire de la habitación. Si no podés evitar usarlos, asegurate de que el ambiente esté bien ventilado.7. No instalar detectores de monóxido
Hoy existen detectores de monóxido económicos y fáciles de instalar. Aun así, son pocos los hogares que los tienen. Estos dispositivos emiten una alarma si detectan concentraciones peligrosas de gas. Es una herramienta simple que puede darte los minutos clave para reaccionar a tiempo y evitar una tragedia.
8. No actuar ante los primeros síntomas
Dolor de cabeza, mareo, náuseas, fatiga muchas veces se confunden con una gripe o cansancio. Pero si aparecen en ambientes cerrados y mejoran al salir, pueden ser señales de intoxicación por monóxido. No minimices esos síntomas: ventilá, apagá los artefactos y consultá a un médico de inmediato.
9. No revisar conexiones o instalaciones viejas
Caños de gas antiguos, mangueras flojas, conexiones caseras o mal selladas son focos de peligro. En lugar de esperar a que algo falle, hacé un chequeo completo de la instalación. Hoy existen tecnologías que permiten detectar y sellar fugas sin romper paredes, gracias a la nueva norma NAG-203.
10. No informar ni educar en casa sobre los riesgos
Muchas veces, convivientes, menores o personas mayores no saben cómo reaccionar ante una fuga o qué síntomas tener en cuenta. Es importante que en cada hogar todos sepan qué hacer. Hablar del tema, instalar detectores y generar hábitos seguros puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.