Un estudio revolucionario liderado por la Universidad de Oxford, con participación clave de investigadores argentinos, acaba de cambiar lo que sabíamos sobre la llegada de los perros a América. La investigación, publicada en la prestigiosa revista Proceedings of the Royal Society B, desafía las teorías tradicionales y ofrece nuevos datos sobre la relación entre humanos y canes a lo largo de la historia.
Desmontando un mito arraigado
Durante décadas, la comunidad científica sostuvo que los perros habían llegado a América junto con los primeros pobladores humanos hace aproximadamente 15,000 años. Sin embargo, este nuevo estudio -liderado por la Universidad de Oxford con colaboración de investigadores de Argentina, Chile, Perú y Bolivia- demuestra que esta creencia era incorrecta.
El equipo de investigación analizó exhaustivamente 70 genomas mitocondriales completos de perros, tanto antiguos como modernos, procedentes de diversas regiones de América Central y del Sur. Para ello, utilizaron técnicas avanzadas de secuenciación genética y compararon los resultados con bases de datos internacionales.
“Nuestros resultados sugieren que los perros llegaron a América del Sur junto con la expansión de la agricultura", explicó el Dr. Francisco Prevosti, investigador del CONICET y de la Universidad Nacional de La Rioja, uno de los coautores principales del trabajo.
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Analizaron 70 genomas de perros antiguos y modernos de América.
Hallazgos revolucionarios
Los resultados de la investigación revelaron varios aspectos fundamentales:
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Cronología precisa: Los perros llegaron a Sudamérica entre 7,000 y 5,000 años atrás, mucho después de la migración humana inicial.
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Origen único: Todos los perros prehispánicos descendían de una sola línea materna, diferente a la de los canes norteamericanos.
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Patrón de expansión: Los animales se establecieron primero en la región andina del norte del continente y luego se dispersaron gradualmente hacia el este.
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Vinculo cultural: Su llegada coincidió con el desarrollo de la agricultura, particularmente con la introducción del cultivo de maíz.
Otro de los hallazgos más impactantes del estudio confirma que los canes nativos fueron casi completamente reemplazados tras la llegada de los europeos. Solo algunas razas modernas, particularmente el Chihuahua mexicano, conservan vestigios de ese ADN ancestral.
El papel de los investigadores argentinos
El equipo argentino, compuesto por científicos del CONICET, la Universidad Nacional de La Plata, la UBA y otras instituciones, realizó contribuciones fundamentales al estudio. Lucio González Venanzi, arqueólogo de la UNLP, afirmó: “La gran cantidad de muestras tomadas es relevante, porque por primera vez se hizo un estudio genético detallado de este sector del planeta”.
Asimismo, los investigadores señalaron los principales desafíos para la investigación en Sudamérica. En primer lugar, la escasez de material, ya que los restos arqueológicos de perros son particularmente raros en la región.
Por otro lado, las limitaciones económicas también es una dificultad seria la falta de fondos para investigación y equipamiento especializado. En ese sentido, destacaron la necesidad de colaboración y a su vez, la importancia de trabajar con equipos internacionales.