Los edulcorantes son una de las sustancias artificiales, y en algunos casos naturales, que utilizan millones de personas alrededor del mundo en reemplazo del azúcar. Se usan para endulzar alimentos y bebidas, a menudo como sustitutos del azúcar con el objetivo de reducir calorías, controlar el peso o la diabetes, o prevenir caries.
Recientemente, un estudio brasileño mostró que consumir todos los días alimentos con edulcorantes artificiales, como una lata de gaseosa light, se vincula a un aumento de hasta un 62% en deterioro cognitivo, un 30% en pérdida de memoria, y un sorprendente 170% en fluidez verbal reducida. El análisis se basó en la participación de 12.000 personas.
El análisis fue publicado en la revista Neurology por parte de la Academia Estadounidense de Neurología. En el mismo se cuestiona la percepción de inocuidad de estos sustitutos del azúcar. Además, se evaluaron siete compuestos como edulcorantes y alcoholes de azúcar. Entre ellos se encuentran: aspartamo, sacarina, acesulfamo-K, eritritol, xilitol, sorbitol y tagatosa. Todos estos ingredientes forman parte de productos ultraprocesados como gaseosas, aguas saborizadas y postres bajos en calorías, como así también endulzantes de mesa.
El edulcorante letal
Entre la lista figura uno que podría ser cancerigeno: el aspartamo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la definición como un "edulcorante artificial (de origen químico) ampliamente utilizado en diferentes alimentos y bebidas desde la década de 1980", por ejemplo en bebidas dietéticas, goma de mascar, gelatina, helados, productos lácteos como el yogur, cereales de desayuno, dentífrico y medicamentos como pastillas para la tos y vitaminas masticables.
Según el ex director del Departamento de Nutrición e Inocuidad de los Alimentos de la OMS, el doctor Francesco Branca, "el cáncer es una de las principales causas de muerte en todo el mundo. Cada año, una de cada seis personas muere de cáncer. La ciencia se amplía continuamente para evaluar los posibles factores iniciadores o facilitadores del cáncer, con la esperanza de reducir esas cifras y el costo humano". Hace dos años, las evaluaciones del aspartamo había revelado que, "si bien la inocuidad no preocupa de forma destacada en las dosis de consumo habitual de este producto, se describieron posibles efectos que deben investigarse en más estudios y de mejor calidad".
El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) clasificó el aspartamo como "posiblemente carcinógeno para los seres humanos a partir de evidencia limitada para el cáncer en los seres humanos (en concreto, para el carcinoma hepatocelular, un tipo de cáncer de hígado)". También se observó "evidencia limitada para el cáncer en animales de experimentación y evidencia limitada relacionada con los posibles mecanismos que provocan cáncer".
Los efectos del edulcorante en la salud de las personas
De acuerdo al Instituto de Salud Global de Barcelona, en base a un estudio propio, no encontraron ninguna relación entre el consumo de aspartamos u otros edulcorantes artificiales y el cáncer. Sin embargo, entre las personas que padecen de diabetes, el consumo elevado de aspartamo se asoció con un mayor riesgo de cáncer de estómago, pero con un menor riesgo de cáncer de mama. En el caso de otros edulcorantes artificiales, el consumo elevado se vinculó a un mayor riesgo de cáncer de colon y estómago.
Por su parte, la OMS propuso que no se usen edulcorantes sin azúcar como medio para controlar el peso o reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles. Esta recomendación se basa en evidencias de baja certidumbre global, las cuales provienen de una revisión sistemática en la que se evalúan los efectos que tiene en la salud una mayor ingesta de edulcorantes sin azúcar.
Si bien esta revisión no evidenció beneficios a largo plazo sobre las medidas de la grasa corporal en adultos ni en niños, pero sí "posibles efectos indeseables del consumo a largo plazo consistentes en un aumento del riesgo de diabetes de tipo 2, de enfermedades cerebrovasculares y de mortalidad en adultos".
Por otro lado, esta semana la especialista en neuropsicología del Fleni, Lucía Crivelli, resaltó que el consumo de edulcorantes "tiene un efecto muy fuerte sobre la memoria y sobre la fluidez verbal". También destacó la presencia casi invisibilizada de estos aditivos en la dieta habitual: “Todos lo tomamos en realidad, porque está adentro de un montón de alimentos. No es solo el adicionar edulcorante lo que está produciendo problemas de salud, sino que el edulcorante que está ya en algunos alimentos que consumimos".
En cuanto a posibles medidas regulatorias, planteó la idea de desincentivar su accesibilidad, similar a lo ocurrido con el tabaco: “Se empieza a pensar cómo poder hacer más caros estos alimentos, hacerlos menos accesibles para la gente y a la vez hacer alguna política de hacer más accesibles los alimentos naturales".