Desde el 1 de octubre, la ciudad de Toyoake, Japón, se convirtió en noticia por aprobar una medida inédita: una ordenanza que recomienda a sus habitantes no usar el celular ni otros dispositivos más de dos horas al día con fines recreativos. La iniciativa, impulsada por el alcalde Masafumi Kouiki, busca generar conciencia sobre la adicción a los smartphones, mejorar el sueño y fomentar una vida más equilibrada lejos de las pantallas.
Aunque la norma no contempla sanciones ni controles, su peso simbólico es fuerte. En Japón, donde las directrices oficiales suelen tener gran influencia social, la propuesta ya abrió un debate nacional sobre el impacto del uso excesivo del celular, especialmente entre los jóvenes.
Una ordenanza que busca cambiar hábitos
Toyoake, una ciudad de casi 70.000 habitantes que funciona como ciudad dormitorio de Nagoya, aprobó esta medida tras meses de debate. La ordenanza fija un máximo de dos horas diarias de uso recreativo de celulares, tablets, consolas o computadoras, sin contar las actividades escolares o laborales.
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Además, incluye recomendaciones específicas para proteger el descanso de los menores:
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Los niños de primaria deberían dejar los dispositivos antes de las 21.
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Los adolescentes de secundaria y menores de 18 años, antes de las 22.
El objetivo central es garantizar suficientes horas de sueño y evitar que el entretenimiento digital afecte la salud y el bienestar de los jóvenes.
El alcalde Kouiki, reconocido en Japón por su lucha contra la adicción tecnológica, dejó en claro que el objetivo no es sancionar, sino “mover conciencias”. “Es triste terminar el día mirando el teléfono todo el tiempo en casa. Espero que los ciudadanos cambien su comportamiento”, dijo al New York Times.
Cómo se implementa la medida
Aunque no hay multas ni inspecciones, el municipio acompañó la entrada en vigor de la ordenanza con distintas acciones:
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Envío de correos electrónicos a estudiantes y padres para reflexionar sobre los hábitos digitales.
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Encuestas a 250 vecinos para medir el impacto en el tiempo de pantalla, las horas de sueño y la comunicación familiar.
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Campañas educativas para promover el uso responsable de la tecnología.
Sin embargo, no todos apoyan la medida. Algunos concejales calificaron la ordenanza de “intrusiva” y “paternalista”, argumentando que no hay evidencia científica que respalde la restricción. Más allá de las críticas, Toyoake se convirtió en un caso pionero en Japón al llevar el debate sobre la adicción a las pantallas al terreno de las políticas públicas.
En un país donde los jóvenes pasan en promedio cinco horas diarias frente al celular, la ciudad propone una reflexión clave para la era digital: ¿Cuánto tiempo de nuestras vidas estamos dispuestos a regalarle a las pantallas?