No lo hagas más: la razón más común por la que se pudre la lechuga en la heladera

La lechuga es una de las verduras más populares, pero su conservación puede presentar un gran desafío. Por este motivo, es importante evitar ciertos errores comunes.

10 de marzo, 2025 | 21.18

La lechuga es una de las verduras más populares, ya que además de su gran aporte de vitaminas y fibra, es simple de preparar y no requiere ninguna cocción. Sin embargo, su conservación una vez que se compra supone todo un desafío, ya que a muchas personas se les termina pudriendo a los pocos días por un error muy común.

El problema con la lechuga es la hidratación: si le falta agua se seca con facilidad, pero si tiene en exceso termina pudriéndose. Por este motivo, es importante encontrar un balance y mantenerlo también a la hora de guardarla en la heladera para el consumo semanal. Precisamente, hay que prestar atención a un detalle en peculiar y dejar de cometer un error común a la hora de "intentar conservarla".

La mayoría de las personas vuelven de la verdulería y, en el afán de conservarla, no lavan la lechuga hasta su consumo y la dejan en la misma bolsa en la que fue trasportada dentro de la heladera. Como las hojas ya tienen cierta humedad, si se las mantiene en un ambiente húmedo y oscuro, se descompondrán mucho más rápido. Pero si se guarda la planta sola en la heladera sin ningún resguardo, es probable que las hojas se quemen por la exposición directa al frío.

Entonces, la forma correcta de almacenarla es en un lugar cerrado y preservándola del exceso de humedad. Lo mejor que se puede hacer es lavarla y secarla por completo, una vez que esté totalmente seca, habría que guardar hoja por hoja, o ya cortada en un tupper e ir intercalando capas de servilletas de papel para que absorban el exceso de humedad pero no le quiten toda el agua. Por último, el tupper debería mantenerse cerrado. Así, puede llegar a durar hasta dos semanas en la heladera.

No lo hagas más: la razón más común por la que se pudre la lechuga en la heladera

 

¿Por qué la espinaca pierde su sabor y calidad al cortarse con cuchillos metálicos?

Pocos saben que determinadas verduras necesitan de un tratamiento especial para que no pierdan ese sabor que tanto las caracteriza, además de los nutrientes que aportan al ser consumidas. Una de ellas es la espinaca, ya que los profesionales de la cocina no recomiendan usar cuchillo de metal al momento de cortarla para elaborar una ensalada o depositarla en un sartén. 

Dependiendo el trato que reciban, las verduras pueden sufrir cambios en su composición y esto podría generar que el resultado final de la receta se altere de gran manera. Hay algunas que son mejores si se las pasa por el rallador en vez de cortarlas en cubitos y en otros casos se recomienda el uso de la mano para fragmentarlas.

"No hay una razón de peso para no llegar de la verdulería con espinaca y procesarla ahí mismo, esto es, lavarla, secarla y cocinarla o no", expresó Pedro Lambertini, como figura su usuario de X (Ex Twitter). En la imagen, se observa un ramo de gran tamaño que se encuentra intacto y a punto de ser utilizado en una preparación. Aunque antes se deben descartar los cuchillos de metal.

La presencia de este elemento puede generar que algunas verduras y frutas afronten un proceso que se llama pardeamiento enzimático. "Muchos cuchillos de metal contienen hierro o cobre, lo que puede acelerar la reacción enzimática. Por lo tanto, si se utiliza un cuchillo de cerámica o plástico que no reacciona químicamente, se puede ralentizar ligeramente el proceso", expresan desde Foodunfolded.

Otra de las consecuencias que puede generar el uso de metal en determinadas verduras es que estas pierdan las vitaminas que aportan. Lo mejor en determinados casos es hacer uso de un cuchillo de cerámica, plástico o las manos dependiendo del alimento que se esté manipulando. Además, la advertencia es para aquellas personas que hagan uso de una parte y decidan guardar la restante.