Muchos lo ven, pero pocos lo usan: el verdadero propósito del agujerito de los candados

Este pequeño detalle en los candados parece insignificante, pero cumple una importante función que pocos usuarios conocen.

29 de abril, 2025 | 19.09

Aunque muchas personas lo pasan por alto, el pequeño agujerito ubicado en la parte inferior de los candados tiene una razón de ser que va más allá de una decisión estético. Lejos de ser un simple detalle de diseño, cumple funciones esenciales para el mantenimiento y la durabilidad del mecanismo de seguridad para evitar que pierda las propiedades en las que confían los usuarios.

Precisamente, una de sus principales utilidades es el drenaje de agua. Los candados que están colocados al aire libre, como los que cierran portones o rejas, suelen estar expuestos a la lluvia, la humedad y otros factores climáticos que pueden afectar su funcionamiento. Por este motivo el pequeño orificio permite que el agua que ingresa al interior del candado pueda salir fácilmente, evitando la oxidación de las piezas metálicas internas y ayudando a conservar su correcto desempeño con el paso del tiempo.

Por otro lado, este agujerito también es útil para aplicar lubricantes directamente en el mecanismo. El uso frecuente, el polvo o las temperaturas extremas pueden endurecer las piezas internas. Introducir aceite o productos especiales a través de este orificio es una forma práctica de mantener el sistema fluido, sin necesidad de desarmar el candado o forzarlo.

Por último, y aunque no todos los modelos lo permiten, algunos candados están diseñados para poder desbloquearse a través de ese mismo agujerito en casos de emergencia. Con una herramienta específica, técnicos o usuarios capacitados pueden abrir el candado en caso de pérdida de la llave o de trabas internas, sin dañar el dispositivo.

Muchos lo ven, pero pocos lo usan: el verdadero propósito del agujerito de los candados.

Qué significa quedarse encerrado en casa: la palabra de los psicólogos

Quedarse en casa cuando hay actividades sociales para hacer suele ser considerado algo negativo por mucha gente, pero un reciente informe hecho por psicólogos indica que sería algo positivo. Decidir no socializar en algunos momentos muchas veces es vinculado con la tristeza o la timidez, pero también puede relacionarse con elegir pasar tiempo con uno mismo y preservar la energía propia.

Muchas veces juntarse con gente y socializar produce una sobreestimulación para la mente y, si ya el cerebro está fatigado por cansancio o por otras cuestiones, está bien decidir quedarse tranquilo en casa y disfrutar de un momento a solas. Por supuesto que eso es referido a algunas circunstancias y, si este tipo de comportamientos se vuelve la norma, sí habría un problema, ya que la socialización es muy importante para el bienestar del ser humano.

“Los introvertidos recargan energía cuando están solos, y se sienten drenados después de muchas interacciones sociales", explican los psicólogos envueltos en esta investigación, según citó Los Andes. Y siguen: "Todos pasamos por momentos donde necesitamos centrarnos, reflexionar sobre lo que realmente queremos… Un momento para encontrarnos con nosotros mismos".

Al mismo tiempo, si la no socialización se vuelve algo muy frecuente puede indicar problemas de ansiedad social o depresión: síntomas alerta para tomar cartas en el asunto y consultar con un profesional de la salud mental, ya que con tratamiento terapéutico y, si es necesario, medicinal, se puede salir de ese tipo de situaciones. "Una ruptura repentina con el círculo social es a menudo un síntoma de depresión enmascarada”, señalan los expertos.