A 40 años del día del viaje de Volver al Futuro, icónica película de Robert Zemeckis con Michael J.Fox y Christopher Lloyd, la Inteligencia artificial del Chat GPT reveló como se vería el filme si estuviera situada en el año 2025.
Según la IA, si Volver al Futuro arrancase en el 2025 la historia adquiriría un tono completamente distinto, adaptado al contexto tecnológico, social y ambiental del presente. Marty McFly sería un adolescente hiperconectado, fanático de los videojuegos, las redes sociales y los autos eléctricos. En lugar de andar en skate por Hill Valley, usaría una patineta eléctrica o una bicicleta con inteligencia artificial. Viviría en un mundo dominado por los teléfonos inteligentes, las pantallas táctiles y la realidad aumentada, pero también afectado por la crisis climática, la saturación digital y la desconfianza hacia la tecnología.
El excéntrico Doc Brown seguiría siendo un genio incomprendido, aunque ahora su laboratorio estaría lleno de impresoras 3D, paneles solares y dispositivos de energía limpia. En vez de usar plutonio para su máquina del tiempo, habría desarrollado un sistema basado en fusión fría o en energía cuántica.
Por otro lado, el legendario DeLorean estaría completamente renovado: sería un modelo eléctrico autónomo, recubierto con paneles solares y capaz de volar gracias a la propulsión magnética. Su diseño combinaría nostalgia retrofuturista con avances de Tesla o SpaceX.
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Un viaje retro a los '80
Cuando Marty active accidentalmente el viaje temporal, no iría al pasado de 1955, sino tal vez a 1985, para descubrir cómo era la vida sin internet, sin celulares ni redes sociales. Su desconcierto sería total: la gente usaba mapas de papel, los adolescentes escuchaban música en cassettes y los videoclubes eran el centro de reunión. Esta inversión temporal serviría para reflexionar sobre la pérdida del contacto humano y la simplicidad del pasado. Marty aprendería a valorar una vida menos acelerada, mientras intenta arreglar los enredos que provoca al interferir con la juventud de sus padres.
El conflicto principal giraría en torno a la responsabilidad tecnológica: Doc Brown advertiría sobre los peligros de alterar el curso del tiempo en una era donde los datos y la inteligencia artificial controlan casi todo. Tal vez el antagonista sería una versión corporativa de Biff Tannen, dueño de una megacompañía tecnológica que busca adueñarse del invento para manipular la historia a su favor.
Visualmente, la película combinaría estética retro con efectos digitales de última generación. El mensaje final, más allá del espectáculo, subrayaría la necesidad de usar la innovación con ética y recordar que el futuro no está en las máquinas, sino en las decisiones humanas.
