En el mercado más extenso del mundo en cantidad de usuarios, WhatsApp está al borde de ser completamente bloqueado. Precisamente, un importante país anunció que la aplicación de mensajería dejará de funcionar y, en su lugar, estará disponible una versión nacional.
Las autoridades rusas avanzan con fuerza para reemplazar la plataforma por una aplicación nacional denominada Max, diseñada desde el gobierno para operar en todos los dispositivos móviles vendidos en el país. Así, WhatsApp podría perder millones de usuarios en cuestión de meses, cuando Rusia inhabilite la aplicación en todo el país.
Desde que Meta fue declarada una “organización extremista” en 2022, las redes sociales del grupo (incluido WhatsApp) han sido objeto de restricciones cada vez más severas. Ahora, con una nueva legislación firmada por el Kremlin, se ordenó la transición obligatoria a Max: una herramienta con acceso completo a cámara, micrófono, geolocalización y contactos, lo que refuerza las preocupaciones sobre vigilancia estatal.
Se estima que más del 68% de la población rusa usa WhatsApp diariamente, lo que pone en riesgo directo a más de 97 millones de usuarios si se concreta su bloqueo. No se informó una fecha exacta para el corte, pero las autoridades locales aseguran que hay un 99% de probabilidades de que el servicio sea suspendido pronto.
La medida forma parte de una estrategia más amplia del gobierno ruso para promover plataformas tecnológicas propias y minimizar la influencia digital extranjera. Max tendría preinstalación obligatoria en todos los teléfonos nuevos, mientras que WhatsApp, Facebook e Instagram permanecerían prohibidas en todo el país.
Qué es Max y por qué genera tanta preocupación entre los habitantes rusos
Diseñada como alternativa nacional a WhatsApp, la aplicación Max promete mensajería instantánea, videollamadas y funciones integradas al ecosistema digital ruso. Sin embargo, especialistas advierten que su uso obligatorio podría convertirla en una poderosa herramienta de vigilancia estatal. Con acceso completo a datos sensibles como ubicación, micrófono y contactos, Max despierta preocupación entre activistas y usuarios, que temen por la pérdida de libertad digital. En redes, ya hay quienes buscan formas de evadir la futura prohibición o migrar a otras plataformas más seguras.