El polémico tren que divide opiniones: entre el turismo y la destrucción ambiental

Lo presentan como una revolución para el turismo, pero hay denuncias que generaron polémica.

13 de noviembre, 2025 | 16.24

En distintas partes del mundo, los trenes turísticos se convirtieron en sinónimo de desarrollo y conexión. En México, uno de los proyectos más ambiciosos de los últimos años promete exactamente eso, aunque no todos lo celebran.

Se trata del Tren Maya, la obra ferroviaria más grande de la región, que recorre unos 1500 kilómetros y enlaza puntos emblemáticos como Palenque, Chichén Itzá, Mérida, Cancún y Tulum. Atraviesa los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, combinando el transporte de pasajeros con el de carga en una red de 20 estaciones y 14 paraderos.

Los trenes, de fabricación francesa, pueden alcanzar velocidades de hasta 160 km/h y funcionan con un sistema híbrido que busca electrificarse por completo en el futuro. Sin embargo, más allá de su tecnología, lo que lo vuelve tema de conversación son los costos y el impacto ambiental.

Cuál es la polémica con el Tren Maya en México

El proyecto comenzó con una inversión estimada en 120 mil millones de pesos, pero esa cifra se multiplicó hasta superar los 500 mil millones, totalmente financiados con fondos públicos. Aunque el servicio ya está operativo, y más de un millón de personas lo utilizaron desde su inauguración total en diciembre de 2024, las críticas no se hicieron esperar.

El Tren Maya tiene una inversión estimada en 120 mil millones de pesos.

Arqueólogos y ambientalistas denuncian que durante su construcción se perdieron vestigios históricos, se deforestaron grandes áreas de selva, y se alteraron ecosistemas frágiles, afectando cenotes, ríos subterráneos y fauna local. Pese a las promesas de restauración y la creación de museos y zonas arqueológicas rehabilitadas, muchos advierten que los daños podrían ser irreversibles.