Camila Sosa Villada: el estreno de Tesis sobre una domesticación, su interés por el lenguaje en la sexualidad, la misoginia de la industria cinematográfica y la "pérdida" de la batalla cultural

La reconocida escritora y actriz acaba de estrenar Tesis sobre una domesticación, la película basada en su novela publicada en 2019 donde también actúa como protagonista. Cómo fue el proceso de grabación, qué dificultades encontró y cuál es su búsqueda como escritora.

01 de mayo, 2025 | 14.40

Escritora, actriz, guionista: Camila Sosa Villada está presente en la cultura como una figura que avasallante. Desde sus inicios como actriz, el éxito de sus libros Las Malas, El Viaje Inútil, Soy una Tonta por quererte y La Novia de Sandro, y ahora su rol como guionista en Tesis sobre una domesticación, la película que se estrenó este jueves 1 de mayo en salas y que está basada en su novela con el mismo nombre, Camila abarca con fuerza y compromiso cada proyecto. Sin embargo, ¿qué es lo que no se ve de estos procesos?, ¿cómo se llevan a cabo?, ¿cuál es su búsqueda como actriz y escritora?

En diálogo con El Destape, Camila Sosa Villada contó cómo fue actuar en una película basada en su propia novela, se refirió a la misoginia de la industria, destacó su interés en la sexualidad y cómo se construye, reveló algunas anécdotas de este proyecto. Hoy, 1 de mayo, mientras la película llega a las salas, Sosa Villada también estará firmando ejemplares de La Traición de mi Lengua en La Feria del Libro a las 18:30, el nuevo libro que acaba de publicar por Tusquets.

Camila Sosa Villada estrenó Tesis sobre una domesticación: de la novela a la pantalla grande

- ¿Cómo fue el proceso de ponerle el cuerpo a un personaje que había escrito originalmente para una ficción literaria?

No fue tan extraño para mi porque yo siempre escribí los personajes que hacía en el teatro. Yo digo que fue una experiencia terrible porque lo fue en realidad, pero siempre son terribles los personajes que hago. Yo hice a Billie Holiday, Tita Merello, Frida Kahlo, hacía de una loca que se creía una gallina. No hubo mucho de distinto salvo la industria cinematográfica puesta encima mío que eso si puede ser más traumático. Además soy una acomplejada de la falta de imaginación, complejidad e imaginación a la hora de escribir personajes para una actriz trans, así que siempre me armo unos personajes bastante complejos de actuar, me guste o no, sea bueno o sea malo, me hago cargo de eso.

- ¿Y te gusta escribirlos pensando en que los vas a protagonizar vos?

Me pasó con Tesis sobre una domesticación que yo no quería actuarla. Es más, me parecía que tenía que hacerlo Mariana Genesio Peña, pero después me dijeron que iba a estar Poncho (Alfonso Herrera) y dije "bueno me voy a dar unos besos con él", solo por eso dije que si. En el teatro si me gusta escribirlos para mi misma. Aparte es como ¿Qué otra actriz tiene a Camila Sosa Villada escribiendo un personaje para ella más que yo?

-¿Por qué sentís que fue traumático tener el peso de la industria cinematográfica arriba tuyo?

Y porque es misógina la industria cinematográfica, eso es un problema. Yo terminé bastante enojada después de la filmación: con lo vertical que es, con haber estado en el set y que no se le ocurriera al director preguntar 'che, ¿esto te parece que está bien?'. Yo estaba ahí además. Pero es algo que hacen con las travas, ese borramiento de decir 'bueno, te vamos a filmar pero vos no sabés nada de cine, no sabés nada de lenguaje audiovisual'. Entonces terminé bastante enojada pero bueno también yo acepté, soy una persona adulta que se tiene que hacer cargo de sus decisiones.

-Hace unos meses, en una entrevista con Gelatina, dijiste que para vos el título es el 50% de la obra. ¿Cómo llegaste a la palabra domesticación?

No me acuerdo muy bien cómo fue, se ve que fue intuitivo. Yo veía que la actriz estaba siendo cada vez más acorralada y se ve que se me ocurrió esa palabra. Y lo de tesis es un juego en verdad, tiene un doble sentido. Viste que vos hacés una tesis y te recibís, entonces yo hice esta tesis para recibirme de escritora. Se decía que a Las Malas (Tusquets, 2019) lo había escrito Juan Forn, que no era una escritora del todo. Entonces hice esta tesis para recibirme de escritora. 

- Y ahí les cerraste la boca a todos...

Yo creo que todavía la tienen abierta (risas).

- Se dijo mucho en comentarios y reseñas sobre el libro que Tesis sobre una domesticación venía a dejar una enseñanza, mostrar que es posible "otro mundo" para las mujeres trans, a diferencia de lo que se lee en Las Malas. ¿Creés que es así?

No para nada, no tiene que ver con eso. El libro y la película tienen que ver con la asimilación de las travas por el sistema, sobre cómo es una trava que fue aceptada, que tiene éxitos, qué rollos le tocan si no le toca estar parada en una esquina. De qué otras cosas se tiene que ocupar si no es de pagar el alquiler.

-¿Entonces quizá trata de mostrar el lado B del éxito?

Es que el éxito no tiene un lado B, solo tiene un lado A que es el peor de todos. El éxito es una cosa que dicen que hay que tener y es de una enorme soledad; pero no de la soledad creativa que te hace ser quién sos, sino esa soledad de paria que es muy difícil además porque ¿Cuántas personas exitosas hay en el mundo para que puedas compartir lo que te está pasando? Exitosa es otra cosa además, no es lo que le pasa a la actriz, la actriz es un fracaso en realidad, su vida entera es un fracaso. De hecho en un momento lo digo en la película, lo improvisé: ella se decía a ella misma 'sos un fracaso, sos un fracaso'.

El éxito es otra cosa, es saber hacer arroz con leche, llegar a casa y hacerle de comer a tus hijas, tener tus plantas lindas. Es otra cosa el éxito, esta historia es el fracaso de ser reconocida y millonaria.

-¿Sentías pudor al estar frente a la cámara completamente desnuda?

No, para nada. De hecho en un momento me empezó a romper los huevos, había una figura que se llamaba "intimity" que todo el tiempo decía "cuiden la genitalidad de Camila", bánquensela. Están haciendo una película  Yo le dije a mi mamá que no la vea a la película sobre una trava, véanme los huevos. Entonces en un momento ya dejé la bata, andaba en bola por el set, decía "que se la aguanten". No me daba pudor, pero si me daba pudor delante de Poncho porque es muy guapo. 

-Bueno igual se los ve muy bien a los dos y está muy bien lograda la erotización desde los ángulos artísticos que hacen

Nos esforzamos en que así sea. En la primera escena de sexo que me tocó grabar con él yo fui temprano a una perfumería y le dije a la empleada 'necesito un perfume que parezca que ha pasado Napoleón y dejó un tendal de muertos en el camino'. Bueno, me empezaron a ofrecer los perfumes de siempre hasta que terminamos encontrando uno, entonces cuando voy al set a grabar, que además era dramática porque ella entra y se encuentra con el amante de él, terminamos la escena y él me dijo "Camila hueles riquísimo". Busqué eso, que la experiencia sea por varios sentidos.

-En trabajos como este, donde sos multifácetica porque sos actriz, guinoista, escritora, ¿qué rol prima más en vos? ¿Cuál es más fuerte?

Siempre el de la escritora, después la actriz, pero porque siempre me escribí los personajes que yo interpretaba. De todas maneras, en esta situación del cine, la escritora estaba a salvo y la actriz estaba completamente desnuda, expuesta en carne viva, de manera tal que la actriz terminó pagando los caprichitos de la escritora. 

-¿Y te recriminás a vos misma esas cosas?

Si, ahora si. Sobre todo ahora que estoy medicada (risas). Podría haberme puesto un poquito más a salvo, ser un poco más inteligente. Pero también como no filmo nunca una película, yo le huyo al cine, a la tele, al teatro cuando no lo hago yo, una vez que hice algo dije 'bueno, me tiro a la pileta con todo, que se pudra todo, después veo cómo pago'. Me gusta haberme lanzado así con toda a interpretar a esta actriz.

-Y también sos exigente con vos misma...

Si, soy bastante hija de puta. Soy mala, mala, mala. No tengo jamás compasión ni piedad. De hecho bastó con verme en una toma para arruinarme el resto de la filmación porque dije 'ay no, me veo fea, que bajón', y ya quedé traumada con que salía fea en la película. Otra cosa que me traumatizaba, con la que tenía pesadillas era con decir los textos como si los estuviera leyendo, pensaba todo el tiempo en que tenía que salir natural. Después cuando me vi en la película dije 'bueno, lo logré', pero había sido una tortura para mí eso.

-Muchas veces dijiste que lo único que te diferencia de la protagonista de Tesis sobre una domesticación es que ella está casada y tiene un hijo. En tus otros libros también hay muchas referencias autobiográficas, ¿esto es algo que buscás o te sale natural?, ¿se puede hacer ficción sin autor referenciarse?

Yo creo que se puede hacer ficción de millones de maneras, pero yo uso lo que tengo a mano. No es una pregunta que me haga ni algo que me signifique algo, hago lo que hago y con lo que tengo a mano, nada más.

- Tu nuevo libro, La Traición de mi Lengua (Tusquets) habla sobre el lenguaje de la sexualidad, algo que también vemos reflejado en Tesis sobre una Domesticación. ¿Cómo se construye esta temática?

Es lo que tengo en la cabeza, a mi la sexualidad es algo que me da curiosidad, no solo la mía sino también la del resto: cómo vive la sexualidad la gente. Quizá es porque fui prostituta, puede ser porque me gusta mucho el sexo también. Pero hay algo de la sexualidad que me parece un tema a seguir desmenuzando. Porque además, la sexualidad es más importante de lo que creemos en el tejido social y es ejemplificador de un montón de cosas. Es decir, no es menor que siempre estén subordinadas las mujeres en las relaciones sexuales, que no exista una relación sexual, como dice Lacan, de a dos, que siempre sean tres. Me parece un tema muy interesante para escribir.

Después, el hecho del leguaje relacionado con la sexualidad que es cómo se habla y cómo se cuenta la sexualidad. Eso si me parece que Tesis, la película sobre todo, lo logra muy bien. Está contando una sexualidad de una manera tan poética que pasa como un amor y en realidad es una mina abusando de un borracho, de un director... es fuerte eso. 

La cultura en guerra: una batalla que ¿vale la pena seguir peleando?

-Hiciste una película de cine independiente, seguís publicando libros. ¿Cómo ves el panorama de la cultura actualmente en Argentina?

La película es una película de cine independiente, como ya no se hacen. Ahora son las plataformas las que las hacen y están diciendo cómo hay que contar una película , entonces te dicen "te falta un negro, una trans, una lesbiana", tiene que haber un boom, a los quince minutos otro boom, tiene que empezar de tal forma, terminar de tal otra, ser esperanzadora...Esta película no tuvo ningún tipo de presión de ese tipo con todo lo que puede llegar a tener una película independiente para todos los que están haciéndola que es que no ganás un peso. Yo de la película no recuerdo haber ganado ni un mango. Eso por un lado.

Por otro lado, la batalla cultural estaba perdida desde mucho tiempo antes que llegara Milei, esa ya la habíamos perdido hace muchos años. Ya cuando empezaron a decir "el curro de los derechos humanos" se había perdido, no lo quisimos ver, lo miramos por encima del hombro, los pensamos como unos tontitos, como hacemos con todo. Nos reímos, dijimos "mirá este loco, sale con una motosierra", eso es perder una batalla cultural.  Ahora hay que darla de nuevo y se da lingüísticamente, porque no tenemos armas, no tenemos formación militar, no tenemos formación en destruir al otro. Si la podemos dar con la palabra, eso si lo creo. Pero la batalla cultural está perdida hace rato.

- ¿Y creés que se va a poder recuperar?

No, creo que este mundo no tiene arreglo. No es solo este país, es el mundo entero.

-Y entonces ¿por qué seguir haciendo cine, publicando libros?

Porque no tengo el valor de tomarme una pastilla de cianuro, no tengo el coraje de abrirme las venas, de tirarme del noveno piso en el que vivo. Porque tengo dos padres que si me muero se mueren ellos también y no quiero causarles esa tristeza. Eso es lo que yo te pudo responder de por qué hago las cosas. Solo por eso. Yo amor al arte no le tengo, ni amor a los artistas, ni respeto a mi profesión, ni me parece sublime ser escritora ni actriz: las hago porque me es inevitable hacerlas.