De los subtes a los escenarios: Willy Bronca, el artista que mezcla su herencia multicultural con letras de conciencia social

Nació en Perú, a los meses sus padres volvieron a Argentina y en su vida personal y artística se nutrió de todo tipo de barrios en los que vivió entre Capital Federal y Conurbano Bonaerense. La historia de Willy Bronca, el artista que rapeaba en los subtes y hoy fusiona su herencia multicultural con la conciencia político-social en sus letras.

07 de mayo, 2025 | 19.40

Willy Bronca viene de atravesar un 2024 cargado de actividades con la música habiéndose presentado no solo en distintos escenarios para mostrar su música, sino que tuvo la oportunidad de estar con Manu Chao en Obras y con Divididos en el estadio de Argentinos Juniors. En el transcurso de este 2025, continúa con la misma vorágine, ya que tiene la intención de acumular recitales en vivo y seguir produciendo nuevas canciones. Cómo fue el recorrido del artista que comenzó en los subtes, continuó en los escenarios y mezcló la herencia multicultural de sus vivencias en Capital Federal y el Conurbano Bonaerense con la conciencia social en sus letras.

Willy nació en Perú y a los tres meses de vida, su familia volvió a Argentina: su papá es nacido en territorio inca; y su mamá es argentina descendiente de alemanes. En su casa no se escuchaba rock nacional: Evanescence, salsa y música celta era lo que se acuerda que sonaba por su madre. Los primeros dos discos que tuvo fueron de Mambrú y Chayanne y no tenía un género preferido, hasta que un regalo de su padrastro cambió todo. 

"Me trajo un CD de rap cubano, empecé a buscar otros grupos de acá, de Estados Unidos, Cuba, Chile, de todos lados", cuenta en diálogo con El Destape. "Al mismo tiempo, en la escuela teníamos un profesor de música que se copaba en las clases y nos hacía tocar en actos temas de rock nacional. La cooperadora había comprado una batería que después me enteré que la mandó a comprar Andrea Álvarez (histórica baterista argentina) y nos enseñaron a tocar. La habrán comprado cuando tenía 8 o 9 años", agrega acerca de su primer contacto con el instrumento.

Willy cuenta que con su familia se mudaban mucho. Tan es así que entre su niñez, adolescencia y luego parte de su etapa como joven adulto, vivió en José C. Paz, Villa Crespo -hizo la primaria-, San Telmo, Almagro y Once. "No es que crecí en un barrio en particular, siempre estuve por todos lados. Creo que mi música retrata mucho las diferencias y desigualdades que hay entre los distintos mundos. Al tener a mi viejo que era peruano negro inmigrante en Argentina, que es un país donde la sociedad no reconoce el racismo estructural como una problemática; y por otro lado a mi vieja que es artista del Conurbano, pero al mismo tiempo descendiente de alemanes. Y había un racismo intrafamiliar entre los papás de mi vieja y mi viejo, todas las problemáticas que traía un negro, la policía de los 90... siempre estuve transitando en varios mundos", detalla el músico en su charla con El Destape.

"Un día mi viejo me llevaba a las canchitas a jugar a la pelota con toda la peruanada de acá y al otro día estaba compitiendo en bailes de salón de mi vieja en el Sheraton con chinos, ucranianos, rusos… diferencias entre los mundos. Capaz si yo crecía en un barrio y solamente veía la cara del barrio, no crecía viendo esa desigualdad. O viceversa... Un día estaba en la villa y al otro día en el Sheraton. En Varela y en Belgrano. Y sigue pasando, ahora que un día estoy en el tren a las 2 de la madrugada yendo a José C. Paz y al otro día en la Cindy Cats en Amérika", agrega para dar contexto a sus vivencias culturales. Willy es multiinstrumentista: no solo es rapero, sino también baterista. Una especie de "Anderson Paak argentino", ya que puede hacer las dos cosas al mismo tiempo.

En 2019 sacó su primera canción en las plataformas; en ese entonces, trabajaba en los subtes y colectivos desde hacía dos años, hasta que un día tomó una decisión importante. "Dije 'no puede ser ¿cómo se hace para tocar en un bar? ¿Cómo se hace para vivir de esto? No puede ser que esté rapeando tres horas todos los días'", recuerda. En estos medios de transporte público conoció a mucha gente con la que se llevaba bien, pero después empezó a ver distintas internas. Es por eso que se fue a vivir con una amiga que hacía breakdance y como él también realiza esta disciplina comenzó a trabajar en su grupo dando shows para las infancias. "Con un show de estos hago lo que hago tres días en el subte", remarca.

A partir de ahí, fue adquiriendo herramientas para poder dotarse de buen equipamiento a los fines de ensayar y tocar en vivo como él quería. "Ver la vida con diferentes lentes te da perspectiva. Si vos ves un video solo en blanco y negro, no te enterás de cuántos colores hay y me ayudó en ese aspecto, en tomar dimensión de todos los mundos que hay, las posibilidades que hay, a dónde quiero ir, en esos lugares qué es lo que extraño y eso, agarrar un conjunto de cosas de qué me ceba y qué no. En un punto te sentís cómodo en todos lados y en otro incómodo. En todos lados siempre soy un poco sapo de otro pozo", reflexiona Willy. 

El artista tiene la particularidad de presentarse en vivo con distintos formatos, pero su banda central está conformada por diez músicos en escena. "Algo que me gusta resaltar es que hay siete mujeres en la banda, se dio de casualidad, son todas amigas de jam, cuando empecé a armar la banda nos dimos cuenta de eso. Lo transversal es el rap, cumbia, funky carioca, funk, soul, trap, todo. La música va ambientando y acompañando a la rima", detalla sobre las influencias que se pueden observar en sus recitales.

La reflexión de Willy Bronca sobre la coyuntura político-social

Habitando espacios como la marcha a favor de los jubilados en el Congreso o realizando actividades por los incendios en la Patagonia, entre otras cosas ligadas a lo coyuntural, el músico expone que trata de hacer una especie de contracultura y su militancia viene desde la época del secundario, donde conectó con otros artistas que se dedicaban a contar las cosas que les pasaban y de qué manera pensaban que podían cambiarlo. En este sentido, habló acerca de la escena del rap y el género urbano actual, dos mundos que se mezclan. "Todos quieren ser ese pibe que sale del barrio y que lo consigue, de repente tiene alto coche, casa para toda la familia, joyas, plata, se va de joda, es como re atractivo. Haciendo esa música querés hacer eso. En este cuento de que el individualismo está ganando más terreno, gana mas el discurso de 'yo hago lo que sea por los míos, mi flia', y el barrio sigue ahí… llegás al barrio y están todos en la misma", sostiene.

Además, desde que tiene uso de razón (alrededor de los 8 años, estima), se acuerda de llegar a la estación de tren de José C. Paz y 20 años después "están todos en la misma, no puede ser que no haya cambiado nada". Y profundiza: "Entiendo por qué hoy gobierna quien gobierna, por esa decepción que hay, que te deja la parte mala de las gestiones. Si vivís inseguridad no sirve de nada que venga alguien con un discurso más progresista a decir 'con la educación se sale adelante' y todo queda en el discurso, o capaz que hay políticas piolas, pero no las saben comunicar, entonces no te enterás de nada. Con la propaganda que hay del otro lado, Caputo se fuga 15 mil millones de dólares y a nadie le importa. Para mí corrupción va a haber siempre, pero es distinto que haya corrupción y tengas aguinaldo, tengas obra social... Déjame vivir tranquilo".

Qué opina Willy Bronca sobre la voz política y la voz cultural

Para Willy, el artista tiene que opinar, aunque no juzga a las personas que no lo hacen. En este contexto donde está discutida la voz cultural y la voz política, el músico de 28 años no duda y lanza: "De repente lo tenés a Nicky Jam y Anuel con la vicera de 'MAGA' en el discurso de Trump. Y yo no puedo bardear un gobierno... pero estos dos se pueden poner ahí al lado del chabón en el discurso de campaña y el ensobrado soy yo que vivo en José C. Paz, con un disco en campaña con un gobierno 'progresista' denunciando cosas, ahora estoy bardeando a este gobierno y el ensobrado soy yo, dale… me hincha las pelotas".

A pesar de esta situación, considera que tiene mucho aguante porque "también es eso, saber qué decir y cuándo decirlo". A la vez, Willy considera que está difícil el hecho de incluir voces nuevas y explica los motivos. "Capaz yo saco un tema que va de frente como una patada al pecho y si bien me sigue mucha gente que más o menos piensa como yo, no se encargan de difundir eso, se encargan de difundir que un artista está recontra pegado dice algo en dos segundos, lo clipean y a las redes. Si saco un tema yendo con los tapones de punta, hay una suerte de 'bueno, vamos a dejarlo ahí, siguiente historia'", analiza el multiinstrumentista.

No solo eso, sino que Willy sabe que no es el único que está diciendo cosas y subraya que "hay una cosa de no poder superar la era dorada del rock nacional". "Todo ese público sigue consumiendo a esos artistas por más que no estén, y en mi cabeza suena 'che, algún día esa gente va a dejar de existir'... Estamos diciendo cosas, en algún momento estas voces, no digo la mía en particular, van a ser necesarias. Y de repente no van a poder crecer porque no le estás dando bola en el momento en que lo necesitan para tener una estructura armada. No pierdo la fe y para mí también se abre camino así, a las patadas y a los cachetazos", remarca.