Netflix estrenó la primera temporada de El Eternauta, la esperada serie dirigida por Bruno Stagnaro (Okupas) que se desprende de la novela gráfica de Héctor Germán Oesterheld, ilustrada por Francisco Solano López, publicada por primera vez en 1957, y se dispararon las búsquedas en torno a las curiosidades sobre cómo se creó esa Buenos Aires apocalíptica. Una de las tantas historias de rodaje tuvo como protagonista a la máscara que usó Ricardo Darín para filmar sus escenas: los secretos detrás del armado del vestuario de Juan Salvo.
A lo largo de 6 capítulos, El Eternauta cuenta la historia de Juan Salvo y sus amigos frente a una misteriosa nevada mortal que acaba con la mayor parte de la población y deja aisladas a miles de personas, que descubren que más allá de la nieve hay un ejército alienígena que está invadiendo la Tierra. La nevada impulsa a los sobrevivientes a inventar su propia vestimenta para salir a la intemperie.
La vida queda supeditada a su elección o confección y las necesidades de la historia convirtieron también al vestuario en protagonista. Sobre este detalle personalísimo, la Directora de Vestuario Patricia Costa reveló: “Era muy tentadora la idea de ‘crear’ ciencia ficción, de diseñar un traje no existente. Pero debíamos volver siempre al Juan Salvo-hombre común, al protagonista que podría ser cualquiera. Lo mismo ocurría con todos los personajes. Bruno estaba muy atento a que no hubiera nada fuera de lugar ni demasiado intencionado. La propuesta era contar las cosas como son”.
Para el traje de Salvo, también buscaron dentro de las posibilidades que podía ofrecer el placard de Favalli. Así apareció la idea del gamulán, esa prenda de cuero de cordero u oveja que estuvo de moda en los años 60 y 70. En las primeras versiones del guion, la máscara de Juan Salvo para enfrentar la nieve tóxica era un souvenir de Chernóbil que Favalli tenía preservado en el sótano de su casa. “Pero empezamos a investigar las máscaras de Chernóbil y nos encontramos con que eran máscaras de trompudo, con los ojos separados. No servían, porque la mirada de Juan Salvo era importantísima. A su vez, esa máscara asustaba, no generaba empatía con el personaje”, remarcó la Directora de Vestuario. En la obra escrita por Oesterheld, Juan Salvo utilizaba una máscara de estilo buceo, “un modelo demasiado plano para la cámara. Por eso empezamos a diseñar un visor entero, con alguna curva y un marco con tornillos oxidados que dieran cuenta de algo viejo que Favalli podría tener en su casa. La idea de una máscara más industrial remite, además, a algo urbano”, señaló Costa.
Cómo lograron que se escuchara a Darín con la máscara
Los filtros se modificaron luego de las pruebas de vestuario con Ricardo Darín. “Le colocábamos la máscara y él no podía respirar bien. Así que empezamos a eliminar las capas con filtros hasta dejar solamente el exterior”. La interacción con el área de sonido fue fundamental, ya que los personajes debían poder hablar con las máscaras puestas. Para Juan Salvo se construyó un único modelo con micrófono incorporado, y se crearon otros casi idénticos para los dobles y las escenas sin diálogo. “Con el área de sonido empezamos a trabajar antes del rodaje porque no solo eran las máscaras, sino todos los materiales. Venían y me decían: ‘Me matás con ese plástico’. Yo les respondía: ‘No puedo evitar el plástico, son elementos que la gente encontró en su casa para salir’. Todos nos fuimos adaptando, siempre con buena predisposición y búsqueda de verdad”, recordó Costa.
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Tres estanterías del taller se llenaron de material que podía servir para las máscaras de otros personajes. Patricia convocó un día a todo su equipo, puso a disposición los elementos y propuso: “Imaginen que tenemos que salir a la nieve, cada uno arme su máscara para sobrevivir”. Allí surgieron muchas ideas que servirían de base. “¿Cómo te podés preparar para ese exterior tan inhóspito? La palabra ‘desesperación’ jugó un rol muy importante: había que pensar desde ahí, desde alguien que tiene que salir por comida”, cerró. Entre modelos caseros e industriales, se utilizaron más de 500 máscaras durante el rodaje de El Eternauta, serie que ya tiene confirmada su segunda temporada (aún sin fecha de inicio de producción).