Botafogo, el equipo que muestra el camino de las SAD

Es uno de los equipos que todos usaron como ejemplo de éxito para las SAD, pero detrás de los últimos títulos aparece un problema de desfinanciamiento.

25 de febrero, 2025 | 00.05

Si acá estamos sorprendidos por la “desaparición” del estadounidense Foster Gillett –el supuesto primer gran inversor cuyo modelo, decía el gobierno, abriría el camino de nuestro futuro Fútbol SAD- también el fútbol de Brasil vive el Lado B de los Clubes Sociedades Anónimas (SAF allí). Hablamos de Botafogo, que en tres años subió de la B y conquistó la Libertadores por primera vez en su historia, además de coronarse campeón de Brasil. Era la mejor promoción de la nueva era. Pero parece durar poco. El domingo, Botafogo cayó 1-0 ante Vasco y cumplió su peor actuación histórica en el Campeonato Carioca. Había iniciado la temporada perdiendo la Supercopa de Brasil ante Flamengo. Y este jueves deberá remontar el 0-2 de Avellaneda para no perder el posible tercer título en apenas dos meses: la Recopa Sudamericana.

Podrían ser resultados que van y vienen, lógica histórica del fútbol. Pero hay un contexto. Su presidente, el inversor estadounidense John Textor, pareció indicar que si en 2024 su prioridad fue Botafogo, en 2025 la atención principal estará puesta en su otro club más famoso, Olympique Lyon. Vendió a las dos principales figuras de Botafogo para beneficiar al club francés, que corría peligro de ser descendido a Segunda por sus deudas. Le cedió al argentino Thiago Almada por un lado y, por otro, le giró también a Lyon los 33 millones de euros que logró por la venta de Luiz Henrique al Zenit, de Rusia. Ayer tampoco acompañó a Botafogo. Eligió asistir al partido que Lyon perdió de local 3-2 contra PSG. Y fue a la cancha con sombrero de cow boy, en respuesta al apodo despectivo de “vaquero” que le había dirigido Nasser Al Khelaifi, el patrón qatarí del campeón francés.        
El fútbol brasileño, escribió días atrás en el diario Folha Tostao, campeón inolvidable en el Mundial de México 70, evolucionó en estrategias ofensivas, intensidad y calidad individual de jugadores y técnicos. Y creció también en inversiones y salarios, con dinero de las casas de apuestas. Pero “la pregunta -añadió Tostao- es si habrá continuidad y si algunos clubes o SAF se declararán en quiebra”.

La pregunta apunta ante todo a Botafogo, uno de sus seis equipos en la próxima Libertadores (además de Flamengo, Palmeiras, Inter, Fortaleza y Bahía, a quienes podrían sumarse Sao Paulo y Corinthians). Fue dicho en la previa de la ida contra Racing la semana pasada: el mejor equipo de Sudamérica lleva cincuenta días con DT interino tras la partida de Artur Jorge a Qatar, perdió a sus dos jugadores principales (los mencionados Almada y Henrique) y vendió a casi una decena de jugadores más, con refuerzos tardíos y en fuera de forma, como se evidenció en los resultados últimos. ¿Le seguirá interesando Botafogo a Textor si el equipo profundiza la minicrisis?    “El sueño de consolidar al mejor Botafogo de la historia será poco probable con este desmantelamiento”, dijo por lo pronto Tostao, 

Asumido el fenómeno del Club SA, Brasil asiste entonces a una de sus consecuencias. A la llamada era del inversor global. Simbolizado en Textor, dueño de Botafogo, Lyon y del belga RWD Molenbeek, todos parte de su grupo Eagle Football Holdings. La era que ganó visibilidad cuando el emirato de Abu Dhabi compró al Manchester City (hoy en crisis) y comenzó a acumular luego clubes por todo el mundo. El fútbol que quiere parecerse cada vez más al mundo.