La estabilidad del dólar tras la salida del cepo trae alivio al Gobierno por su relativamente bajo impacto en la inflación. Pero el problema llega desde el campo. Diferentes actores de la cadena de valor del agro advierten por el desincentivo a la exportación y por la afectación a los productores si la divisa norteamericana sigue cayendo hacia la banda inferior establecida por el Banco Central.
Desde el anuncio del fin del cepo cambiario, el 11 de abril, el dólar mayorista nunca pasó la barrera de los 1.200 pesos, para estabilizarse, por ahora, en alrededor de 1.170 pesos. A comparación, el dólar blend que utilizaba el campo para exportar hasta ese día (el cual permitía liquidar el 80% al dólar mayorista y el 20% restante al valor del dólar CCL) concluyó su existencia a un valor de 1.128 pesos.
Es decir, si el campo estaba esperando la salida del cepo para beneficiarse con una devaluación, finalmente la mejora en el tipo de cambio fue de solo un 4% en casi un mes. Poco para un sector que viene quejándose del progresivo atraso cambiario hace aproximadamente un año.
El gobierno de Javier Milei y Luis Caputo festeja una inflación de abril que, todo indica, será menor a la de marzo pese al piso alto de alrededor de un 3%. Sin embargo, se encuentra encerrado en un dilema, ya que corre el riesgo de resignar la acumulación de reservas netas genuinas en plena cosecha gruesa, cuando la meta del FMI (al menos formalmente) implica la adquisición de unos 9.000 millones de dólares en el año por parte del BCRA.
La liquidación del campo y la situación de los productores
La baja en la liquidación no estaría dada en el tramo de los productores, sobre todo pequeños y medianos. Precisamente, estos alertan al contrario que se verán obligados a liquidar un mayor volumen para hacer frente a sus compromisos. En otras palabras, habrá ventas, pero con el productor al borde de la crisis, aseguran.
Un referente de la Mesa de Enlace señaló a El Destape que, mientras el dólar se mantenga alrededor del nivel actual, los productores pequeños y medianos todavía tendrán resto. Pero agregó que si la divisa cae más cerca de la banda inferior, hoy en 990 pesos, se quedarán sin margen de ganancia.
De llegar a esta situación, explicó, en verdad el productor terminará liquidando un volumen más alto para poder hacer frente a los compromisos de deuda del año pasado y adquirir créditos. En ese sentido, desde otra entidad añaden que "en mayo y junio se va a vender (por parte de los productores) por el hecho de que vencen contratos de alquiler, compromisos de pago de insumos o servicios como la cosecha o los fletes".
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Hay también cuestiones de tipo logístico, ya que la infraestructura del puerto de Rosario requiere que la liquidación fluya ante el límite físico de acumulación de stock sin exportar.
Así y todo, la ralentización de la liquidación ante el bajo tipo de cambio no provendrá tanto de los productores como de las cerealeras, que en definitiva son las que deciden si vender o no. Un importante dirigente del sector cerealero admitió a este medio que lo que ocurra con la liquidación "va a depender mucho de la flotación del tipo de cambio", y apuntó que "es natural que si los precios de los granos bajen haya una tendencia descendente a la comercialización".
La frase, de lógica económica totalmente obvia, esconde sin embargo una evidente intencionalidad política. Sea como sea, por ahora, resaltó también el referente cerealero, hay "un buen volumen de comercialización", al menos mientras el tipo de cambio no siga cayendo.
El Gobierno se verá encerrado en un dilema. Si el dólar baja, el campo tendrá menos incentivos a liquidar. Pero si no lo hace, el BCRA perderá otra fuente de ingreso de divisas, ya que el propio Milei anticipó que la entidad monetaria no compraría dólares hasta que el tipo de cambio no alcance la banda inferior.
Ante un riesgo país que no termina de ceder, Caputo se arriesga a tener que resignar no solo una fuerte entrada de dólares genuinos sino también el ingreso de dólares mediante la vuelta a los mercados de deuda. En ese caso, la dependencia de los préstamos del FMI y otros organismos internacionales volverá a ser total.