El comercio entrerriano atraviesa uno de los peores momentos de su historia. Una caída casi histórica en la demanda, junto a una suba generalizada de costos, ha generado que decenas de negocios comiencen a tomar decisiones drásticas como el achicamiento de personal e incluso el cierre definitivo del local. En el marco de un programa económico donde reina la especulación financiera, la ausencia de un plan que abarque a la pequeña y mediana empresa llevó la desaparición de alrededor de 12 mil pymes en pocos meses, muchas de ellas en la provincia y la región.
En un escenario de enfriamiento total de la economía, en la provincia se calcula que las ventas se han derrumbado, en promedio, un 35%. "Hay un deterioro muy fuerte que se sustenta principalmente en la caída del consumo. Con algunas excepciones, es una realidad que nos afecta a todos los rubros, desde la construcción hasta la informática, pasando por los textiles, la papelería, los gastronómicos, los hoteleros y el mantenimiento de vehículos", explicó a El Destape, Alfredo Caíno, secretario de la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme).
El dirigente resaltó que ya se registraron despidos y que hay compañías que se desprendieron de hasta el 30% de su personal. "Es dramático, porque acon este modelo no solo que no hay posibilidad, sino que además no se avizora una resolución", expuso. "Uno escucha al Presidente o a sus funcionarios y para ellos no existe la palabra pyme, producción o productividad. Están más del lado de la especulación que del desarrollo de las pymes", acusó.
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Desde Apyme apuntaron, además, que hoy se detecta un combo que es explosivo, porque en paralelo con el consumo planchado el peso de los costos fijos se multiplicó. "La luz, el gas, el internet, el monotributo, las cargas laborales, los salarios, todo ha subido exponencialmente. También los insumos, incluso los importados, porque se calculan según el dólar. Mientras tanto, pisan las paritarias y los trabajadores no tienen un centavo para volcar al mercado interno. Lo que estamos viviendo es una bomba de tiempo", detalló Caíno.
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A diferencia de otros momentos de vacas flacas, lo que más desalienta en la actualidad no es solo el escenario adverso, sino que la ausencia absoluta de interés por parte del Estado en revertir el panorama. "Abrieron las importaciones y están matando a metalúrgicos y a textiles. No hay plan para las pymes, porque no hay interés en el desarrollo nacional de ningún modo", denunció el empresario.
Solo en Paraná, en pocos días, cerraron dos históricos comercios: uno de electricidad y una reconocería vaquería. La dueña del primero, Mirta Wernli, no dudó en calificar el actual escenario como el peor que ha transitado: "No hay ventas. Hace un año vemos la fuerte caída que viene teniendo lugar acá y en todos los rubros. Ha habido momentos malos y buenos, he atravesado los peores escenarios, pero éste supera ampliamente a los otros". La comerciante ya indemnizó a sus empleados, vendió al costo lo que le quedaba, saldó el alquiler y bajó su persiana tras casi 30 años.
El otro local, ubicado en plena Peatonal San Martín de la capital, era uno de los históricos en el rubro de la indumentaria. Luego de 35 años, liquidó su stock. En contacto con medios locales, el dueño Hugo Chiecher aseguró que se hizo insostenible mantener las instalaciones, empezando por un alquiler que se disparó exponencialmente luego de la eliminación de la Ley de Alquileres, que dio rienda suelta a que inmobiliarias y dueños de locales cobraran incrementos desmedidos.
"Pasamos el 2001 y la pandemia, pero no podemos pasar ésta. Y las perspectivas son muy poco alentadoras, entonces tuvimos que tomar esta decisión, la más triste. La baja sostenida lleva más de un año, llega un punto en donde uno debe retirarse porque lo que se viene creemos que incluso será peor", reveló.
Solo en Paraná, en pocos días, cerraron dos históricos comercios: uno de electricidad y una reconocería vaquería. La dueña del primero no dudó en calificar el actual escenario como el peor que ha transitado: "No hay ventas. Hace un año vemos la fuerte caída que viene teniendo lugar acá y en todos los rubros. Ha habido momentos malos y buenos, he atravesado los peores escenarios, pero éste supera ampliamente a los otros". La comerciante ya indemnizó a sus empleados, vendió al costo lo que le quedaba, saldó el alquiler y bajó su persiana tras casi 30 años.
En la zona del microcentro todas las semanas se vacía algún local. Pero lo que en crisis anteriores afectaba al corazón de Paraná y otras localidades -donde los alquileres siempre son más altos- ahora se trasladó también a la periferia, en donde históricamente las pymes han podido sortear los escenarios adversos.
"Hubo una caída de ventas que nunca retorna a sus carriles habituales, en casi todos los rubros. Nosotros somos una ciudad de frontera, hasta hace un tiempo atrás venían muchos uruguayos a comprar y ahora es al revés, mucho vecino de acá se está cruzando a comprar", indicó a El Destape, Adrián Lampazzi, presidente del Centro de Comercio e Industria de Concordia. El dirigente consideró que lo que sucede en la costa del Paraná se replica también en la del Uruguay: "El tema de los costos es clave, porque ha habido subas impositivas, estamos más complicados incluso que antes. A eso hay que sumarle servicios más caros, la situación es sumamente complicada".
Lampazzi afirmó que la apertura de importaciones no los afectó tanto y que, incluso, mejoró la oferta: "Hay productos que no se conseguían y hoy sí están, en otros casos hay más oferta o mejor stock. El problema es que no hay ventas, entonces estamos entrampados. Si no se vende, es muy difícil".
En Concordia también se han registrados despidos. "Es un goteo, más que nada en empresas medianas, no tanto en los locales más chicos, que por ahí intentan por todos los medios sostener personal", describió. Y para adelante, describió un panorama para nada alentador: "Lo que estamos pasando es una crisis que viene de arrastre, pero lo más triste es que no vemos que se vaya a terminar en el corto plazo".