Efecto dólar: Milei festeja, pero se disparan los precios y hay mayor pérdida salarial

La escalada de subas empezó a mediados de marzo y se aceleró ante la incertidumbre por el acuerdo con el FMI. Si bien la devaluación oficial fue del 12%; según confirmó El Destape las listas de precios equivalen a un dólar a $1400. Qué pasó en la góndola y cómo quedan los salarios con paritarias firmadas al 2%.

17 de abril, 2025 | 00.05

“Sí, puedo dejar tranquila a la gente de que lo que hagamos no va a afectarla, no va a haber un salto devaluatorio”, había dicho el ministro de Economía, Luis Caputo, en una entrevista televisiva el pasado 18 de marzo. Apenas un mes después, y en el marco del ya confirmado nuevo acuerdo con el FMI, el gobierno de Javier Milei implementó modificaciones en el tipo de cambio que llevaron a una devaluación inicial del 12,4%. Lo cierto, a diferencia de lo que planteó el ministro, es que estas medidas tienen impacto directo en la vida cotidiana de la población: por un lado, se acelera el encarecimiento en alimentos y bienes de la canasta básica y, por otro, se agrava la licuación salarial en un escenario de paritarias pisadas. Así, los hogares argentinos enfrentan hoy un combo de precios acelerándose y paritarias por debajo de la inflación, lo que se traduce en una caída del salario real y peores condiciones de vida.

En cuanto a los precios de bienes, la escalada de subas empezó a mediados de marzo y se agudizó en medio de la incertidumbre por el cierre del acuerdo de deuda. En concreto, voces de diferentes sectores consultadas por este medio coinciden en que desde mediados del mes pasado vienen afrontando aumentos en las listas de precios que equivalen a un dólar oficial a $1400, tope de la banda de flotación que implementó finamente el gobierno. Así, aceite, café, galletitas y lácteos ya habían aumentado entre 7-10%, y a esto se agregaron ahora listas con subas similares en insumos: por ejemplo, en construcción hubo incrementos del 12% y en el caso de envases y packaging treparon al 20%. En panificados, por su parte, alertaron que algunas materias primas están 100% más caras que hace un año atrás. A esto hay que sumar que el Staff report que presentó el propio FMI, planteó una mayor reducción de “los cuantiosos subsidios a la energía y el transporte”, pese a que el gasto de servicios cuadruplicó en 2024 su peso en los ingresos familiares. 

Frente a este panorama, el nuevo salto inflacionario generó otro ajuste sobre el salario real: la inflación de marzo (+3,7%) provocó una nueva caída del poder adquisitivo por el techo que fijó el gobierno a las paritarias: “El aumento negociado de salarios de marzo fue de 1,9%, casi 2 puntos por abajo del aumento de precios”, explicaron especialistas.

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Las perspectivas a futuro no son las mejores. “Después del 3,7% mensual de marzo, y un abril que antes del cambio de régimen anunciado ya se ubicaba en torno al 2,8%/3%, el traslado a precios de la devaluación no es trivial”, señalaron desde la consultora Eco Go. A la par no son pocas las actividades que tienen aumentos paritarios ya pactados inferiores al 2% (alimentación, carga y descarga, entidades civiles y deportivas, SINEP, gastronómicos, camioneros, textiles, sanidad, entre otros). En otras palabras, “a menos que se produzca una reapertura generalizada de las paritarias, el escenario más factible es un nuevo retroceso de los salarios de convenio en términos reales”, alertaron desde el Instituto de Estudios y Formación (IET).

Un dato no menor: el mismo FMI dice en su Staff report que Argentina tiene que “contener las posibles presiones salariales, porque los salarios argentinos en dólares estadounidenses han vuelto a los niveles de principios de 2018".

Precios alimentos y bienes esenciales al alza

“Tuvimos un mal marzo, abril será mejor y a mitad de año la inflación va a buscar perforar el 1%”, aseguró este lunes el presidente Javier Milei en una entrevista radial y no se quedó en eso, vaticinó que “para la mitad del año que viene se termina el problema de la inflación en Argentina”. Los dichos del mandatario se dan después de que se conociera el dato de inflación para el mes de marzo (+3,7%) que sorprendió a propios y ajenos, con una nueva aceleración que implicó la suba mensual más alta en siete meses. En ese esquema se destacó, además del rubro Educación (+21,6%, marcado por el inicio de clases), el alza pronunciada de Alimentos que escaló 5,9% con fuertes aumentos de carnes y verduras.

Además, las palabras oficiales tuvieron lugar tras el anuncio de un nuevo acuerdo de endeudamiento con el FMI que implicó solo el lunes de esta semana comenzar con una devaluación de la moneda (+12,4%) en el marco de las modificaciones de la política cambiaria pautadas con el organismo internacional de crédito, para implementar un nuevo régimen de flotación que implica que el dólar oficial pasa a moverse dentro de bandas - $1.000 y $1.400- con una actualización mensual del 1%.

Lo anterior pone en duda, al menos, la posibilidad de que el dato de precios minoristas de abril sea “mejor” si se considera no solo el efecto arrastre de marzo, sino justamente el impacto de la devaluación en los precios de la canasta básica, servicios con tarifas dolarizadas, combustibles y alquileres. De hecho, así lo empezaron a reflejar ya las góndolas donde, según pudo saber este medio, llegan listas de precios con remarcaciones ya desde hace algunas semanas, incentivadas por los rumores del acuerdo con el Fondo. 

“Los aumentos fueron fuertes en marzo, sobre todo desde la segunda quincena en adelante y siguieron los primeros días de abril”, confirmó Fernando Savore, representante de la Confederación General Almacenera Nacional. A su entender, “las empresas ya hicieron un colchón con aumentos desde entonces, es más, creo que deberían devolvernos plata porque se han manejado con un dólar de $1400, mayor al valor a la apertura del nuevo sistema cambiario”. Entre los aumentos destacó: aceite (+10%), café (10%), galletitas (8%), gaseosas (5 a 7%) y lácteos (3%).

En coincidencia, Claudio Páez, de la Unión de Kiosqueros de Argentina, aseguró “el sábado después de los anuncios todo era incertidumbre, con listas que iban y venían”. En ese escenario resaltó que “al inicio de esta semana hubo aumentos fuertes en tres proveedores: Georgalos (entre 6 y 12%); Mondelez (10%) y, Coca-Cola (5%), estamos viendo qué pasa con el resto”. A su vez compartió una situación no menor en esta coyuntura “tenía que terminar de pagarle a un proveedor y el fin de semana me dijo ‘págame ahora porque no sé qué va a pasar el lunes’, es el clima que se maneja”, contó.

Sobre cómo se da el traslado a precios de la devaluación, desde la consultora Eco Go analizaron que “después del 3,7% mensual de marzo, y un abril que antes del cambio de régimen anunciado ya se ubicaba en torno al 2,8%/3%, no es trivial”. Según su perspectiva, como puntos a favor “pueden mencionarse una economía más abierta y donde el ajuste de las tarifas está muy avanzado, en un contexto de menores costos de la energía (precio internacional y mayor oferta local gracias a Vaca Muerta y la mejor infraestructura)” mientras que, en contra, “seguramente haya una puja distributiva más alta, en un contexto de mayor indexación de la economía”. De esta manera anticiparon que es posible, dependiendo de la magnitud del alza cambiaria, “que volvamos a meses de inflación en torno al 4,5%/5,5% mensual”. 

En la semana atravesada por la festividad religiosa de Semana Santa, Gastón Mora, presidente del Centro de Panaderos de Avellaneda aseguró: “solamente el precio de los huevos tuvo un incremento del 100%, pasó de $36.000 pesos el cajón a $75.000; y en el caso de la margarina para la rosca de Pascua pasó de $25.000 a $42.000. Respecto del año pasado, tenemos prácticamente entre un 100% y un 120% de aumento en insumos”. Asimismo, el lunes de esta semana la empresa de packaging que utilizan les avisó de aumentos del 20%, “por las nuevas medidas económicas”. 

Los entrevistados coinciden en que “los aumentos más grandes los venían aplicando desde antes” en paralelo al escenario de expectativas de devaluación ante el inminente acuerdo con el Fondo y las propias declaraciones de funcionarios del gobierno sobre el futuro del dólar. De hecho, las subas coinciden con las intervenciones que en estas semanas realizó del Banco Central para hacer frente a la presión de los dólares financieros e intentar sostener el “carry trade”. En lo que va del año se perdieron 5.000 millones de dólares de las reservas, ubicándose en 24.657 millones de dólares el 8 de abril, un nivel apenas superior al comienzo de la gestión de Milei.

“Si el dólar se estabiliza entre $1200 y $1250 estamos ante el extraño caso de una devaluación para la que tenemos todas las contras (inflación, licuación salarial) y ninguna de sus ventajas (competitividad, fin del atraso cambiario), se consagra un país para la valorización financiera”, publicó en la red social X, el economista Nicolás Dvoskin, agregando que “con la devaluación del dólar oficial van a subir los precios, sobre todo alimentos, y van a licuarse los salarios; con el fin del “blend”, no hay mayor competitividad exportadora, porque queda aproximadamente igual, con la baja del MEP y el blue, empeora la balanza turística", en otras palabras, "el dólar que miramos está más barato pero el dólar que vivimos está más caro”, sentenció.

A esto hay que sumar el impacto de los insumos y productos importados que también se encarecerán, y por lo tanto tendrán efecto en las empresas y en la canasta de consumo familiar. En relación, un corralón de Ciudadela, con más de 20 años en el negocio de la comercialización de materiales para la construcción, compartió en sus redes sociales los aumentos que recibió esta semana: “Proveedor importador de máquinas DeWalt y Milwaukee suba de 12%; pinturas durlock y revestimientos subas de 5/8%, similar a los precios de grifería y sanitarios”. 

“Aún controlando el dólar en medio de la banda acumulando reservas, luce difícil que se puedan cumplir las proyecciones de inflación incluidas en el acuerdo con el FMI de 18%/23%”, anticiparon desde Eco Go y agregaron que es posible que “el año termine más cerca del 45%/50%”. 

Salarios por el piso

La recesión económica de los primeros meses del gobierno nacional impactó directamente en la capacidad de consumo de la población, con menos poder de compra de sus ingresos y mayor peso de los gastos fijos en los recursos de las economías domésticas. Según datos privados, se acumulan ya 15 meses consecutivos de contracción del consumo masivo, con bajas de dos dígitos en el inicio del año. “Las ventas están muy mal, la gente no tiene dinero, cayeron un 40% las ventas y han cerrado unas 400 panaderías”, contó el referente de los panaderos mientras, por su lado, Savore dijo que “enero y febrero son meses de vacaciones y las ventas en los comercios caen, y en marzo se suma el comienzo de clases con ese gasto extra en las familias, tenemos que ver cómo cierra abril y si logramos recuperar”.

En relación, ya en diciembre el Gobierno nacional dejó trascender que no homologaría aumentos que estuvieran por encima de una “pauta no escrita” pero que debía estar en línea con un escenario de caída de la inflación según el oficialismo. “La intención oficial apuntaba a, en el mejor de los casos, congelar el salario real en los niveles de fines de 2024. Para el sector privado registrado ello hubiera implicado, en promedio, volver a los niveles de noviembre de 2023, mientras que para el sector público se trataba de establecer una nueva normalidad salarial aceptando un recorte en torno al 15% en términos reales. Considerando un período más extenso, el nuevo equilibrio salarial hubiera implicado, de ser exitosa esta política oficial, una caída salarial del 20% en el sector privado y del 35% en el sector público en comparación con finales de 2017”, explicaron desde el Instituto de Estudios y Formación (IET).

La inflación de febrero, levemente superior a la de enero (2,4% contra 2,2%) puso en duda que el Gobierno fuera a conseguir este objetivo. El 3,7% de marzo mostró el fracaso de la política oficial y los salarios en el primer trimestre del 2025 volvieron a perder. “La inflación de marzo provocó una nueva caída del poder adquisitivo de los salarios. Por el techo que le fijó el gobierno a las paritarias, el aumento negociado de salarios de marzo fue de 1,9%, casi 2 puntos por abajo del aumento de precios”, señalaron desde el centro de Capacitación y Estudios sobre Trabajo y Desarrollo (CETyD).

“El impacto de este proceso en el primer trimestre del año fue muy heterogéneo. Mientras algunas actividades pudieron sostener el valor real del salario de convenio, principalmente aquellas que tenían cuotas pendientes pactadas en negociaciones efectuadas en los últimos meses de 2024, otras tuvieron retrocesos muy significativos”, detallaron desde el IET de la CTA- Autónoma.

En detalle al mirar el salario de convenio, la variación en términos reales en el primer trimestre 2025 fue positiva para cuatro actividades: Cuero (+2,6%), Maestranza (+1,5%), Sector público PBA (+0,4%) y Gastronómicos (+0,2%). A diferencia la mayoría perdió poder de compra: Mecánica (-0,7%), Químicos (-1,0%), Construcción( -1,6%), Camioneros (-1,9%), Carga y descarga (-2,6%), Comercio (-3,1%), Entidades civiles y deportivas (-3,3%), Gráficos (-3,7%), Metalúrgica (-3,9%), SINEP (-4,2%), Alimentación (-4,3%), Perfumistas (-4,3%), Sanidad clínicas (-4,5%), Textiles (-4,6%), Judiciales nacionales (-6,2%) y Casas particulares (-6,8%).

¿Cuáles son las probabilidades de que la situación se revierta? “Mientras los salarios continúen funcionando como ancla inflacionaria, difícilmente podamos observar recuperación”, señaló Matías Maito, director del CETyD. Por su lado, desde el IET coordinado por el investigador Luis Campos, analizaron que “la situación seguramente se agrave en abril ya que difícilmente la inflación de este mes se ubique por debajo de la de marzo, mientras que son muchas las actividades que tienen aumentos ya pactados inferiores al 2% (alimentación, carga y descarga, entidades civiles y deportivas, SINEP, gastronómicos, camioneros, textiles, sanidad, entre otros)”.

Finalmente, “al menos que se produzca una reapertura generalizada de las paritarias, no solo aquellas que deberían negociar sus salarios para el mes de abril sino también de las que ya pactaron acuerdos que incluyen este mes, el escenario más factible es un nuevo retroceso de los salarios de convenio en términos reales”, alertaron.